miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vocabulario del Adviento: Universalidad. Qué significa ser católico? La desafiante universalidad del católico


Las historias y el mensaje bíblico del Adviento nos recuerdan que cuando nuestra fe, creencias, familia, comunidad, Iglesia, pueblo, se inspiran en el amor de Dios, entonces, es universal. En este sentido, la Iglesia debe ser católica porque, de lo contrario, no sería fiel a su misión y a su propia razón de ser.

Algunos creyentes utilizan la palabra católico para referirse a los cristianos que aceptan el primado y la autoridad universal del obispo de Roma; por eso, llaman a esta iglesia romano-católica. Sin embargo, la catolicidad (=universalidad) del evangelio que anuncia la Iglesia católica no se inspira en la persona del obispo de Roma sino en Jesús de Nazaret:

"Id y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; 
bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado"
(Mateo 28:19-20),

"Vayan y prediquen el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).


La vida de Jesús de Nazaret, sus gestos y sus palabras, son el mejor testimonio de la universalidad del Evangelio. En una sociedad en que el poder y la sabiduría estaba en manos de una élite aristocrática, los primeros cristianos confiesan que el Hijo de Dios vino al mundo en un lugar muy humilde.

La genealogía de Jesús no presenta un linaje de hombres y mujeres puros sino que en ella encontramos de todo: reyes, carpinteros, santos, pecadores, judíos, extranjeros, etc. Conocemos los orígenes de Jesus de Nazaret no porque el evangelista tuviera nostalgia de un pasado glorioso, sino porque nos quiere mostrar la diversidad y pluralidad de las gentes que forman parte del árbol genealógico de Jesús.

En una sociedad donde la enseñanza de la palabra de Dios estaba reservada a los hombres, Jesús le dice a Marta que su hermana, María, ha escogido la mejor parte: lo cual, en aquel momento de intimidad y revelación, consistía en estar con el maestro y escucharle.

Pero lo que más escandalizó en aquel tiempo a los representantes de la ley de Dios es que Jesús de Nazaret entrase en la casa de los pecadores y comiera con ellos; tal vez, no encontremos otro ejemplo más claro de la universalidad del Evangelio. La palabra de Dios no es para que unos pocos (justos, puros, rectos) gocen de su presencia, sino para guiar a los que se han perdido, sanar a los que están enfermos, fortalecer a los débiles..., y escandalizar a las élites.

Hasta aquí, el sentido de católico no apunta a la exclusividad del evangelio sino a su desafiante universalidad, y a la diversidad y pluralidad de las gentes que se juntan para escuchar el Evangelio.

A partir de la primera década del siglo II d.C., la palabra católico comienza a identificar a un grupo muy concreto de creyentes.

Encontramos por primera vez la palabra católico en la carta que san Ignacio de Antioquía (tercer obispo de Antioquía, discípulo de los apostoles Pedro y Juan) dirige a los cristianos de Esmina (aprox. 110 d.C.). Pero Ignacio no inventa la palabra católico, pues ya era utilizada con anterioridad para referirse a aquello que "afecta a todo el mundo y es universal". Sin embargo, Ignacio le da un nuevo giro a la palabra católico para decir: "Donde esté el obispo esté la muchedumbre, así como donde está Jesucristo está la iglesia católica" (8:2).

Algunos debaten si católico en este contexto significa universal o verdadera/auténtica. La mayoría de los autores favorece el primer significado, "universal", con el razonamiento de que "así como el obispo preside la iglesia local, así mismo Jesucristo preside la iglesia universal."

San Policarpo, martirizado 50 años después que san Ignacio de Antioquía, utiliza la palabra católico en ambos sentidos (universal y auténtica): tres veces con el sentido de universal y una vez con el sentido de autentica. En su tiempo, Policarpo, ya es reconocido como Obispo de la Iglesia Católica de Esmirna.

En el año 375 d.C., san Paciano de Barcelona escribe: 

"Cristiano es mi nombre y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético" (Carta a Sympronian).

El concepto de catolicidad es desarrollado por san Cirilo de Jerusalén (315-386) en sus catequesis: 

"La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes" (Catequesis 18:23).

Mucho más tarde, santo Tomás de Aquino desarrollará en profundidad los diversos elementos de la teología de la catolicidad. En resumen, santo Tomás dice que la Iglesia es universal (=católica) en tres sentidos: 

1) Se encuentra en todos los lugares, teniendo tres partes: en la tierra, en el cielo, en el purgatorio. 
2) Incluye personas de todos los estados de vida. 
3) No tiene límite de tiempo desde Abel hasta la consumación de los siglos.

Los escritos de los Padres Apostólicos demuestran que la esencia de la Iglesia Católica no ha cambiado sino que ha profundizado en el conocimiento.

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