The Spirit of the Early Christian Thought
Robert Louis Wilken
Yale University Press, 2003
Para Robert Louis Wilken, profesor de Historia del Cristianismo en la Universidad de Virginia (USA), es evidente que no todos los que piensan creen, sin embargo, también es evidente que para llegar a creer es necesario pensar. Por eso, la finalidad de su libro, El Espíritu del Primer Pensamiento Cristiano, no consiste en exponernos las creencias de las primeras generaciones de cristianos sino cómo llegaron a creer y pensar la fe en el Señor resucitado.
Este libro no se limita a exponer la doctrina sino que se adentra en el meollo de las ideas, las intenciones, los problemas, los conflictos y la repercusiones del pensamiento de la Iglesia primitiva, el sentido de su vida y misión, sus desafíos.
La primera iglesia cristiana no enseñaba unas doctrinas en la que los catecúmenos debían creer para ser admitidos en el sacramento del bautismo; lo que quería era ganarse la mente y el corazón de los catecúmenos para que cambiaran sus vidas por la nueva vida que el espíritu del Señor resucitado transmitía a todos los fieles.
Para las primeras comunidades cristianas, Jesús no es tan solo un maestro, un profeta, o un sanador. El Cristo resucitado fue el que "iluminó" la historia del crucificado y la de los apóstoles, impulsando el nacimiento de la Iglesia.
El cristianismo no nació como una filosofía. Por eso, la Iglesia no se puede fundar sobre unas doctrinas. La prioridad de la primera comunidad cristiana no era saber o entender, sino participar en la experiencia de fe y encuentro con el Señor y los hermanos que los apóstoles y sus sucesores comunicaban en sus celebraciones.
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