viernes, 1 de noviembre de 2013

Mateo 20,20-28

Mateo 20,20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó:
— ¿Qué deseas?
Ella contestó:
— Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Pero Jesús replicó:
— No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?
Contestaron:
— Lo somos.
Él les dijo:
— Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo:
— Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.

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