sábado, 9 de julio de 2022

Domingo de la 15 Semana del Tiempo Ordinario, Año C, por Julio González, S.F.


Comentario de Julio González SF:

Hemos escuchado en la primera lectura: “El mandamiento del Señor está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.” Y bien, si el Señor se pone a escuchar nuestro corazón, ¿qué oirá en él? ¿qué encontrará?

En la Biblia, el corazón de la persona es donde se fraguan las decisiones, por eso os vuelvo a hacer la misma pregunta: si el Señor escucha nuestro corazón, ¿qué encontrará en él?

Ustedes hacen limpieza de sus hogares. Si no hiciéramos limpieza del hogar llegaría un momento en que sería imposible vivir en él. Y después de haber hecho limpieza uno se siente mejor. Vuelve a ver las cosas que realmente son importantes porque las que no lo son ya no están alli, ya no molestan ni son un obstáculo.

¿Y nuestro corazón? ¿Hacemos limpieza de vez en cuando? ¿Y después de haber hecho limpieza...? Os hago la misma pregunta por tercera vez: si el Señor escucha nuestro corazón, ¿qué encontrará en él?

El evangelio de hoy nos ayuda a descubrir lo esencial de nuestra fe a partir de la pregunta que el maestro de la ley hace a Jesús: “¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” La ley no le ha ayudado a descubrir quién es su prójimo, o tal vez en su corazón había tantas cosas estorbando a la conciencia que ya no sabía distinguir quién era su prójimo y quién no lo era. Esto también nos puede pasar a nosotros: que haya tantas cosas en nuestro corazón que no podamos distinguir lo que es verdaderamente importante de lo que no lo es.

Pidamos que la Palabra de Dios nos devuelva un corazón humilde, sencillo, para que el Espíritu de Dios, y también el prójimo, se sienta bienvenido, a gusto, a nuestro lado.

No hay comentarios: