Desideria es el nombre de uno de los personajes creados por San Jose Manyanet (1833-1901) para ilustrar su espiritualidad y su pensamiento. Desideria puede ser un hombre o una mujer, una persona joven o adulta. Pero Desideria es, ante todo, un espiritu ingenuo, inquieto e infantil, cuyo deseo de aprender y ser feliz parece no tener limites.
martes, 30 de abril de 2013
Significado de críptico y criptografía
CRÍPTICO: Del griego κρυπτικος: oculto, enigmático. Se refiere a algo que se quiere mantener secreto, ocultándolo a los demás. No es algo escondido sino que está a la vista pero es difícil de entender.
CRIPTOGRAFÍA: Del griego κρυπτικος: oculto, enigmático, y γραϕειν: escribir. Es el arte de escribir algo que no se puede entender a menos que se tenga la clave. El mensaje cifrado está a la vista, se puede leer, pero su significado está oculto.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Cementerio
CEMENTERIO AMERICANO |
CEMENTERIO DE SAN JOSÉ EN GRANADA, ESPAÑA |
CEMENTERIO DE SILLA EN VALENCIA, ESPAÑA |
CEMENTERIO JUDÍO EN JERUSALÉN, ISRAEL |
CEMENTERIO INDIO EN ARIZONA, USA |
CEMENTERIO EN BUENOS AIRES, ARGENTINA |
VOCABULARIO RELIGIOSO: Requiem
REQUIEM: Del latín requies: descanso. Procede del verbo requiescere, re- es un prefijo con carácter intensivo sobre el verbo quiescere, reposar, calmarse, aquietarse, raíz de la que procede quietud y quieto.
Para los cristianos la muerte es pasajera, un descanso antes de ir a la otra vida.
Palabra primera del canto de entrada clásico en la misa de los difuntos. “Requiem aeternam dona eis domine": dale Señor el descanso eterno; por eso se la llama misa de requiem. Verdi y Mozart compusieron obras con este nombre.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Réprobo
RÉPROBO: Significa “castigado por haber infringido una norma”. Condenado a las penas eternas.
Procede del adjetivo probo, que quiere decir virtuoso, honesto, honrado. Del latín probos-a-um. También se empleaba para calificar a los metales suficientemente puros y de buena ley.
En latín ya se utilizaba referido a las personas, pero su forma principal era el verbo probare, que significa probar, comprobar, y se refiere a algo comprobado y de lo que te puedes fiar. Probare se compone de pro-, hacia adelante, en favor de, y la raíz indoeuropea bheuɘ, ser, estar, exitir, crecer.
Procede del adjetivo probo, que quiere decir virtuoso, honesto, honrado. Del latín probos-a-um. También se empleaba para calificar a los metales suficientemente puros y de buena ley.
En latín ya se utilizaba referido a las personas, pero su forma principal era el verbo probare, que significa probar, comprobar, y se refiere a algo comprobado y de lo que te puedes fiar. Probare se compone de pro-, hacia adelante, en favor de, y la raíz indoeuropea bheuɘ, ser, estar, exitir, crecer.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Reliquia
RELIQUIA DE SAN MARTÍN DE PORRES |
RELIQUIA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO |
Se refiere a lo que queda de una persona o de una cosa. Se aplicó sobre todo a los restos mortales de un mártir y, luego, de un santo aunque no fuera mártir. También, los objetos que pertenecieron al santo.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Relapso
RELAPSO: Que incide en un pecado del que ya había hecho penitencia o recae en una herejía que había abjurado ("era joven y hermosa como la Magdalena relapsa y santa", Augusto Roa Bastos).
Significado de Raquel
Raquel es un nombre de origen hebreo. Procede del sustantivo Rahel, que significa oveja, cordero, animal que simboliza la pureza y metafóricamente a la mujer mansa y dulce.
Su entrada en nuestro ámbito lingüístico y cultural fue a través de la Biblia. Raquel es uno de los personajes del libro del Génesis.
