La doxología (del griego δόξα –fama, opinión, gloria– y λογος –palabra, conocimiento–), adquiere en el cristianismo la forma de una gran alabanza a Dios.
En la liturgia, la doxología se usa como alabanza a Dios. La gran doxología de la misa es el himno del Gloria con el que los fieles alaban a la Trinidad. La oración eucarística concluye también con la doxología: «Por Cristo, con él y en él..."
En la Liturgia de las Horas, el himno concluye con la doxología que se dirije a la persona divina. Al final de cada salmo se recita el Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
La doxología cristiana más usada por católicos, ortodoxos, y muchas iglesias protestantes (incluidos los metodistas), es el Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et per sæcula sæculorum, Amen. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Esta doxología alaba al Dios cristiano contiene una pequeña declaración de fe en la igualdad de las tres personas de la Trinidad.
Otra fórmula doxológica del mismo tipo es: Por Cristo, con él y en él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amen.
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