martes, 11 de octubre de 2016

Lucas 11,37-41: Jesús reprende a los que siguen la religión de la apariencia y el fingir, por el papa Francisco

Lucas 11,37-41

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»

— Comentario del papa Francisco
"Jesús reprende a los que siguen la religión de la apariencia y el fingir"

Jesús reprende a los que siguen la religión del maquillaje, la apariencia y el fingir, dice el Papa
Misa del Papa Francisco en la capilla de Santa Marta.

El bien debe realizarse desde la humildad, no con fingimientos que llevan a una "religión de maquillaje", avisó el papa Francisco. La libertad cristiana viene de Jesús, “no de nuestras obras”, precisó el Pontífice, que desarrolló su homilía hablando de la Carta de San Pablo a los Gálatas, y del Evangelio del día, donde Jesús reprende a un fariseo concentrado en las apariencias y no en la sustancia de la fe.

Jesús dijo al doctor de la ley que había criticado a Jesús por no haber hecho la ablución antes de la comida: “Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades”. El Papa ha recordado que Jesús repite esto muchas veces en el Evangelio a esta gente.

En esta misma línea, el Santo Padre ha señalado que en otro paso del Evangelio, Jesús pide rezar sin aparentar. Algunos tenían “la cara dura”, “no tenían vergüenza”: rezaban y daban limosna para hacerse admirar. Sin embargo, el Señor “muestra el camino de la humildad”.

Al respecto, el Pontífice ha querido recordar que lo que importa, dice Jesús, “es la libertad que nos ha dado la redención, el amor, la recreación del Padre”. Asimismo, ha explicado que es esa libertad interna, esa libertad que hace el bien a escondidas, sin hacer sonar la trompeta porque el camino de la verdadera religión es el mismo camino de Jesús: la humildad, la humillación.

Este es el único camino para quitar de nosotros el egoísmo, la codicia, la soberbia, la vanidad, la mundanidad. “Esta gente que Jesús reprende es gente que sigue la religión del maquillaje: de la apariencia, el aparecer, fingir ser pero dentro…”. Jesús –ha señalado el Papa– usa para esta gente una imagen muy fuerte: “Vosotros sois sepulcros blanqueados, bonitos por fuera pero por dentro llenos de huesos de muerto y podredumbre”.

Por otro lado, el Pontífice ha explicado que Jesús nos llama a “hacer el bien con humildad”. Así, ha recordado que “tú puedes hacer todo el bien que quieras pero si no lo haces humildemente, como nos enseña Jesús, este bien no sirve, porque es un bien que nace de ti mismo, de tu seguridad, no de la redención que Jesús nos ha dado”.

La redención –ha precisado– viene por el camino de la humildad y de las humillaciones porque no se llega nunca a la humildad sin las humillaciones.

Y vemos a Jesús humillado en la Cruz. Por eso, finalmente ha invitado a pedir al Señor “no cansarse de ir por este camino, no cansarnos de rechazar esta religión del aparentar, del parecer, del fingir…”. E ir “silenciosamente haciendo el bien, gratuitamente como nosotros hemos recibido gratuitamente nuestra libertad interior”. Y que Él  –ha concluido– custodie esta libertad interior de todos nosotros.

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