viernes, 28 de diciembre de 2018

A PROPÓSITO DE LAS "INOCENTADAS", por Celestino Hueso, SF


A propósito de las inocentadas de este día está claro que se llaman así por darse en el día de los Santos Inocentes, pero su origen nada tiene que ver con ellos, sino con una fiesta de la Edad Media, llamada "Fiesta del obispillo"

Esta fiesta consistía en investir como "obispo" en plan chascarrillo, a un niño de la escolanía de la catedral. Se solía hacer el día 6 que es la fiesta de San Nicolás, santo que, como explicaba el otro día, está en el origen del Papá Noel.

La fiesta duraba hasta el 28 de Diciembre y se generalizó en España y en algunos países latinoamericanos; en otros muchos lugares, incluso países latinos como Francia o Italia, la fiesta de las bromas es el 1 de Abril.

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28 de Diciembre: Santos Inocentes, por Celestino Hueso, SF


Herodes también quería ver al Niño. ¡Claro que él no quería posibles rivales para su trono! Por eso buscaba al Niño pero para cortarle el gañote.

Los magos ya se habían olido algo así, además el ángel les advirtió que regresaran a sus pueblos sin hacer ruido, por otro camino.

Cuando Herodes se enteró que se la habían dado con queso, puso el grito en el cielo. Es un decir, seguramente donde puso el grito fue en el infierno, y pensó que de todas formas a él no se le escapaba aquel mocoso, así es que mandó matar a todos los bebés nacidos en Belén y sus alrededores en los últimos dos años. Aquello fue Troya.

A pesar de todo se le escaparon dos. Jesús que fue llevado a Egipto por San José y la Virgen, siguiendo el consejo del ángel, y el bebé que, según la leyenda, escondió Artabán, el cuarto rey mago debajo de su manto. A todos los demás los celebramos hoy como los primeros que entregaron su vida por el nombre de Jesús.

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jueves, 27 de diciembre de 2018

¿Qué significa en español la palabra «Navidad»?

La palabra «Navidad» es un cultismo que viene del latín «Nativitate», que significa:

Nati = nacimiento
vita = de la vida
te = para ti

Por lo tanto, «Navidad» significa en español: «Nacimiento de la vida para ti». Que así sea.

27 de diciembre: San Juan, evangelista por Celestino Hueso, SF


Hoy celebramos a un santo grande. Nada más y nada menos que san Juan Evangelista. Sí, el mejor amigo de Jesús. Se conocieron un día que Juan y su hermano Santiago estaban echando las redes en el mar de Galilea. Jesús también echaba redes pero de otro tipo. A Él le interesaba pescar hombres y los dos hermanitos se enredaron en su red.

La imagen que tenemos de san Juan es la de un santo delicado y dulce que en la Última Cena recostó su cabeza en el pecho de Jesús y que estuvo también en el Calvario, donde Jesús le regaló como madre a su propia madre. La cuestión es que, al comienzo, no debía ser así. De hecho Jesús, que conoce a la gente mejor que nadie, les puso a los dos hermanitos el mote de “los truenos” porque seguramente eran de esas personas que explotan antes de que las mires.

En todo caso su seguimiento del Maestro fue de tal calibre que cambió por completo su vida y su carácter y llegó a convertirse en el amigo más cercano del Salvador, el discípulo que nunca lo abandonó, el que acudió como una flecha al sepulcro en cuanto escuchó la noticia de que había resucitado, el que no necesitó ver para creer, el que dicen que vivió más de cien años, el único que no murió martirizado. Y el que, finalmente, nos dejó el testamento de vida eterna de Jesús a través del cuarto Evangelio.

Hoy los Juanes tienen otro motivo para celebrar.

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martes, 18 de diciembre de 2018

Adviento: 18 de diciembre (Lecturas)

Jeremías 23,5-8
Salmo 71: Que en sus días florezca la justicia, 
y la paz abunde eternamente
Mateo 1,18-24

Jeremías 23,5-8

«Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos".»

Salmo 71,1-2.12-13.18-19:
R/. Que en sus días florezca la justicia, 
y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
R. Que en sus días florezca la justicia, 
y la paz abunde eternamente

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.
R. Que en sus días florezca la justicia, 
y la paz abunde eternamente

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén!
R. Que en sus días florezca la justicia, 
y la paz abunde eternamente

Mateo 1,18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

lunes, 17 de diciembre de 2018

16 de Diciembre: San José Mañanet, por Celestino Hueso, SF



Hoy celebramos a un santo muy especial, San José Mañanet. Nuestro santo de cabecera. El Apóstol de la familia y la juventud, fundador de las Congregaciones de Hijas e Hijos de la Sagrada Familia.

Se hizo cura, sin becas de ningún tipo. Se pagó los estudios con su propio trabajo, primero como educador de los niños en casa de la familia Morlius y después cómo sirviente en el obispado de Urgell.

Le tocó vivir una época muy complicada con la estructura familiar desmoronada, el ochenta por ciento de la población totalmente analfabeta y la pobreza y la intolerancia campando por sus respetos.

Pensó que las cosas no podían seguir así de ninguna manera y fundó las dos Congregaciones que se habían de dedicar a la reconstrucción de la familia a través de la educación cristiana de los niños y jóvenes, tomando como modelo a la Sagrada Familia.

San José Mañanet sabía perfectamente que la única fuerza capaz de cambiar el mundo es el amor. Por eso “se pasó a vivir con la Sagrada Familia a su casa de Nazaret” y nos la dio como modelo a imitar.

Se le ocurrió, además, la idea de edificar un templo expiatorio en su honor en la ciudad de Barcelona. Idea que llevaría a la práctica el arquitecto Gaudí.

Apóstol incansable de la familia fundó escuelas y colegios hasta en una corbeta (barquito).

Hoy su obra se extiende por Europa, las dos Américas y África.

Pasó definitivamente a la casa de la Sagrada Familia en el cielo el 17 de Diciembre de 1901.

Sus restos reposan en el Santuario que lleva su nombre en el Barrio de San Andrés de Palomar en Barcelona. Si queréis visitarlo las puertas están abiertas para todos.

¡Ah! Recuerdo que hoy empieza la Novena de Navidad

Felicidades a todas las familias en el día de su Apóstol y también a los Josés.

Buen día del Señor para todos.

sábado, 15 de diciembre de 2018

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO (Lecturas)

Eclesiástico 48,1-4.9-11
Salmo 79,2ac.3b.15-16.18-19
Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve
Mateo 17,10-13

Eclesiástico 48,1-4.9-11

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.

Salmo 79,2ac.3b.15-16.18-19
Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
R. Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
R. Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
R. Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve

Mateo 17,10-13


Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Él les contestó: "Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos." Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.

martes, 11 de diciembre de 2018

San Dámaso, primer Papa de origen hispano (305-384)


Su padre, Antonio, era español. El nombre de su madre, Laurencia (Lorenza), hasta principios del siglo XX no era conocido. Dámaso nació probablemente en España hacia el año 305 pero creció en Roma y prestó sus servicios en la iglesia de San Lorenzo mártir.

Elección conflictiva

Fue elegido Papa por gran mayoría en octubre del año 366, sin embargo, los seguidores ultra conservadores del difunto papa Liberio lo rechazaron y escogieron al diácono Ursino (o Ursicino), a quien consagraron de modo irregular e intentaron sentarlo en la silla de Pedro con violencia y llegando al derramamiento de sangre. Detalles de este escandaloso conflicto están relatados en el “Libello Precum” (P.L., XIII, 83-107) de forma tendenciosa por Faustino y Marcelino, dos presbíteros contrarios a Dámaso (cf. también Ammianus Marcellinus, Rer. Gest, XXVII, c. 3).

El emperador Valentiniano reconoció a Dámaso y desterró a Ursino a Colonia en el año 367 aunque posteriormente pudo ir Milán. Los partidarios arrianos del antipapa no dejaron de incordiar al papa Dámaso a quien acusaron de adulterio ante la corte imperial en el 378. El papa Dámaso fue exonerado de la acusación primero por el emperador Graciano (Mansi, Coll. Conc. III, 628) y poco después por un sínodo romano de cuarenta y cuatro obispos (Liber Pontificalis, ed. Duchesne, s.v.; Mansi, op. cit., III, 419) que terminó excomulgando a sus acusadores.

Defensor de la fe y la unidad

Dámaso defendió con vigor la fe católica en una época de graves peligros. En dos sínodos romanos (368 y 369) condenó el Apolinarismo y Macedonianismo; también envió legados al Concilio de Constantinopla (año 381), convocado contra las herejías mencionadas.