Raquel es hija de Labán y tiene un destacado papel en la formación del pueblo de Israel. Jacob se enamora de ella al verla inclinada sobre un pozo. Para poder casarse con ella, Jacob trabajó como pastor durante 7 años para Labán y así poder pagar la dote de su pretendida, pero Labán le engañó y le entregó a su otra hija Lía, por lo que Jacob tuvo que trabajar 7 años más para que Raquel fuera también su esposa. Después de muchos años sin poder concebir Raquel, dio a luz a José. Raquel muere en compañía de Jacob camino a Errata, al dar a luz a Benjamín, el hijo menor de Jabob.
Encuentro de Jacob y Raquel, por William Dyce 1850 |
viernes, 26 de abril de 2013
28 de abril: Santa Gianna Beretta Molla, por Pedro Mas, S.F.
El día 16 de mayo del 2004, en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, en una mañana resplandeciente y primaveral, fui testigo de la canonización de seis beatos. El santo Padre Juan Pablo II, ante más de 80,000 personas, declaró santa a Gianna Beretta, madre de familia, ante su esposo, Pedro Molla, y tres de sus cuatro hijos.
El 4 de octubre de 1922 nacía en Magenta (Milán), Gianna, la décima de trece hijos del matrimonio formado por Alberto Beretta y María de Micheli.
La infancia y la adolescencia fue la de una niña que crece en el seno de una familia cristiana. De ella recibe una espiritualidad que marca una vida.
Durante los estudios medios y universitarios, a los que se dedica con responsabilidad, inicia su apostolado en la Acción Católica, ejerciendo su caridad en la sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y ancianos necesitados.
Obtiene el título de doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad de Pavía el año 1949. En el 1952 se especializa en pediatría en la Universidad de Milán. Centra su profesión en las madres, niños y ancianos pobres.
Su trabajo es para ella una “misión” que no impide su apostolado entre las jóvenes de Acción Católica. Practica sus deportes favoritos: esquí y alpinismo que le acercan al encanto de la creación.
Después de un discernimiento profundo sobre elección de estado, llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio y a formar una familia cristiana. Conoce al ingeniero Pedro Molla y comienza su noviazgo con gozo y acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1855 contrae matrimonio en la basílica de San Martín de su ciudad natal. Son padres de Pedro Luis (1956), Mariolina (1957) y Laura (1959).
Gianna armoniza con simplicidad y equilibrio los deberes de esposa, madre y profesión médica.
En el segundo mes del cuarto embarazo se le diagnostica un tumor en el útero. Es intervenida y poco antes suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno. Ella se confía a la oración. Se salva la vida de la criatura y se lo agradece al cirujano y a Dios. Los siete meses que transcurren hasta el parto los vive con entereza y plena dedicación a sus deberes familiares y profesionales.
Algunos días antes del parto le dice a su esposo: “Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid —lo exijo— la suya. Salvadlo”. El 21 de abril de 1962 da a luz a Juana Manuela y siete días después entre dolores y orando, muere santamente. Contaba 39 años.
En el rezo del Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973 el papa Pablo VI hablaba de “una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia”.
Se celebra su fiesta el 28 de abril.
+ SOBRE SANTA GIANNA BERETTA MOLLA
5 DOMINGO DE PASCUA, Año C, por Mons. Francisco González, S.F.
Hechos 14, 21b-27
Salmo 144: Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Apocalipsis 21:1-5a
Juan 13,31-33a.34-35
Hechos 14, 21b-27
En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Salmo 144: Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Apocalípsis 21,1-5a
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: "Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado." Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Todo lo hago nuevo."
Juan 13,31-33a.34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros."
Comentario por Mons. Francisco González, S.F.,
Obispo Auxiliar de Washington, D.C.
En la primera lectura encontramos el final del primer viaje misionero de San Pablo que ha ido acompañado de Bernabé.
Salieron de Antioquía (13,2) por mandato del Espíritu Santo. Han visitado Chipre y Asia Menor y ahora regresan a la comunidad antioquena para informarles de lo que "Dios había hecho por medio de ellos". En su predicación han insistido que este nuevo pensar y hacer, no es algo temporal ni fácil, esta buena nueva que les han traído es para siempre y se les exhorta a que permanezcan firmes en la fe, pues es la única forma para que la buena nueva que les han traído tenga su efecto. Les han anunciado también que habrá dificultades y tendrán que pasar mucho "para entrar en el Reino de Dios".
Pablo y Bernabé antes de alejarse de las nuevas comunidades designaron presbíteros (ancianos, guías, responsables), pero no sin antes orar, ayunar y encomendarlos al Señor, pues había que reconocer que toda misión viene de Dios y Él es el verdadero guía y sostén de la vida.
La segunda lectura nos ofrece el comienzo de las tres últimas visiones del libro del Apocalipsis: el cielo nuevo y la tierra nueva. El sacrificio del Cordero nos trae esta novedad, esta nueva realidad, "la ciudad santa... que viene del cielo", pues tiene su origen en Dios, que la ha adornado como novia que se prepara para el esposo, toda blanca, toda gozosa, toda feliz. Juan, en su visión, nos cuenta como ya no hay mar, el lugar de los poderes del mal, y por eso desaparecen (profecías del A.T.) Primero que todo "la muerte", pues ella no es parte de la creación original, y por eso "El que estaba sentado en el trono dijo: “Ahora hago un universo nuevo". Dios enjuga las lágrimas de su pueblo y ya no hay luto, ni llanto, ni dolor. Qué visión tan extraordinaria y consoladora, para aquellos tiempos de persecución y desánimo, pero no menos para nuestro tiempo, este siglo en el que tan ansiosamente buscamos la felicidad.
Y por último, el evangelio que hoy leemos. Estamos en la Última Cena. Jesús rodeado de los íntimos y uno de ellos, Judas, acaba de abandonar la mesa y Jesús habla como si le faltara tiempo: "Me queda poco de estar con vosotros" y sin embargo todavía hay que dar consignas, instrucciones, incluso el mandamiento nuevo cuyo cumplimiento servirá como, más aún, será su identidad.
Hoy estamos sufriendo una crisis de identidad. Muchos se preguntan qué es lo que nos distingue en nuestra Iglesia, qué es lo que nos hace católicos. Es verdad que tenemos nuestra liturgia, nuestro calendario, los sacramentos, los mandamientos de la Iglesia, nuestra religiosidad popular, nuestra historia y tradición y otras muchas cosas, sin embargo hay algo que es indispensable, y lo es porque el mismo Jesucristo nos lo ha dicho: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado (ahí está la novedad). La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os améis unos a otros".
Bueno será concluir esta reflexión con aquellas palabras de San Pablo describiendo el amor. La liturgia de hoy nos ofrece dos aspectos esenciales del cristianismo: el amor y la comunidad. El amor, tarjeta de identidad cristiana, es "paciente, servicial y sin envidia. No presume, ni se engríe, no es egoísta, ni se irrita... Aguanta sin límites, espera sin límites..." (1 Cor. 13).
Salmo 144: Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Apocalipsis 21:1-5a
Juan 13,31-33a.34-35
Hechos 14, 21b-27
En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Salmo 144: Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás,
Dios mío, mi rey
Apocalípsis 21,1-5a
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: "Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado." Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Todo lo hago nuevo."
Juan 13,31-33a.34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros."
Comentario por Mons. Francisco González, S.F.,
Obispo Auxiliar de Washington, D.C.
En la primera lectura encontramos el final del primer viaje misionero de San Pablo que ha ido acompañado de Bernabé.
Salieron de Antioquía (13,2) por mandato del Espíritu Santo. Han visitado Chipre y Asia Menor y ahora regresan a la comunidad antioquena para informarles de lo que "Dios había hecho por medio de ellos". En su predicación han insistido que este nuevo pensar y hacer, no es algo temporal ni fácil, esta buena nueva que les han traído es para siempre y se les exhorta a que permanezcan firmes en la fe, pues es la única forma para que la buena nueva que les han traído tenga su efecto. Les han anunciado también que habrá dificultades y tendrán que pasar mucho "para entrar en el Reino de Dios".
Pablo y Bernabé antes de alejarse de las nuevas comunidades designaron presbíteros (ancianos, guías, responsables), pero no sin antes orar, ayunar y encomendarlos al Señor, pues había que reconocer que toda misión viene de Dios y Él es el verdadero guía y sostén de la vida.
