sábado, 21 de noviembre de 2020

Levítico 22,1-9: La santidad de los que participan de las comidas sagradas

Levítico 22,1-9: 
La santidad de los que participan de las comidas sagradas

1 El Señor habló a Moisés: 
2 «Di a Aarón y a sus hijos que traten con respeto las ofrendas sagradas que los hijos de Israel me consagran, para no profanar mi santo nombre. Yo soy el Señor. 
3 Diles: “Cualquiera de vuestros descendientes, de cualquier generación, que se acerque en estado de impureza a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran al Señor, será excluido de mi presencia. Yo soy el Señor. 
4 Ningún descendiente de Aarón que sea leproso, o padezca flujo, comerá de las cosas santas hasta que se haya purificado. El que toque lo que está contaminado de impureza por contacto de cadáver, o el que haya tenido un derrame seminal, 
5 o el que haya tocado un bicho o a un hombre y haya contraído así alguna impureza; 
6 quien haya tocado esas cosas, quedará impuro hasta la tarde. No comerá de las cosas santas, sino que se bañará 
7 y, una vez que se ponga el sol, quedará limpio y podrá comer de las cosas santas, pues son su alimento. 
8 No comerá animal muerto o destrozado: quedaría impuro. Yo soy el Señor. 
9 Que guarden mis prescripciones; así no incurrirán en culpa ni tendrán que morir por haber cometido una profanación. Yo soy el Señor, el que los santifico. 

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