miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los escritos del Papa: cartas encíclicas, epístolas encíclicas, constitución apostólica, exhortación apostólica, carta apostólica, bula, motu proprio.


1. Cartas Encíclicas
2. Epístola Encíclica
3. Constitución Apostólica
4. Exhortación Apostólica
5. Cartas Apostólicas
6. Bulas y Breves
7. Motu Proprio

CARTAS ENCÍCLICAS

Del latín Literae encyclicae, que literalmente significa "cartas circulares". Las encíclicas son cartas públicas del Papa que expresan su enseñanza en materia de gran importancia. Pablo VI definió la encíclica como "un documento, en la forma de carta, enviado por el Papa a los obispos del mundo entero".

Las encíclicas se proponen:

  • Enseñar sobre algún tema doctrinal o moral
  • Avivar la devoción
  • Responder a errores
  • Informar sobre peligros para la fe procedentes de la cultura y los gobiernos

Las cartas encíclicas tienen el valor de enseñanza dirigida a la Iglesia Universal. Sin embargo, cuando tratan con cuestiones sociales, económicas o políticas, son dirigidas no solo a los católicos, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta práctica la inició el Papa Juan XXIII con su encíclica Pacem in terris (1963).

En algunos casos, como el de la encíclica Veritatis splendor (1993) de Juan Pablo II, el Papa solo incluye en su saludo de apertura, a los Obispos, aunque la doctrina de la encíclica sea para instruir a todos los fieles. Esto tiene su razón de ser en el hecho de que los obispos son los pastores que deben enseñar a los fieles la doctrina.

El papa Pío XII mostró que las encíclicas, aunque no son la forma usual de promulgar pronunciamientos infalibles, reflejan el Magisterio Ordinario de la Iglesia y, por tanto, merecen ese respeto de parte de los fieles (Humani generis, 1950)

El título que se le da a la encíclica se deriva de sus primeras palabras en latín. Por ejemplo la encíclica del Papa Pablo VI sobre la inmoralidad de la contracepción, se tituló Humanae vitae, (Vida Humana).

— Breve Historia:

La encíclica es una forma muy antigua de correspondencia eclesiástica, que denota la comunión de fe y caridad que existe entre las comunidades que forman la Iglesia. En un principio, los obispos frecuentemente enviaban cartas a otros obispos para asegurar la unidad en la doctrina y vida eclesial.

Benedicto XIV (1740-1758), reavivó la costumbre, enviando "cartas circulares" a otros obispos. Estas cartas papales tocaban temas de doctrina, moral o disciplina, afectando a toda la Iglesia.

Con Gregorio XVI (1831-1846), el término "encíclica" se hizo de uso general.

León XIII (1878-1903), escribió el doble de encíclicas escritas por su predecesor Pío IX (1846-1878), con 75 encíclicas en total. León XIII cambió el tono de las encíclicas, el cual había sido sobre todo condenatorio, y comenzó a esbozar una idea rápida, de forma positiva, de como la Iglesia debía responder a los problemas concretos, especialmente en el orden ético-social. Esta innovación de León XIII, popularizó las encíclicas como textos de referencia, no solo para la doctrina Católica sino para muchos programas de acción.

— Tipos de Encíclicas

Según la materia de que tratan, las encíclicas pueden ser:

1. Doctrinales:

Desarrollan la doctrina que el Papa propone en la misma. Entre las más recientes están:

Mistici corporis Christi (1943), de Pío XII, sobre la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo.
Divino afflante Spiritu (1943), de Pío XII, promoviendo los Estudios Bíblicos.
Mediator Dei (1947), de Pío XII, sobre la Sagrada Liturgia.
Mysterium fidei (1965), de Pablo VI, sobre la Eucaristía.
Redemptor hóminis (1979), de Juan Pablo II, sobre la redención y la dignidad del hombre.
Dives in misericordie (1980), de Juan Pablo II, sobre la Divina Misericordia.
Dominum et vivifiantem (1986), de Juan Pablo II, sobre el Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo.

