La asertividad se define como la habilidad que permite a las
personas expresar de la manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, sus pensamientos, ideas y emociones, frente a otra persona. Las personas que poseen esta cualidad expresan
de manera adecuada sus opiniones y sentimientos, tanto positivos como
negativos.
Ser asertivo significa ser abierto para expresar pensamientos, deseos y sentimientos. Anima también a los demás a hacer lo mismo. Para ser una persona asertiva debes escuchar las opiniones y los consejos de los demás.
Habilidad social
La asertividad es una habilidad social y comunicativa que se encuentra en un término medio entre la pasividad y la agresividad. Este punto medio es complicado encontrarlo, pero es clave para mejorar la comunicación personal y de grupo. A menudo es confundida con la tozudez, puesto que la asertividad implica hacer valer nuestra posición de manera firme y persistente. Sin embargo, aprender a trabajar en equipo significa mucho más que manifestar nuestro punto de vista. Cuando interactuamos con los demás muy habitualmente tendemos a adoptar posturas agresivas o pasivas. Expresarse de forma inapropiada suele ser el resultado de falta de confianza en uno mismo, falta de preparación, improvisación, etc.
Asertividad es
comunicación equilibrada
La asertividad, en cambio, no se
considera pasiva ni agresiva, sino que se trata de una conducta equilibrada.
Ser asertivos significa expresar pensamientos y sentimientos de forma honesta,
directa y correcta. Implica respetar los pensamientos y creencias de otras
personas, a la vez que se defienden los propios.
Expresar adecuadamente los
sentimientos y deseos requiere de una importante habilidad personal e
interpersonal. En nuestras interacciones con otras personas, la asertividad ayuda a expresarnos
de forma clara, abierta y razonable, sin ignorar a los demás.
Conducta pasiva no es
asertiva
Identificar una conducta pasiva es sencillo: las personas que se comportan de esta forma buscan agradar a los demás y cumplir los deseos de otros. Tienen una
fuerte necesidad de ser valorados y sus acciones están enfocadas
únicamente a complacer al otro, con el riesgo de socavar los derechos
individuales y la confianza en uno mismo. Este tipo de conducta se caracteriza
por dejar la propia responsabilidad en manos de otros y aceptar que los demás
dirijan y tomen decisiones.
La mejor forma de corregir estos
comportamientos es aprender a decir “no”, si nos encargan una
tarea para la cual no estamos preparados, o no disponemos de tiempo.
Conducta agresiva no
es asertiva
Cuando una persona actúa de forma agresiva no tiene en cuenta los sentimientos de los demás y no demuestra aprecio por los otros. No hace falta gritar para ser agresivo. Una posición agresiva muchas veces es la de no escuchar a los demás, no atender a sus peticiones, no escuchar sus argumentos. Una posición agresiva es la de no escuchar y no atender a los argumentos de otros, solo imponer nuestras ideas y argumentos.
¿Cómo ser
asertivos?
· No dejes que otras personas te
impongan órdenes si éstas van en contra de tus principios o deseos. Evita que
te manipulen.
· La asertividad implica
comunicar tu punto de vista y respetar al
mismo tiempo a los demás.
· No dejes que te ofendan, te manipulen, o te
amenacen. Evita de esta forma situaciones en las que eres un mero instrumento en manos del otro.
· Ser asertivo significa estar abierto a expresar pensamientos, deseos y sentimientos. Anima también a los
demás a hacer lo mismo.
· Para ser una persona asertiva
debes escuchar las opiniones y los consejos de los demás. Si los consejos son
buenos para tu vida, acéptalos. Si no es así, recházalos con delicadeza y no
ofenderás a nadie.
Conductas que
refuerzan esta habilidad:
· Acepta responsabilidades y
delega.
· Felicita regularmente a los
demás por lo que hacen. Admite tus errores y pide disculpas cuando te
equivoques.
· No seas conformista, busca
nuevas experiencias y alternativas para mejorar tu vida.
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