Dios de Amor,
escucha nuestra oración.
Dios de todos los santos,
de Sara, de Ruth y Rebeca;
Dios de santa Isabel, madre de Juan,
de Santa María, Madre de Jesús,
escucha nuestra petición
y bendice a las madres de nuestra familia.
Bendícelas con la fortaleza de tu Espíritu,
ellas que le han enseñado a nuestros niños
cómo levantarse y caminar.
Bendícelas con la melodía de tu amor,
ellas que nos han enseñado cómo hablar,
cómo cantar y orar contigo.
Bendícelas con un lugar en la mesa de la eternidad,
ellas que han alimentado y criado la vida que se formaba en ellas,
mientras aún indefensa se abrazaba a su amor.
Bendícelas hoy, ahora, en esta vida,
con cosas buenas y con salud.
Bendícelas con alegría, con amor,
con la sonrisa y el orgullo de sus hijos,
y rodéalas de muchos buenos amigos.
Que ellas, que llevaron la vida en sus vientres,
sean cargadas un día en tus divinos brazos:
y allí, por toda la eternidad,
se regocijen con su familia y amigos.
Que esta bendición y todos las gracias, te pedimos,
desciendan sobre las madres de nuestra familia:
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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