viernes, 21 de abril de 2023

Hechos de los Apóstoles 2,12-36: Primer discurso de Pedro


12 Unos a otros se decían con asombro: "¿Qué significa esto?"
13 Algunos, burlándose, comentaban: "Han tomado demasiado vino".
14 Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: 
     "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, 
     porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
15 Estos hombres no están ebrios, como ustedes suponen, ya que no son más que las nueve de la mañana,
16 sino que se está cumpliendo lo que dijo el profeta Joel:
17 En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres 
     y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos.
18 Más aún, derramaré mi Espíritu sobre mis servidores y servidoras, y ellos profetizarán.
19 Haré prodigios arriba, en el cielo, y signos abajo, en la tierra: 
     verán sangre, fuego y columnas de humo.
20 El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que llegue el Día del Señor, 
     día grande y glorioso.
21 Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
22 Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes 
     realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen,
23 a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, 
     ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles.
24 Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, 
     porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él.
25 En efecto, refiriéndose a él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, 
     porque él está a mi derecha para que yo no vacile.
26 Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. 
     También mi cuerpo descansará en la esperanza,
27 porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.
28 Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia.
29 Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, 
     y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy.
30 Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo 
     se sentaría en su trono.
31 Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, 
     cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción.
32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos.
33 Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, 
     y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen.
34 Porque no es David el que subió a los cielos; al contrario, él mismo afirma: 
     Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,
35 hasta que ponga a todos tus enemigos debajo de tus pies.
36 Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, 
     Dios lo ha hecho Señor y Mesías".

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