Curación del hijo de un funcionario real
Comentario por Reflexiones Católicas:
La salud y la fe se hallan por encima de todos los privilegios raciales y de cualquier clase. En esta pequeña sección Jesús se mueve no sólo en Galilea —lejos del mundo «judío»— sino en medio del mundo pagano. Y el mundo pagano, representado en el oficial de Cafarnaúm —un, hombre que no era judío, o si lo era estaba al servicio de Herodes Antipas—, da la gran lección. El oficial de Cafarnaúm creyó en la palabra de Jesús. Es la fe más pura, tal como nos es presentada en el cuarto evangelio. Creer no por los signos o milagros, sino por la palabra de Jesús.
Probablemente estemos ante el mismo episodio que recuerdan Mateo y Lucas (Mt 8,5-13; Lc 7,1-10), aunque las variantes son importantes. Pero en ambos casos aparece como lo verdaderamente importante el diálogo entre Jesús y el oficial. Y ello porque este diálogo es el que da relieve la fe excepcional de aquel hombre. Una fe inicial, que parece fe profundizada hasta llegar a la aceptación del evangelio. La frase del evangelista Juan recuerda otra que se encuentra frecuentemente repetida en el libro de los Hechos: "Y creyó él y toda su casa".
La curación del hijo del funcionario real es calificada por el mismo evangelista como el segundo signo realizado por Jesús (Jn 4,54). E1 signo apunta siempre a una realidad más profunda. Más allá, y por encima del hecho, nos remite a una enseñanza que quiere inculcar. Se pone de relieve el poder vivificante de la palabra de Jesús. Hay un muchacho moribundo que es curado, incluso a distancia, simplemente por el poder de esa palabra. Sin haber sido tocado ni siquiera visto por Jesús.
Tenemos la proclamación y constatación del milagro realizado. Más no, la aceptación de esta proclamación en la fe. La curación del enfermo, la constatación del hecho, la eficacia de la palabra vivificadora, la convicción en el poder de Jesús, la aceptación de todo ello desde la fe constituyen una presentación clara y efectiva de la obra de Jesús en su conjunto.
A través de las lecturas bíblicas se percibe ya la proximidad de la Pascua. Todo en Cuaresma está orientado hacia la resurrección con Cristo, que celebramos en la Vigilia Pascual. Pero esta celebración supone que nos hemos rehabilitado por dentro y que Cristo ha crecido en nosotros.
En la curación del hijo del funcionario real, Jesús se manifiesta como la vida en persona; de ella se participa por la escucha de su palabra y la fe viva en él. La fe del funcionario real es un proceso ascendente: primero cree en el poder taumatúrgico de Jesús de Nazaret, después en su palabra; por eso se pone en camino; finalmente, al comprobar la verdad del aserto de Jesús, cree en su persona. El relato proclama que Jesús vivifica con su palabra: “Quien escucha mi palabra... ha pasado ya de la muerte a la vida” (Jn 5,24).
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