martes, 2 de septiembre de 2014

Evangelio en imágenes: Marcos 2,1-12


Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaúm, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta. El les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
— Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Unos letrados que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?"
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
— ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico: Tus pecados quedan perdonados, o decirle: Levántate, coge la camilla y echa a andar? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..., entonces le dijo al paralítico: Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo:
— Nunca hemos visto una cosa igual.

No hay comentarios: