“Aleluya” es una exclamación de alegria propia del judaísmo y tambien muy presente en el cristianismo, por ser la palabra más alegre para alabar a Dios.
La palabra aleluya, הַלְּלוּיָהּ (hallel-lu-Yah: hebreo), halaluiah (latin) es una palabra compuesta:
Hallel: alaba
u: vosotros
a Yah: a Dios.
“¡Alaben a Dios! ¡Gloria al Señor!”
Hallel expresa no solo alabanza a, sino gloria a, loor a. Se trata de término aplicable a personas muy honorables y, en su sentido mas estricto, solamente a Dios porque solo a El pertenece la gloria. Los hombres pueden alabarse a si mismos, pero la gloria solo le pertenece a Dios.
"Aleluya" en su sentido religiosos se traduce: "Gloria al único que existe en si mismo (Yah: Dios)”. Yah es abreviación del nombre divino, Yahveh.
En algunos países de América Latina se denomina "aleluyas" a los cristianos evangélicos y en general a los protestantes.
Uso litúrgico
Durante los primeros siglos se cantaba Aleluya el Domingo de Resurrección; mas tarde comenzó a usarse durante todo el tiempo Pascual y, posteriormente, todos los domingos.
Hoy, en la Iglesia oriental, se escucha en todas las épocas del año. El rito occidental, sigue el ordenamiento del papa san Gregorio I (590-604) sobre la celebración de la misa, el cual establece que se canta el aleluya desde la Pascua hasta el Pentecostés. El aleluya se omite durante los tiempos penitenciales como la Cuaresma (en la cual tampoco se canta el Gloria in excelsis), las misas de difuntos o las misas feriales de Adviento.
En la Biblia, los salmos son principalmente una alabanza, por lo que muchos comienzan con la palabra Aleluya (106, 111, 112, 113, 135, 146, 147, 148, 149, 150) o terminan con esta palabra (105, 115, 116, 117).
San Agustín, relaciona la liturgia con el tiempo celestial: “Los que en la tierra digan ‘amén’ para aceptar a Dios plenamente, en el cielo dirán ‘aleluya’ para cantar su gloria y su poder”.
La palabra aleluya, הַלְּלוּיָהּ (hallel-lu-Yah: hebreo), halaluiah (latin) es una palabra compuesta:
Hallel: alaba
u: vosotros
a Yah: a Dios.
“¡Alaben a Dios! ¡Gloria al Señor!”
Hallel expresa no solo alabanza a, sino gloria a, loor a. Se trata de término aplicable a personas muy honorables y, en su sentido mas estricto, solamente a Dios porque solo a El pertenece la gloria. Los hombres pueden alabarse a si mismos, pero la gloria solo le pertenece a Dios.
"Aleluya" en su sentido religiosos se traduce: "Gloria al único que existe en si mismo (Yah: Dios)”. Yah es abreviación del nombre divino, Yahveh.
En algunos países de América Latina se denomina "aleluyas" a los cristianos evangélicos y en general a los protestantes.
Uso litúrgico
Durante los primeros siglos se cantaba Aleluya el Domingo de Resurrección; mas tarde comenzó a usarse durante todo el tiempo Pascual y, posteriormente, todos los domingos.
Hoy, en la Iglesia oriental, se escucha en todas las épocas del año. El rito occidental, sigue el ordenamiento del papa san Gregorio I (590-604) sobre la celebración de la misa, el cual establece que se canta el aleluya desde la Pascua hasta el Pentecostés. El aleluya se omite durante los tiempos penitenciales como la Cuaresma (en la cual tampoco se canta el Gloria in excelsis), las misas de difuntos o las misas feriales de Adviento.
En la Biblia, los salmos son principalmente una alabanza, por lo que muchos comienzan con la palabra Aleluya (106, 111, 112, 113, 135, 146, 147, 148, 149, 150) o terminan con esta palabra (105, 115, 116, 117).
San Agustín, relaciona la liturgia con el tiempo celestial: “Los que en la tierra digan ‘amén’ para aceptar a Dios plenamente, en el cielo dirán ‘aleluya’ para cantar su gloria y su poder”.
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