domingo, 5 de agosto de 2018

Jn 12,34-43: La gloria de los hombres y la gloria de Dios

12:34 La multitud le respondió: "Sabemos por la Ley que el Mesías permanecerá para siempre ¿Cómo puedes decir: "Es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto"? ¿Quién es ese Hijo del hombre?"
12:35 Jesús les respondió: "La luz está todavía entre ustedes, pero por poco tiempo. Caminen mientras tengan la luz, no sea que las tinieblas los sorprendan: porque el que camina en tinieblas no sabe a dónde va.
12:36 Mientras tengan luz, crean en la luz y serán hijos de la luz". Después de hablarles así, Jesús se fue y se ocultó de ellos.

La fe y la incredulidad
12:37 A pesar de los muchos signos que hizo en su presencia, ellos no creyeron en él.
12:38 Así debía cumplirse el oráculo del profeta Isaías, que dice: Señor, ¿quién ha creído en nuestra palabra? ¿A quién fue revelado el poder del Señor?
12:39 Ellos no podían creer, porque como dijo también Isaías:
12:40 El ha cegado sus ojos y ha endurecido su corazón, para que sus ojos no vean y su corazón no comprenda, para que no se conviertan ni yo los cure.
12:41 Isaías dijo esto, porque vio la gloria de Jesús y habló acerca de él.
12:42 Sin embargo, muchos creyeron en él, aun entre las autoridades, pero a causa de los fariseos no lo manifestaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
12:43 Preferían la gloria de los hombres a la gloria de Dios.  

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