Celebramos hoy nada más y nada menos que al patrón de los encierros y las fiestas principales pamplonicas (España).
San Fermín nació en Pamplona sobre el año 272 y era hijo del Senador Firmo que fue gobernador romano de Pamplona. Según la leyenda, la predicación de San Honesto, llegado de la prisión de Carcasona, de donde fue liberado milagrosamente por un ángel, hizo mella en sus padres pero su conversión real llegó después de escuchar a San Saturnino, el patrono de Pamplona que bautizó a Fermín y a sus padres en el llamado Pocico de San Cernin.
A los 18 años fue ordenado sacerdote en Tolosa y, después de unos años predicando por Navarra marchó a Francia. Allí organizó la comunidad cristiana de Amiens y construyó su iglesia, por lo que fue elegido como su primer obispo con tan solo 24 años de edad.
Allí mismo fue encarcelado años más tarde y finalmente decapitado por negarse a renegar de su fe cristiana.
Es copatrono de Navarra, junto con San Francisco Javier, y patrono de los vinateros, boteros y panaderos.
¡Que viva San Fermín!
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