Misión de Timoteo y de Epafrodito
2:19 Espero, con la ayuda del Señor Jesús, enviarles muy pronto a Timoteo para tener noticias de ustedes y experimentar yo mismo un alivio.
2:20 Porque no encuentro a otro, que tome tan a pecho como él los asuntos de ustedes.
2:21 Todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús.
2:22 Ya saben que él ha dado pruebas de su virtud, porque sirvió conmigo a la causa del Evangelio, como un hijo junto a su padre.
2:23 Por eso espero enviarlo, apenas se aclare mi situación.
2:24 Por otra parte, tengo confianza en el Señor de que pronto podré ir personalmente.
2:25 He creído que era necesario enviarles de nuevo a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes enviaron para que me asistiera en mis necesidades.
2:26 Él tenía un gran deseo de volver a verlos a todos, y estaba muy preocupado porque ustedes se habían enterado de su enfermedad.
2:27 En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo.
2:28 Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste.
2:29 Recíbanlo en el Señor, con mucha alegría, y tengan en gran estima a personas como él.
2:30 Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente.
2:19 Espero, con la ayuda del Señor Jesús, enviarles muy pronto a Timoteo para tener noticias de ustedes y experimentar yo mismo un alivio.
2:20 Porque no encuentro a otro, que tome tan a pecho como él los asuntos de ustedes.
2:21 Todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús.
2:22 Ya saben que él ha dado pruebas de su virtud, porque sirvió conmigo a la causa del Evangelio, como un hijo junto a su padre.
2:23 Por eso espero enviarlo, apenas se aclare mi situación.
2:24 Por otra parte, tengo confianza en el Señor de que pronto podré ir personalmente.
2:25 He creído que era necesario enviarles de nuevo a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes enviaron para que me asistiera en mis necesidades.
2:26 Él tenía un gran deseo de volver a verlos a todos, y estaba muy preocupado porque ustedes se habían enterado de su enfermedad.
2:27 En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo.
2:28 Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste.
2:29 Recíbanlo en el Señor, con mucha alegría, y tengan en gran estima a personas como él.
2:30 Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente.
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