sábado, 26 de octubre de 2013

Parábola de un propietario que salió a contratar jornaleros para su viña (Mateo 20:1-16)

Mateo 20,1-16
Miércoles de la 20 semana del tiempo ordinario,
Domingo 25 del Tiempo Ordinario A,

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."

Comentario:

La parábola de los obreros de la viña nos muestra que hay más de una manera de entender la justicia y lo que es justo. Es cierto que la justicia es un valor universal, sin embargo, la parábola de Jesús pone en evidencia que a veces entendemos la justicia a nuestra manera.

Es evidente que para el dueño de la viña el trabajo es algo necesario para el hombre. Por eso, da trabajo a todos sin importarle la hora y el salario. Para comprender esta parábola debemos reconocer que la viña representa al Pueblo de Dios. Estos jornaleros están trabajando para el pueblo de Dios y por el Reino de Dios, pues han sido enviados por el dueño de la viña.

La justicia de Dios (dueño de la viña) solamente la entendemos si aceptamos que:

a. hemos recibido la vida y nuestros talentos de Dios.
b. nuestros talentos y habilidades no son solamente para cuidar de nosotros mismos sino también para cuidar a los demás.

De ahí, que Jesús finalice su parábola de una manera que puede parecernos enigmática: "Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros". Porque, ¿quiénes son los primeros? En la viña de este Señor los primeros no son los que son servidos sino los que están llamados a servir.

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