No es verdad que le llamaran Bailón porque se pasaba la vida bailando. Bailón es su apellido. También bailaba, pero no tanto. Y siempre lo hacía delante de la imagen de la Virgen, mientras decía “Señora, no puedo ofrecerte grandes cosas porque no las tengo pero te ofrezco mi danza campesina” Y a la Virgen las danzas campesinas le pirran.
Pascual era el segundo de seis hermanos y le pusieron ese nombre porque nació la vigilia de Pentecostés. Fue pastor desde los siete años y un enamorado de Jesús en el Santísimo sacramento del altar. Con frecuencia desde los campos se ponía de rodillas mirando hacia la iglesia para adorar al Santísimo.
A los veinticuatro años entró de hermano lego en los frailes menores franciscanos, pues apenas sabía leer, aunque hacía todos los días el oficio parvo a la Santísima Virgen. En el convento desempeñó siempre trabajos humildes, fue portero, cocinero, barrendero y mandadero.
La humildad y el amor a los pobres y necesitados fueron el sello principal de su vida, unido a la devoción a nuestra madre del cielo y la adoración a la Eucaristía.
Pese a su poca instrucción se expresaba con gran sabiduría, consiguiendo la conversión de muchos “católicos no practicantes” o sea cristianos de boquilla.
El día de Pentecostés de 1592 murió el lego franciscano en su convento de Villarreal, donde se conserva su cuerpo y nació San Pascual Bailón.
Pascual era el segundo de seis hermanos y le pusieron ese nombre porque nació la vigilia de Pentecostés. Fue pastor desde los siete años y un enamorado de Jesús en el Santísimo sacramento del altar. Con frecuencia desde los campos se ponía de rodillas mirando hacia la iglesia para adorar al Santísimo.
A los veinticuatro años entró de hermano lego en los frailes menores franciscanos, pues apenas sabía leer, aunque hacía todos los días el oficio parvo a la Santísima Virgen. En el convento desempeñó siempre trabajos humildes, fue portero, cocinero, barrendero y mandadero.
La humildad y el amor a los pobres y necesitados fueron el sello principal de su vida, unido a la devoción a nuestra madre del cielo y la adoración a la Eucaristía.
Pese a su poca instrucción se expresaba con gran sabiduría, consiguiendo la conversión de muchos “católicos no practicantes” o sea cristianos de boquilla.
El día de Pentecostés de 1592 murió el lego franciscano en su convento de Villarreal, donde se conserva su cuerpo y nació San Pascual Bailón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario