Hoy celebramos la Asunción de la Virgen.
En una ocasión alguien quiso dedicar un bonito piropo a María y dijo a Jesús: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron. Dichosos más bien", dijo Jesús, "los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica".
No estaba despreciando el piropo, lo estaba haciendo más grande aún porque si alguien ha escuchado la Palabra de Dios y la ha llevado a la práctica, esa ha sido María.
Por eso hoy celebramos su triunfo definitivo, la entrada triunfal en el Reino de Dios, cuyas puertas acababa de abrir su Hijo para todos los seres humanos de toda raza, lengua y nación, sin cortapisas ni condiciones. Bueno, sí hay una condición, querer entrar. Y querer entrar es vivir como María, cumpliendo siempre la voluntad de Dios y cantando sus maravillas con este himno que recomiendo a todos recitarlo todos los días:
"Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí,
su Nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Amén
Felicidades a todas las Asunción y a la primera Parroquia de Villacarrillo que también lleva ese lindo nombre.
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