lunes, 6 de octubre de 2014

El Papa al Sínodo de la Familia: «Aquí se puede decir todo; hablad con valentía y escuchad con humildad»


Para erradicar de un plumazo los miedos y secretismos, el Papa Francisco abrió los debates del Sínodo de la Familia animando a «decir todo lo que se piensa, con valentía. Vosotros traéis la voz de las Iglesias particulares y debéis hablar claro. Que nadie piense ‘esto no se puede decir’». Era un mensaje clarísimo a los 253 participantes: cardenales, obispos, sacerdotes, trece matrimonios y numerosos laicos, en su mayoría mujeres.

El Santo Padre lamentó que en la reunión de todos los cardenales a puerta cerrada el pasado mes de febrero, algunos «no tuvieron el valor de hablar delante del Papa porque pensaban que no estaría de acuerdo con ellos. Esto no está bien. Esto no es sinodalidad. Hay que decir todo con valentía y, al mismo tiempo, escuchar con humildad. Hacedlo con tranquilidad y paz».

Para remacharlo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de Obispos, indicó a los padres sinodales, oyentes y expertos que «sois libres de hablar con la Prensa fuera del aula en todo momento y de todos los temas, pero se ruega no tuitear durante las reuniones».

El clima de libertad era extraordinario. En sus palabras iniciales, Francisco había dicho que, en este Sínodo de la Familia, todos los cargos habían sido elegidos por votación: el secretario general, los relatores «e incluso los presidentes delegados que debe nombrar el Papa. Le pedí al Consejo Sinodal que los eligiese y yo confirmé los nombres».

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