En el sínodo romano del año 369 (o 370) Auxentio, el Obispo arriano de Milán fue excomulgado; mantuvo la sede hasta su muerte, en el año 374, facilitando la sucesión a san  Ambrosio.

El hereje Prisciliano, condenado por el Concilio de Zaragoza (año 380) atrajo a Dámaso, pero en vano (Prisciliano era natural de Galicia, España y hay eruditos que consideran a Dámaso o a su familia también gallega).

San Dámaso y san Jerónimo

Dámaso animó a san Jerónimo a realizar su famosa revisión de las versiones latinas más tempranas de la Biblia. Durante algún tiempo, san Jerónimo también fue su secretario particular (Ep. 123, n. 10).

Un canon importante del Nuevo Testamento fue proclamado por él en el sínodo romano del año 374.

Con la Iglesia Oriental

La Iglesia Oriental recibió gran ayuda y estímulo de Dámaso contra el arrianismo triunfante, en la persona de san Basilio de Cesárea; el papa, sin embargo, mantuvo cierto grado de suspicacia hacia el gran doctor de Capadocia.

Con relación al Cisma Meletiano en Antioquía, Dámaso, Atanasio y Pedro de Alejandría, simpatizaron con el partido paulino por ser el mejor representante de la ortodoxia de Nicea; a la muerte de Meletio trabajó para afianzar en la sucesión a Paulino excluyendo a Flaviano (Socrates, Hist.  Eccl., V, 15).

El cristianismo, religión del estado

Apoyó la petición de los senadores cristianos ante el Emperador Graciano para el retirar el altar de Victoria del Senado (Ambrosio, Ep. 17, n. 10) y dio la bienvenida al decreto de Teodosio I, “Del fide Católica” (27 Feb. 380) que declaraba como la religión del estado romano la doctrina que san Pedro había predicado a los romanos y de la cual Dámaso era su cabeza suprema (Cod. Theod., XVI, 1, 2).

Cuando, en el año 379, la Iliria fue separada del Imperio de Occidente, Dámaso se movió para salvaguardar la autoridad de la Iglesia romana creando una vicaría apostólica y nombrando para ella a Ascolio, Obispo de Tesalónica; éste es el origen del importante Vicariato Papal durante mucho tiempo ligado a la sede.

Supremacía eclesiástica de la sede de Roma

La primacía de la Sede de Roma fue defendida vigorosamente por este Papa con actas y decretos imperiales; entre los pronunciamientos importantes sobre este tema esta la afirmación (Mansi, Coll. Conc., VIII, 158) que basa la supremacía eclesiástica de la Iglesia Romana en las propias palabras de Jesucristo (Mt 16,18) y no en decretos conciliares.

El prestigio aumentado de los primeros decretales papales, habitualmente atribuido a su sucesor, Siricio (384-99), muy probablemente debe ser atribuido al papado de Dámaso (“Cánones Romanorum ad Gallos”; Babut, “Las decretales más antiguas”, París, 1904).

El desarrollo de la administración papal, sobre todo en Occidente, se pudo confundir a veces con pretensiones mundanas, lo cual llegó a afectar las costumbres del clero romano cuyo estilo de vida fue reprobado por san  Jerónimo, cosiguiendo que un decreto del emperador Valentiniano dirigido al papa el 29 de julio del 370 prohibiera a los eclesiásticos y monjes pedir a viudas y huérfanos la ofrenda a la Iglesia sus regalos y herencias. Por su parte, el papa hizo que este decreto fuese observado.

Dámaso restauró la Iglesia de san Lorenzo e hizo que albergara los archivos de la Iglesia Romana. En la Vía Argentina, también construyó una basilicula, o pequeña iglesia, cuyas ruinas fueron descubiertas en 1902 y 1903, y donde, según el “Liber Pontificalis”, el papa fue enterrado junto con su madre y su hermana. El descubridor, Monseñor Wilpert, encontró también el epitafio de la madre del papa de la que no se sabía hasta entonces que su nombre era Lorenza, ni tampoco que había vivido los sesenta años de su viudez al servicio de Dios, y que murió a los ochenta y nueve  años, después de haber visto a la cuarta generación de sus descendientes.

