Después de dos días de ayuno (sólo líquidos), hoy -tercer día- me he levantado con una gran sensación de alivio y bienestar. Estoy asombrado. Ayer no estaba seguro de si sería capaz de finalizar mi tercer día de ayuno; esta mañana estoy convencido de que no va a ser difícil.
Sigo con las actividades diarias: misas, visita a los enfermos, consejo matrimonial y familiar, ayuda social, administración y trabajo de oficina. Aunque exige disciplina, sobre todo los dos primeros días, en mi opinión, si estamos sanos, se puede practicar tres días de ayuno sin que por este motivo debamos reducir nuestras actividades diarias.
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