jueves, 16 de agosto de 2018

Hechos 5,1-11: El caso de Ananías y Safira

El caso de Ananías y Safira
5:1 Un hombre llamado Ananías, junto con su mujer, Safira, vendió una propiedad,
5:2 y de acuerdo con ella, se guardó parte del dinero y puso el resto a disposición de los Apóstoles.
5:3 Pedro le dijo: "Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás se apoderara de ti hasta el punto de engañar al Espíritu Santo, guardándote una parte del dinero del campo?
5:4 ¿Acaso no eras dueño de quedarte con él? Y después de venderlo, ¿no podías guardarte el dinero? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? No mentiste a los hombres sino a Dios".
5:5 Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido.
5:6 Vinieron unos jóvenes, envolvieron su cuerpo y lo llevaron a enterrar.
5:7 Unas tres horas más tarde, llegó su mujer, completamente ajena a lo ocurrido.
5:8 Pedro le preguntó: "¿Es verdad que han vendido el campo en tal suma?" Ella respondió: "Sí, en esa suma".
5:9 Pedro le dijo: "¿Por qué se han puesto de acuerdo para tentar así al Espíritu del Señor? Mira junto a la puerta las pisadas de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos también te van a llevar a ti".
5:10 En ese mismo momento, ella cayó muerta a sus pies; los jóvenes, al entrar, la encontraron muerta, la llevaron y la enterraron junto a su marido.
5:11 Un gran temor se apoderó entonces de toda la Iglesia y de todos los que oyeron contar estas cosas.

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