Dámaso construyó en el Vaticano un baptisterio en honor de san Pedro y gravó en él una de sus inscripciones artísticas todavía conservada en las criptas vaticanas. Desecó esa zona subterránea para que los cuerpos que se enterraran allí (beati sepulcrum juxta Petri) no se vieran afectados por agua estancada o por inundaciones. Su devoción a los mártires romanos ahora es muy bien conocida y se debe particularmente a los trabajos de Juan Bautista De Rossi.

Impulsó el culto a los mártires

San Dámaso ha merecido el título de “Papa de las catacumbas”. Propagó el culto a los mártires, restaurando los cementerios suburbanos donde reposaban sus cuerpos; apoyó la investigación para encontrar sus tumbas; honró a los mártires con bellas inscripciones métricas que después grababa en hermosas letras capitales su calígrafo Furio Dionisio Filócalo, cuyos trazos todavía podemos admirar hoy en alguna lápida que nos ha llegado de entre el medio centenar que debió esculpir.

Constantino había levantado en honor de los mártires espléndidas basílicas, como las de san Pedro, san Pablo, san Lorenzo y santa Inés. Pero no era posible hacer otro tanto con los que yacían enterrados en los lóbregos subterráneos de las catacumbas pues hubieran hecho falta sumas enormes. La idea de san Dámaso fue darles veneración en los mismos lugares de su enterramiento, según la tradición romana, que ligó siempre el culto a la tumba del mártir. Para facilitar la visita de los fieles era necesario abrir nuevas entradas, ensanchar las escaleras, adornar las salas o cubículos donde reposaban los cuerpos santos. El papa Dámaso se entregó con entusiasmo a esta obra. La cripta de los Papas del siglo lll, uno de los más sagrados recintos de la cristiandad, fue adornada con columnas, arquitrabes y cancelas, y colocó una de sus famosas inscripciones, que todavía puede leerse, recompuesta en pedazos: Hic congesta iacet quaeris si turba piorum Corpora sanctorum retinente veneranda sepulcra: “Si los buscas, encontrarás aquí la inmensa muchedumbre de los santos. Sus cuerpos están en los sepulcros venerables, sus almas fueron arrebatadas a los alcázares del cielo…”

Dámaso emprendió esta obra de exaltación de los mártires en agradecimiento por haber conseguido la reconciliación del clero tras el cisma de Ursino.

Los poemas damasianos reflejan el entusiasmo y el afecto que mostraba hacia los atletas de Cristo: “Amado de Dios que seas propicio a Dámaso te pido ¡oh santo Tiburcio!  O en el de Santa Inés: “¡Oh santa de toda mi veneración, ejemplo de pureza!, que atiendas las plegarias de Dámaso te pido, ínclita mártir”.

Dámaso introdujo el culto de los mártires en Roma. Al fundar un “título” o iglesia parroquial en su propia casa según la costumbre, le dió su propio nombre: “in Damaso”, pero ligándola al recuerdo del mártir español san Lorenzo. Aunque la iglesia estaba dedicada a Cristo, al poner el nombre del santo diácono como una invitación a honrarle, sentó un precedente que evolucionaría con gran rapidez. Las iglesias se empezaron a dedicar a los santos. El nombre del fundador caería en desuso y quedaría el del patrón.

Muerte del papa Dámaso

Dámaso murió casi octogenario el 11 de diciembre de 384. Con anterioridad, había manifestado su deseo de ser enterrado en la cripta del cemeterio de san Calixto, pero por humildad se hizo preparar para él y su familia una basílica funeraria en la vía Ardeatina, no lejos del área donde estaban los mártires queridos.

Esta capilla se presentaba a los peregrinos medievales como una etapa entre Roma y la visita de las catacumbas. Dámaso compuso tres epitafios; para su madre, su hermana y el suyo. Este es particularmente humilde y lleno de fe. Recuerda la resurrección de Lázaro por Cristo y termina con esta hermosa frase: “De entre las cenizas hará resucitar a Dámaso, porque así lo creo“.

Sus reliquias fueron llevadas posteriormente a la iglesia de San Lorenzo in Damaso y están conservadas debajo del altar mayor. Su gran amigo san Jerónimo hizo de él este hermoso elogio en su tratado De la virginidad: “Vir egregius et eruditus in Scripturis, virgo virginis Ecclesiae doctor: Varón insigne e impuesto en la ciencia de las Escrituras, doctor virgen de la Iglesia virginal”.

Liturgia dominical

La liturgia también le es deudora de sabias reformas y a san Dámaso se debe la introducción en la misa, conforme a la costumbre palestinense, del canto del aleluya los domingos y la reforma del viejo cursus salmódico para darle un carácter más popular.

+ SOBRE SAN DÁMASO

11 de Diciembre: San Dámaso, por Celestino Hueso SF


Los primeros siglos del cristianismo fueron muy duros. Ser cristiano significaba jugarse el pellejo en cada esquina. Las persecuciones se sucedían con mucha frecuencia y son innumerables los mártires de la época.

A san Dámaso no le tocaron ya las persecuciones, pero muchas de las historias de santos famosos se las debemos a él, que dedicó buena parte de su vida a escribir los epitafios de los mártires.

Fue secretario de dos papas y cuando lo eligieron a él tomó decisiones trascendentales en la historia de la Iglesia. Se buscó como secretario nada más y nada menos que a san Jerónimo y le encargó traducir la Biblia a la lengua que hablaba el pueblo, la lengua vulgar a fin de que todos pudieran degustar la palabra de Dios. No olvidemos que la lengua que hablaba el pueblo era el latín.

Por todo lo dicho a esta traducción de la Biblia se la llamó Vulgata y es la que ha usado la Iglesia durante quince siglos.

La segunda decisión importante fue añadir al final de las oraciones el Gloria al Padre...

Por lo demás Dámaso fue la humildad personificada de tal manera que en su epitafio, redactado por él mismo dice “Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día”

Con todos los santos se encuentra celebrando una gran fiesta en el banquete del Reino.

+ SOBRE SAN DÁMASO

jueves, 6 de diciembre de 2018

Oración a San Nicolás


¡Oh bienaventurado San Nicolás!
a quién Dios ha glorificado con innumerables milagros
manifestando su voluntad de que acudamos a ti,
en los momentos difíciles de nuestra vida,
confiados en tu protección.

¡Oh portento de caridad!
al que acuden las familias,
los pobres, los enfermos, los comerciantes,
los empleados, los presos, los niños,
las doncellas en peligro;
yo, humildemente te pido
me alcances la gracia que de ti espero,
confiado en tu protección,
la que nunca niegas a tus devotos,
para que favorecidos por tus bondades,
cantemos una vez más las misericordias del Señor,
y las maravillas de sus santos.

¡Providentísimo San Nicolás!
no me abandones.

+ SOBRE SAN NICOLÁS  

domingo, 2 de diciembre de 2018

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO, Año C (Lecturas)

Jeremías 33:14-16
Salmo 25: A ti, Señor, levanto mi alma
1 Tesalonicenses 3:12-4:2
Lucas 21:25-28,34-36


Jeremías 33:14-16

Mirad que días vienen-oráculo de Yahveh- en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro. Y así se la llamará: "Yahveh, justicia nuestra."

Salmo 25: A ti, Señor, levanto mi alma

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador.
R. A ti, Señor, levanto mi alma

El Señor es bueno y recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
R. A ti, Señor, levanto mi alma

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad,
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
R. A ti, Señor, levanto mi alma

1 Tesalonicenses 3:12-4:2

Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos, y que así os fortalezca internamente; para que cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre. Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.

Lucas 21:25-28.34-36

"Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación." "Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."

Sobre el primer Domingo del Adviento, C

sábado, 1 de diciembre de 2018

Lucas 21:25-28,34-36

Lucas 21:25-28,34-36
Domingo de la 1 Semana de Adviento, C

"Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación." "Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."

Comentarios: 
Indignación y esperanza  

Lucas 21:25-28,34-36: Indignación y esperanza, por José Antonio Pagola

Lucas 21:25-28,34-36

"Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación." "Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."

Indignación y esperanza
por José Antonio Pagola

Una convicción indestructible sostiene desde sus inicios la fe de los seguidores de Jesús: alentada por Dios, la historia humana se encamina hacia su liberación definitiva. Las contradicciones del ser humano y los horrores que se cometen en todas las épocas no han de destruir nuestra esperanza.

Este mundo que nos sostiene no es definitivo. Un día la creación entera dará «signos» de que ha llegado a su final para dar paso a una vida nueva y liberada que ninguno de nosotros puede imaginar ni comprender.

Los evangelios recogen el recuerdo de una reflexión de Jesús sobre este final de los tiempos. Paradójicamente, su atención no se concentra en los «acontecimientos cósmicos» que se puedan producir en aquel momento. Su principal objetivo es proponer a sus seguidores un estilo de vivir con lucidez ante ese horizonte.

El final de la historia no es el caos, la destrucción de la vida, la muerte total. Lentamente, en medio de luces y tinieblas, escuchando las llamadas de nuestro corazón o desoyendo lo mejor que hay en nosotros, vamos caminando hacia el misterio último de la realidad que los creyentes llamamos «Dios».

No hemos de vivir atrapados por el miedo o la ansiedad. El «último día» no es un día de ira y de venganza, sino de liberación. Lucas resume el pensamiento de Jesús con estas palabras admirables: «Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación». Solo entonces conoceremos de verdad cómo ama Dios al mundo.

Hemos de reavivar nuestra confianza, levantar el ánimo y despertar la esperanza. Un día los poderes financieros se hundirán. La insensatez de los poderosos se acabará. Las víctimas de tantas guerras, crímenes y genocidios conocerán la vida. Nuestros esfuerzos por un mundo más humano no se perderán para siempre.

Jesús se esfuerza por sacudir las conciencias de sus seguidores. «Tened cuidado: que no se os embote la mente». No viváis como imbéciles. No os dejéis arrastrar por la frivolidad y los excesos. Mantened viva la indignación. «Estad siempre despiertos». No os relajéis. Vivid con lucidez y responsabilidad. No os canséis. Mantened siempre la tensión.

¿Cómo estamos viviendo estos tiempos difíciles para casi todos, angustiosos para muchos, y crueles para quienes se hunden en la impotencia? ¿Estamos despiertos? ¿Vivimos dormidos? Desde las comunidades cristianas hemos de alentar la indignación y la esperanza. Y solo hay un camino: estar junto a los que se están quedando sin nada, hundidos en la desesperanza, la rabia y la humillación.

Primer Día del Adviento, por el P. Celestino Hueso, SF


Hoy es el primer día del año cristiano, llamado Primer Domingo de Adviento.

Es un año un poco especial. En él se recorre y se celebra todo el camino que nos lleva a la salvación. Por eso comienza con la preparación de la venida del Señor y termina con su victoria definitiva que es también nuestra victoria.

Adviento significa "hacia el que viene" y nos invita a caminar hacia Cristo que viene a nosotros, a fin de que el encuentro se dé antes.

No se trata solamente de preparar la Navidad, que también; sino, sobre todo, de preparar nuestro encuentro con Él en los demás, cada día y en cada misa que celebramos.

Y, finalmente, preparar el encuentro definitivo con Él, a través de nuestra muerte o de su segunda venida.

Un hecho que no sabemos cuándo acontecerá, pero sabemos con toda certeza que va a suceder y que cada año que pasa lo tenemos un pelín más cercano. Por eso no nos podemos dormir, como nos recuerda el evangelio de hoy.

Nuestra buena disposición a salir al encuentro de Cristo que viene la ponemos de manifiesto de varias maneras: A través de la austeridad; sin flores en los altares y sin gloria en la Misa, con cantos menos rimbombantes. Con la corona de Adviento.

LA CORONA

¡Por cierto! La corona es circular, es decir que no tiene principio ni fin (como el anillo de bodas) porque significa la eternidad en la que creemos. En el anillo de compromiso significa que el amor es eterno (si no lo matamos nosotros) y en la corona, que es eterna toda la vida

Está hecha de hojas verdes, sin flores, que indican nuestra segura esperanza como confianza en Dios y como trabajo nuestro por responderle mejor cada día.

Y debería llevar cinco velas. Tres de color violeta (morado), una rosada y una, blanca, ¡ojalá con el gravado del nacimiento!

Representan las cuatro semanas del Adviento con sus colores litúrgicos: Violeta para las semanas 1ª, 2ª y 4ª, rosado para la semana 3ª y el blanco, en el centro, para el día de Navidad.

Al prenderlas sumando cada semana una luz más, estamos indicando que nuestra fe y nuestro compromiso de vida van creciendo conforme nos vamos acercando a nuestro Salvador que llega.

¡Feliz año para todos!

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