miércoles, 25 de abril de 2012

Entusiasmo y sencillez en las homilias


El cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", ha animado en Valencia a los sacerdotes a poner de relieve "la centralidad de Cristo" en sus homilías no sólo con palabras, sino también con "el tono, las expresiones, la alegría, la sencillez y el entusiasmo", ya que "los fieles perciben el amor del celebrante a Cristo" en todo ello.

El purpurado guineano, que ha pronunciado una conferencia en la facultad de Teología "San Vicente Ferrer" con el título "La Palabra de Dios en la vida del sacerdote: oración y homilía", ha aconsejado también a los presbíteros evitar "homilías genéricas y abstractas que oculten la sencillez de la Palabra de Dios, así como inútiles divagaciones que corren el riesgo de atraer la atención más sobre el predicador que sobre el corazón del mensaje evangélico".

En este sentido, "debe quedar claro a los fieles que lo que interesa del predicador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda homilía", ha subrayado el cardenal Sarah, que ha apoyado su disertación principalmente en la exhortación apostólica "Verbum Domini" del papa Benedicto XVI "sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia".

"El sacerdote procurará con sus palabras que los fieles puedan descubrir el rostro amable de Cristo, que se encuentra en el Evangelio, que oigan y pongan en práctica las inspiraciones que el Espíritu Santo suscita en la proclamación de la Palabra de Dios".

Para poder desarrollar ese modo de predicar, el purpurado ha recomendado a los sacerdotes dedicar un "tiempo de preparación a la homilía" que incluya un "estudio meditativo íntimamente unido a la oración personal". De hecho, "el predicador tiene que ser el primero que tiene que dejarse interpelar por la Palabra de Dios que anuncia".

En este punto, ha citado a san Agustín al añadir que "pierde tiempo predicando exteriormente la Palabra de Dios quien no es oyente de ella en su interior".

Por otra parte, el cardenal Sarah ha exhortado a que, además de preparar con especial atención la homilía dominical y la de las solemnidades, "no se deje de ofrecer también, cuando sea posible, durante las misas del resto de días breves reflexiones apropiadas para ayudar a los fieles a acoger y hacer fructífera la palabra escuchada".

Por todo ello, ha animado a todos los cristianos, y en particular a los sacerdotes, a leer asiduamente la Biblia, a profundizar en su conocimiento y a dejarse interpelar por la Sagrada Escritura. Con su conferencia, ha quedado clausurado el ciclo de "Diálogos de Teología Almudí".

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