Mientras enseñaba en el templo, Jesús les propuso:
—¿Cómo es que los maestros de la ley dicen que el Cristo es hijo de David? David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?’ Si David mismo lo llama ‘Señor’, ¿cómo puede ser su hijo?
La muchedumbre lo escuchaba con agrado.
(Marcos 12:35-37)
Para muchos creyentes, Jesús es reconocido como el hijo de David, no solamente porque es descendiente por línea paterna del rey David, que unificó Israel y conquistó Jerusalén convirtiéndola en la capital de la nación judía, sino porque Jesús viene a devolver a su pueblo el respeto, la importancia y la independencia, que habia gozado en el pasado frente al resto de las naciones.
Jesus no acepta el título que muchos creyentes le habian adjudicado: hijo de David. La mayor parte del evangelio de Marcos es una catequesis para corregir las ideas preconcebidas que muchos creyentes tenían sobre Jesús. Incluso Pedro, Santiago, Juan..., tienen que purificar sus intenciones y expectativas porque ellos piensan en un reinado de Dios al estilo de los reyes de este mundo.
—¿Cómo es que los maestros de la ley dicen que el Cristo es hijo de David? David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?’ Si David mismo lo llama ‘Señor’, ¿cómo puede ser su hijo?
La muchedumbre lo escuchaba con agrado.
(Marcos 12:35-37)
Para muchos creyentes, Jesús es reconocido como el hijo de David, no solamente porque es descendiente por línea paterna del rey David, que unificó Israel y conquistó Jerusalén convirtiéndola en la capital de la nación judía, sino porque Jesús viene a devolver a su pueblo el respeto, la importancia y la independencia, que habia gozado en el pasado frente al resto de las naciones.
Jesus no acepta el título que muchos creyentes le habian adjudicado: hijo de David. La mayor parte del evangelio de Marcos es una catequesis para corregir las ideas preconcebidas que muchos creyentes tenían sobre Jesús. Incluso Pedro, Santiago, Juan..., tienen que purificar sus intenciones y expectativas porque ellos piensan en un reinado de Dios al estilo de los reyes de este mundo.
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