Algunas buscan clarificar opiniones teológicas erróneas explicando el error y enseñando la doctrina ortodoxa:

Humani generis (1950), de Pío XII, lidió con falsas opiniones que amenazaban socavar los fundamentos de la doctrina Católica.
Humanae vitae (1968), de Pablo VI, reafirmó la enseñanza de la Iglesia sobre la contracepción.
Vertatis splendor (1993), de Juan Pablo II, trata sobre las cuestiones fundamentales de la teología moral, advirtiendo sobre los peligros presentados por las teorías morales del consecuencialismo y el proporcionalismo. Para combatir estas opiniones, del Papa Juan Pablo II, enfatizó la enseñanza tradicional de que algunos actos, en sí mismos, son "intrínsecamente malos".
Evangelium vitae (1995), de Juan Pablo II, profundizó sobre la enseñanza de la Iglesia acerca de la defensa y dignidad de la vida humana.

2. Sociales:

Desde finales del siglo XIX, los papas han expuesto una doctrina social que ha enriquecido la tradición de la Iglesia. Aunque son articuladas en diferentes maneras y aplicadas a varios problemas, el corazón de las enseñanzas de los papas ha sido la defensa de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.

Rerum novarum (1891), sobre los problemas del capital y el trabajo, de León XIII
Quadragésimo anno (1931), sobre la reconstrucción del orden social, de Pío XI
Mater et magistra (1961), sobre el Cristianismo y el progreso social, de Juan XXIII
Populorum progresio (1967), sobre el desarrollo de los pueblos, de Pablo VI
Laboren exercens (1981), sobre el trabajo humano, de Juan Pablo II
Sollicitudo rei socialis (1987), sobre la preocupación social de la Iglesia, de Juan Pablo II
Centesimus annus (1991), sobre varias cuestiones de la doctrina social, de Juan Pablo II

3. Exhortatorias:

Algunas encíclicas tratan sobre temas más espirituales. Su propósito principal es ayudar a los católicos en su vida sacramental y devocional. Al no estar enmarcadas en vista a una controversia doctrinal o teológica, estas encíclicas expanden la dimensión del misterio Cristiano, como una ayuda para la piedad.

Ejemplos de éstas encíclicas son:

Haurietis aquas (1956), de Pío XII, sobre la devoción al Sagrado Corazón
Redemptoris mater (1987), de Juan Pablo II, sobre la Virgen María en la vida de la Iglesia peregrina

3. Disciplinares

De vez en cuando, hay encíclicas que tratan cuestiones particulares disciplinarias o prácticas.

Ejemplos de estas son:

Fidei donum (1957), de Pío XII, comenzó la transferencia de muchos sacerdotes a las tierras de misión.
Sacerdotalis caelibatus (1967), de Pablo VI, que reafirmó la tradición latina del celibato sacerdotal.

EPÍSTOLAS ENCÍCLICAS

Difieren muy poco de las cartas encíclica. Las epístolas son poco frecuentes y se dirigen primariamente a dar instrucciones en referencia a alguna devoción o necesidad especial de la Santa Sede. Por ejemplo: algún evento especial, como el Año Santo.

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA

Son la forma más común en la que el Papa ejerce su autoridad "petrina". A través de estas, el Papa promulga leyes concernientes a los fieles. Tratan de la mayoría de los asuntos doctrinales, disciplinares y administrativos. La erección de una nueva diócesis, por ejemplo, se hace por medio de una Constitución Apostólica.

Mientras que al principio, estos documentos enunciaban normas legales y contenían principalmente documentos legislativos, ahora tienen frecuentemente un fuerte componente doctrinal. Pertenecen al magisterio ordinario del Papa.

Ejemplos:

Sacrae disciplinae (1983), de Juan Pablo II, en la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico.
Pastor bonus (1988), de Juan Pablo II sobre el ministerio y organización de la curia romana.
Fidei depositum (1992), de Juan Pablo II, en la promulgación del Catecismo Universal de la Iglesia Católica.

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA

Estos documentos generalmente se promulgan después de la reunión de un Sínodo de Obispos o por otras razones. Son parte del magisterio de la Iglesia. Exhortaciones apostólicas post-sinodales son:

Evangelli nuntiandi (1975), de Pablo VI, sobre la evangelización del mundo moderno.
Catechesi tradendae (1979), de Juan Pablo II, sobre la catequesis.
Familiaris consortio (1984), de Juan Pablo II, sobre el papel de la familia cristiana.
Reconciliatio et paenitentia (1984), de Juan Pablo II, sobre la reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia.
Redemptoris custos (1989), de Juan Pablo II, sobre la persona y misión de san José en la vida de Cristo y la Iglesia.
La Alegría del Evangelio (2013), del papa Francisco.

CARTA APOSTÓLICA

Estos textos son cartas dirigidas a grupos de personas. Pertenecen al Magisterio Ordinario. Cartas Apostólicas son:

A los jóvenes del Mundo, Juan Pablo II (1985).
A las Mujeres, Mulieris dignitatem, Juan Pablo II (1988).
A las familias, Juan Pablo II (1994).
Tertio milenio adveniente, Juan Pablo II (1994), sobre la preparación del Jubileo del año 2000.
Dies Domini, Juan Pablo II (1998), sobre el Día del Señor.

BULA

Desde el siglo VI en adelante, la cancillería papal usó un sello de plomo o de cera para autentificar sus documentos. La bula era inicialmente un tipo de plato redondo que se aplicaba a los sellos metálicos que acompañaban ciertos documentos papales o reales.

Alrededor del siglo XIII, empezó a significar no solo el sello en sí mismo, sino el documento per-se. Desde ahí hasta el siglo XV, la bula era un término amplio que designaba la mayoría de los documentos papales.

Durante el pontificado del papa Eugenio IV (1431) comenzó un cambio. Ya existía una delineación de documentos papales, por ejemplo, en el 1265 el papa Clemente IV escribió a un sobrino y usó, no una bula sino un sello de cera que tenía la impresión del anillo del pescador.

El papa Eugenio IV, efectuó cambios administrativos para remplazar el sistema de bulas con una variedad de documentos, siendo el más notable el "breve apostólico".

Las bulas continuaron siendo utilizadas, sin embargo, en ciertos momentos en conjunción con los breves. Un ejemplo de este caso fue bajo el pontificado del Papa Julio II (1503-1513), quien primero otorgó un breve concediendo la dispensación al Rey Enrique VIII de Inglaterra para casarse con Catalina de Aragón y luego otorgó una bula.

Por costumbre la bula tiene una inscripción en la cual el Papa utiliza el título Episcopus Servus Servorum Dei (El Siervo de los Siervos de Dios). Este título fue adoptado por el papa san Gregorio I (Magno; 590-604). Se popularizó su uso en el 1800.

Una colección de bulas es llamada "bullarium".

Algunos documentos papales reciben el nombre de bula de forma equivocada. Un ejemplo es la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus (1950), promulgada por el Papa Pío XII cuando definió el Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos. Este documento es llamado frecuentemente con el nombre de "bula".

MOTU PROPRIO

Son documentos papales que contienen las palabras "Motu proprio et certa scientia". Significa que dichos documentos son escritos por la iniciativa personal del Santo Padre y con su propia autoridad. Ejemplos:

Carta Apostólica dada en forma de Motu Proprio Ad tuendam fidem (1998) de Juan Pablo II, con la cual se introducen algunas normas en el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales.

EL MAGISTERIO ORDINARIO

Es conveniente notar que solamente la enseñanza dirigida a toda la Iglesia Universal expresa el Magisterio Ordinario en su sentido pleno. Los discursos Ad limina, dados a los obispos de una región particular y los discursos dados durante las visitas a los diferentes países, no pertenecen, en el mismo grado, al Magisterio Ordinario como aquellos discursos dirigidos a la Iglesia Universal. Sin embargo hay que notar que cuando el Papa enseña, aunque sea a una región particular, frecuentemente se refiere a verdades que con anterioridad pertenecen al magisterio.

El Papa, con mucha frecuencia, trata cuestiones sociales, económicas y políticas específicas con el propósito de derramar sobre las mismas la luz del Evangelio. Aparte de enseñar ciertos principios morales, también recomiendan formas de acción práctica. Estas últimas proposiciones merecen respetuosa consideración, pero no llaman al ejercicio del asentimiento religioso de la misma manera que lo exige la enseñanza en fe y moral. Los católicos son libres para presentar soluciones prácticas alternativas, siempre y cuando acepten los principios morales expuestos por el Papa. En todo caso la autoridad del Papa merece profundo respeto.

Por ejemplo, el apoyo de su S.S. Juan Pablo II para que se de una compensación financiera a las madres que se quedan en el hogar cuidando de los hijos que sea igual a la de otros tipos de trabajos realizados por las mujeres, o su petición de que se cancele la deuda externa de los países del Tercer Mundo, como una forma de aliviar su pobreza masiva, caen dentro de esta categoría.

Fuente: corazones.org

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