martes, 3 de mayo de 2016

Juan 14,6-14: "Jesús es el Camino, pero hay cristianos que son momias o vagabundos", por el papa Francisco

Juan 14,6-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos a] Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."

— Comentario del papa Francisco
"Jesús es el Camino, pero hay cristianos que son momias o vagabundos"

«Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a caminar bien», dijo el Papa Francisco al reflexionar sobre las palabras de Jesús a Tomás: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»... «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre».

Reiterando que Jesús es el «camino justo» de la vida cristiana, el Santo Padre señaló que es importante verificar constantemente si:

  • lo estamos siguiendo con coherencia, 
  • hemos perdido la experiencia de fe, 
  • nos hemos quedado por el camino. 

Camino por el cual se van encontrando diversos tipos de cristianos: cristianos momias, cristianos vagabundos, cristianos testarudos, cristianos a mitad de camino

El Papa se detuvo sobre las características de esos cristianos que están confundidos, empezando por el cristiano que parece que está como embalsamado y no camina: «Un cristiano que no camina, que no hace camino, es un cristiano no cristiano. Es un cristiano un poco ‘paganizado': está allí, estancado, no va adelante en la vida cristiana, no hace florecer las Bienaventuranzas en su vida, no hace las obras de misericordia... Está parado. Perdónenme la palabra, pero es como si fuera una ‘momia espiritual'. Y hay cristianos que son ‘momias espirituales'. Parados, allí. No hacen daño, pero no hacen el bien'».

También hay cristianos porfiados. Si bien, cuando se camina es posible que uno se equivoque de camino, eso no es lo peor. Francisco advirtió que «la tragedia es ser testarudo y decir: ‘éste es el camino'. Y no dejar que la voz del Señor nos diga que no lo es, que nos diga: ‘vuelve atrás y toma el camino verdadero'.

También hay cristianos que ‘caminan, pero no saben dónde van': «Son errantes en la vida cristiana, vagabundos. Su vida es un ir dando vueltas, aquí y allá, y así se pierden la belleza de acercarse a Jesús, al camino de Jesús. Pierden el camino, porque van dando vueltas, y tantas veces ese vagabundear los lleva a una vida sin salida: el vagabundear demasiado se transforma en un laberinto y después no saben cómo salir. Han perdido esa llamada de Jesús. No tienen brújula para salir y dan vueltas, buscan.

Hay otros que en el camino quedan seducidos por una belleza, por algo, y se quedan a mitad de camino, fascinados por lo que ven, por una idea, una propuesta, un paisaje... ¡Y se detienen! ¡La vida cristiana no es una fascinación: es una verdad! ¡Es Jesucristo!».

¿Cómo va el camino cristiano que empecé en el Bautismo? ¿Estancado? ¿Equivocado? ¿Vagabundeando espiritualmente? ¿Me detengo ante lo que me gusta: mundanidad, vanidad? O sigo siempre hacia adelante, haciendo que sean concretas las Bienaventuranzas y las obras de misericordia... El Papa recordó que el Camino de Jesús está lleno de consolaciones, de gloria y también de cruz, pero siempre con la paz en el alma. Y alentó a preguntarnos cómo es nuestro caminar:

«Quedémonos hoy con la pregunta, pero preguntémonos, cinco minutitos... ¿Cómo estoy yo en este camino cristiano? ¿Estancado, equivocado, dando vueltas, parándome ante las cosas que me gustan, o en el camino de Jesús: ‘Yo soy el Camino'? ¡Y pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a caminar bien, siempre! Y, cuando nos cansamos, un pequeño refresco y adelante. Pidamos esta gracia».

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