Con frecuencia los cristianos hacemos la señal de la cruz sobre nuestras personas, o nos la hace el sacerdote en el caso del bautismo o de las bendiciones.
Al principio era costumbre hacerla únicamente sobre la frente, pero luego se empezó a hacerlo tal como ahora lo conocemos: hacer la señal de la cruz sobre nosotros mismos, desde la frente al pecho, y desde el hombro izquierdo al derecho. También puede hacerse la triple cruz pequeña, primero en la frente, después en la boca, y por último en el pecho, como es el caso de la proclamación del Evangelio.
Es un gesto sencillo, pero lleno de significado porque, si se hace con la debida devoción, es una verdadera confesión de nuestra fe: Dios nos ha salvado en la Cruz de Cristo. Es un signo de pertenencia ya que al hacerlo sobre nuestra persona queremos decir que estamos bautizados y, por lo tanto, pertenecemos a Cristo, quien es nuestro Salvador y el origen y razón de nuestra existencia cristiana.
Al principio era costumbre hacerla únicamente sobre la frente, pero luego se empezó a hacerlo tal como ahora lo conocemos: hacer la señal de la cruz sobre nosotros mismos, desde la frente al pecho, y desde el hombro izquierdo al derecho. También puede hacerse la triple cruz pequeña, primero en la frente, después en la boca, y por último en el pecho, como es el caso de la proclamación del Evangelio.
Es un gesto sencillo, pero lleno de significado porque, si se hace con la debida devoción, es una verdadera confesión de nuestra fe: Dios nos ha salvado en la Cruz de Cristo. Es un signo de pertenencia ya que al hacerlo sobre nuestra persona queremos decir que estamos bautizados y, por lo tanto, pertenecemos a Cristo, quien es nuestro Salvador y el origen y razón de nuestra existencia cristiana.
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