1 Corintios 15,12-20
Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan. Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
— Comentario por el papa Francisco
El recorrido del cristiano se cumple en la resurrección. Con estas palabras se ha dirigido el santo padre Francisco a los fieles esta mañana en la homilía de Santa Marta. Comentando las palabras de la primera lectura de san Pablo a los corintios, el Papa ha subrayado que los cristianos parecen tener dificultad en creer en la transformación después de la muerte.
De este modo, el Pontífice ha centrado su reflexión de este viernes en la primera lectura, en la que san Pablo habla de la resurrección.
Francisco ha recordado que los corintios creían que "Cristo ha resucitado" y "nos ayuda desde el Cielo" pero no estaba claro para ellos que "también nosotros resucitaremos".
Asimismo ha explicado que ellos pensaban de otra forma: "sí, los muertos están justificados, no irán al infierno, ¡muy bonito! pero irán un poco al cosmos, en el aire, allí, el alma delante de Dios, solamente el alma".
Por otro lado, ha señalado que también san Pedro "la mañana de la resurrección fue rápido al sepulcro y pensaba que lo habían robado".
Al igual que María Magdalena. "No entraba en su cabeza una resurrección real", ha advertido el Papa. Ellos "no conseguían entender ese paso nuestro de la muerte a la vida" a través de la resurrección, ha explicado.
Y así, Francisco ha indicado que finalmente "han aceptado la de Jesús porque la han visto", pero "la de los cristianos no era entendida así".
A propósito, el Pontífice ha recordado que cuando san Pablo fue a Atenas y comenzó a hablar de la resurrección de Cristo, los griegos sabios y filósofos se asustaban.
Y así lo ha explicado el Papa: "Pero la resurrección de los cristianos es un escándalo, no pueden entenderlo. Y por esto Pablo hace este razonamiento, razona así, muy claro: ´Si Cristo ha resucitado, ¿cómo pueden decir algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? Si Cristo ha resucitado, también los muertos resucitarán´. Hay una resistencia a la transformación, la resistencia a que la obra del Espíritu que hemos recibido en el Bautismo nos transforme hasta el final, en la resurrección. Y cuando nosotros hablamos de esto, nuestro lenguaje dice: ´Pero, yo quiero ir al Cielo, no quiero ir al infierno´, y nos detenemos aquí. Ninguno de nosotros dice: ´Yo resucitaré como Cristo´: no. También para nosotros es difícil entender esto".
Al respecto ha observado que "es más fácil pensar en un panteísmo cósmico". Y esto porque "existe la resistencia a ser transformados, que es la palabra que usa Pablo: ´Seremos transformados. Nuestro cuerpo será transformado´".
Francisco ha explicado que "cuando un hombre y una mujer deben someterse a una operación quirúrgica tienen mucho miedo porque le quitarán algo o le pondrán otra cosa... será transformado, por así decir". Y ha añadido que "con la resurrección, todo seremos transformados".
El Pontífice lo ha precisado de la siguiente manera: "Este es el futuro que nos espera y este es el hecho que nos lleva a poner tanta resistencia: resistencia a la transformación de nuestro cuerpo. También resistencia a la identidad cristiana. Diré más: quizá no tenemos tanto miedo a la apocalipsis del maligno, del anticristo que debe venir antes. Quizá no tenemos tanto miedo de la voz del arcángel o del sonar de la trompeta: será la victoria del Señor. Tenemos miedo de nuestra resurrección: todos nosotros seremos transformados. Será el final de nuestro recorrido cristiano, el de la transformación".
Para continuar con la homilía, Francisco ha observado que "esta tentación de no creer en la resurrección de los muertos ha nacido en los primeros días de la Iglesia".
Y cuando Pablo tuvo que hablar de esto a los tesalonicenses, "al final, para consolarles, para animarles, dice una de las frases más llena de esperanza que hay en el Nuevo Testamento, y dice así: ´a final, estaremos con Él´". Por ello, el Pontífice ha añadido que esta es la identidad cristiana: "Estar con el Señor. Así, con nuestro cuerpo y nuestra alma". Así, "resucitaremos para estar con el Señor, y la resurrección comienza aquí, como discípulos, si nosotros estamos con el Señor, si caminamos con el Señor". El Papa ha precisado que este "es el camino hacia la resurrección. Y si estamos acostumbrados a estar con el Señor, este miedo de la transformación de nuestros cuerpo se aleja".
En la conclusión de la homilía, el Santo Padre ha afirmado que la resurrección será como un despertar. Jacob nos dice: "yo lo veré con mis ojos", precisando que "no espiritualmente, no, con mi cuerpo, con mis ojos transformados". Además, ha advertido que "la identidad cristiana no termina con un triunfo temporal, no termina con una bonita misión", la identidad cristiana se cumple "con la resurrección de nuestros cuerpos, con nuestra resurrección".
Para finalizar, el Pontífice ha añadido que "allí está el final, para saciarnos de la imagen del Señor. La identidad cristiana es un camino, es un camino donde se está con el Señor; como esos dos discípulos que ´estuvieron con el Señor´ todo esa tarde. También toda nuestra vida está llamada a estar con el Señor para --al final, después de la voz del arcángel, después del sonar de la trompeta-- permanecer, y estar con el Señor".
Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan. Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
— Comentario por el papa Francisco
El recorrido del cristiano se cumple en la resurrección. Con estas palabras se ha dirigido el santo padre Francisco a los fieles esta mañana en la homilía de Santa Marta. Comentando las palabras de la primera lectura de san Pablo a los corintios, el Papa ha subrayado que los cristianos parecen tener dificultad en creer en la transformación después de la muerte.
De este modo, el Pontífice ha centrado su reflexión de este viernes en la primera lectura, en la que san Pablo habla de la resurrección.
Francisco ha recordado que los corintios creían que "Cristo ha resucitado" y "nos ayuda desde el Cielo" pero no estaba claro para ellos que "también nosotros resucitaremos".
Asimismo ha explicado que ellos pensaban de otra forma: "sí, los muertos están justificados, no irán al infierno, ¡muy bonito! pero irán un poco al cosmos, en el aire, allí, el alma delante de Dios, solamente el alma".
Por otro lado, ha señalado que también san Pedro "la mañana de la resurrección fue rápido al sepulcro y pensaba que lo habían robado".
Al igual que María Magdalena. "No entraba en su cabeza una resurrección real", ha advertido el Papa. Ellos "no conseguían entender ese paso nuestro de la muerte a la vida" a través de la resurrección, ha explicado.
Y así, Francisco ha indicado que finalmente "han aceptado la de Jesús porque la han visto", pero "la de los cristianos no era entendida así".
A propósito, el Pontífice ha recordado que cuando san Pablo fue a Atenas y comenzó a hablar de la resurrección de Cristo, los griegos sabios y filósofos se asustaban.
Y así lo ha explicado el Papa: "Pero la resurrección de los cristianos es un escándalo, no pueden entenderlo. Y por esto Pablo hace este razonamiento, razona así, muy claro: ´Si Cristo ha resucitado, ¿cómo pueden decir algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? Si Cristo ha resucitado, también los muertos resucitarán´. Hay una resistencia a la transformación, la resistencia a que la obra del Espíritu que hemos recibido en el Bautismo nos transforme hasta el final, en la resurrección. Y cuando nosotros hablamos de esto, nuestro lenguaje dice: ´Pero, yo quiero ir al Cielo, no quiero ir al infierno´, y nos detenemos aquí. Ninguno de nosotros dice: ´Yo resucitaré como Cristo´: no. También para nosotros es difícil entender esto".
Al respecto ha observado que "es más fácil pensar en un panteísmo cósmico". Y esto porque "existe la resistencia a ser transformados, que es la palabra que usa Pablo: ´Seremos transformados. Nuestro cuerpo será transformado´".
Francisco ha explicado que "cuando un hombre y una mujer deben someterse a una operación quirúrgica tienen mucho miedo porque le quitarán algo o le pondrán otra cosa... será transformado, por así decir". Y ha añadido que "con la resurrección, todo seremos transformados".
El Pontífice lo ha precisado de la siguiente manera: "Este es el futuro que nos espera y este es el hecho que nos lleva a poner tanta resistencia: resistencia a la transformación de nuestro cuerpo. También resistencia a la identidad cristiana. Diré más: quizá no tenemos tanto miedo a la apocalipsis del maligno, del anticristo que debe venir antes. Quizá no tenemos tanto miedo de la voz del arcángel o del sonar de la trompeta: será la victoria del Señor. Tenemos miedo de nuestra resurrección: todos nosotros seremos transformados. Será el final de nuestro recorrido cristiano, el de la transformación".
Para continuar con la homilía, Francisco ha observado que "esta tentación de no creer en la resurrección de los muertos ha nacido en los primeros días de la Iglesia".
Y cuando Pablo tuvo que hablar de esto a los tesalonicenses, "al final, para consolarles, para animarles, dice una de las frases más llena de esperanza que hay en el Nuevo Testamento, y dice así: ´a final, estaremos con Él´". Por ello, el Pontífice ha añadido que esta es la identidad cristiana: "Estar con el Señor. Así, con nuestro cuerpo y nuestra alma". Así, "resucitaremos para estar con el Señor, y la resurrección comienza aquí, como discípulos, si nosotros estamos con el Señor, si caminamos con el Señor". El Papa ha precisado que este "es el camino hacia la resurrección. Y si estamos acostumbrados a estar con el Señor, este miedo de la transformación de nuestros cuerpo se aleja".
En la conclusión de la homilía, el Santo Padre ha afirmado que la resurrección será como un despertar. Jacob nos dice: "yo lo veré con mis ojos", precisando que "no espiritualmente, no, con mi cuerpo, con mis ojos transformados". Además, ha advertido que "la identidad cristiana no termina con un triunfo temporal, no termina con una bonita misión", la identidad cristiana se cumple "con la resurrección de nuestros cuerpos, con nuestra resurrección".
Para finalizar, el Pontífice ha añadido que "allí está el final, para saciarnos de la imagen del Señor. La identidad cristiana es un camino, es un camino donde se está con el Señor; como esos dos discípulos que ´estuvieron con el Señor´ todo esa tarde. También toda nuestra vida está llamada a estar con el Señor para --al final, después de la voz del arcángel, después del sonar de la trompeta-- permanecer, y estar con el Señor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario