sábado, 24 de junio de 2023

Hechos 13,13-41: En Antioquía de Pisidia: discurso de Pablo

En Antioquía de Pisidia: discurso de Pablo

13 Navegando desde Pafos, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de Panfilia. 
     Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén. 
14 Ellos continuaron desde Perge hasta Antioquía de Pisidia, 
     y entrando un sábado en la sinagoga, tomaron asiento. 
15 Terminada la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: 
     —Hermanos, si tienen alguna palabra de aliento para el pueblo, pueden decirla. 
16 Pablo se levantó y, pidiendo silencio con la mano, dijo: 
     —Israelitas y todos los que temen a Dios, escúchenme: 
17 El Dios de este pueblo, el Dios de Israel eligió a nuestros padres y engrandeció al pueblo 
     mientras residía en Egipto. Más tarde, con brazo poderoso los sacó de allí 
18 y durante cuarenta años los condujo por el desierto. 
19 Aniquiló a siete pueblos paganos de Canaán y entregó su territorio en heredad a Israel, 
20 por cuatrocientos cincuenta años; les dio jueces hasta el profeta Samuel. 
21 Entonces pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, 
     que reinó cuarenta años. 
22 Lo depuso y nombró rey a David, de quien dio testimonio: Encontré a David, el de Jesé, 
     un hombre a mi gusto, que cumplirá todos mis deseos.
23 De la descendencia de David, según la promesa, sacó Dios a Jesús como salvador de Israel. 
24 Antes de su llegada Juan predicó un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel.
25 Hacia el fin de su carrera mortal Juan dijo: Yo no soy el que ustedes creen; 
     detrás de mí viene uno al que no tengo derecho a quitarle las sandalias de los pies. 


26 Hermanos, descendientes de Abrahán, y todos los que temen a Dios: 
     A ustedes se les envía este mensaje de salvación. 
27 Los vecinos de Jerusalén y sus jefes no acogieron a Jesús ni entendieron las palabras 
     de los profetas que se leen cada sábado. Pero, al juzgarlo, las cumplieron. 
28 Pidieron a Pilato que lo condenara, aunque no encontraron causa para una sentencia de muerte.
29 Cuando se cumplió todo lo escrito de él lo descolgaron del madero y le dieron sepultura. 
30 Pero Dios lo resucitó de la muerte 
31 y se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén. 
     Ellos son hoy sus testigos ante el pueblo. 
32 Y nosotros, les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: 
     la promesa que Dios hizo a nuestros padres 
33 fue cumplida por él a sus descendientes, que somos nosotros, resucitando a Jesús, 
     como está escrito en el salmo segundo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. 

34 Y que lo ha resucitado para que nunca se someta a la corrupción está anunciado así: 
     Cumpliré las santas promesas hechas a David, aquellas que no pueden fallar. 
35 Y en otro lugar dice: No permitirás que tu fiel sufra la corrupción. 
36 Ahora bien, David, después de haber cumplido la voluntad de Dios durante su propia generación, 
     murió, fue sepultado y sufrió la corrupción. 
37 En cambio, el que Dios resucitó no sufrió la corrupción.
38 Sépanlo, hermanos, se les anuncia el perdón de los pecados por medio de él, 
39 y todo el que crea será perdonado de todo lo que no pudo perdonar la ley de Moisés. 
40 ¡Tengan cuidado! Que no les suceda lo anunciado por los profetas: 
41 Ustedes, los que desprecian, llénense de estupor y ocúltense: Porque en estos días voy a realizar 
     algo que si alguien lo contara no lo podrían creer.

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