La segunda lectura nos ofrece el comienzo de las tres últimas visiones del libro del Apocalipsis: el cielo nuevo y la tierra nueva. El sacrificio del Cordero nos trae esta novedad, esta nueva realidad, "la ciudad santa... que viene del cielo", pues tiene su origen en Dios, que la ha adornado como novia que se prepara para el esposo, toda blanca, toda gozosa, toda feliz. Juan, en su visión, nos cuenta como ya no hay mar, el lugar de los poderes del mal, y por eso desaparecen (profecías del A.T.) Primero que todo "la muerte", pues ella no es parte de la creación original, y por eso "El que estaba sentado en el trono dijo: “Ahora hago un universo nuevo". Dios enjuga las lágrimas de su pueblo y ya no hay luto, ni llanto, ni dolor. Qué visión tan extraordinaria y consoladora, para aquellos tiempos de persecución y desánimo, pero no menos para nuestro tiempo, este siglo en el que tan ansiosamente buscamos la felicidad.
Y por último, el evangelio que hoy leemos. Estamos en la Última Cena. Jesús rodeado de los íntimos y uno de ellos, Judas, acaba de abandonar la mesa y Jesús habla como si le faltara tiempo: "Me queda poco de estar con vosotros" y sin embargo todavía hay que dar consignas, instrucciones, incluso el mandamiento nuevo cuyo cumplimiento servirá como, más aún, será su identidad.
Hoy estamos sufriendo una crisis de identidad. Muchos se preguntan qué es lo que nos distingue en nuestra Iglesia, qué es lo que nos hace católicos. Es verdad que tenemos nuestra liturgia, nuestro calendario, los sacramentos, los mandamientos de la Iglesia, nuestra religiosidad popular, nuestra historia y tradición y otras muchas cosas, sin embargo hay algo que es indispensable, y lo es porque el mismo Jesucristo nos lo ha dicho: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado (ahí está la novedad). La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os améis unos a otros".
Bueno será concluir esta reflexión con aquellas palabras de San Pablo describiendo el amor. La liturgia de hoy nos ofrece dos aspectos esenciales del cristianismo: el amor y la comunidad. El amor, tarjeta de identidad cristiana, es "paciente, servicial y sin envidia. No presume, ni se engríe, no es egoísta, ni se irrita... Aguanta sin límites, espera sin límites..." (1 Cor. 13).
jueves, 25 de abril de 2013
25 de abril: el león símbolo del evangelista Marcos
La representación de san Marcos en forma de león alado es uno de los elementos más conocidos de la iconografía cristiana. Tiene su origen en el texto del Apocalipsis de San Juan 4,5-8.
“Delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios, y había algo parecido a un mar de vidrio, como de cristal transparente. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás. El primero de los seres vivientes era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro como de hombre; el cuarto era semejante a un águila en vuelo. Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. Y día y noche repetían sin cesar: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir.´”
El león es una de las cuatro criaturas que sitúa este libro junto al trono de Dios. Las figuras de estas criaturas han sido elegidas como símbolos de los cuatro evangelistas. La figura del león también se asocia con las palabras con las que comienza Evangelio de San Marcos, una cita atribuida a San Juan Bautista:
"El comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito por el profeta Isaías: He aquí, yo envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino". (Evangelio según Marcos 1: 1-3)
En la iconografía cristiana, Juan el Bautista es representado portando una piel de león y la frase evangélica de la voz que clama en el desierto, se ha asociado con un rugido realizado en el desierto. La figura del león también se ha convertido en símbolo el poder de la palabra del evangelista, sus alas representan la elevación espiritual, mientras que la aureola es un símbolo tradicional del Cristianismo, asociado con la santidad.
— Patrono
Patrón de los abogados, notarios, artistas de vitrales, cautivos; de Egipto y Venecia.
“Delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios, y había algo parecido a un mar de vidrio, como de cristal transparente. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás. El primero de los seres vivientes era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro como de hombre; el cuarto era semejante a un águila en vuelo. Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. Y día y noche repetían sin cesar: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir.´”
El león es una de las cuatro criaturas que sitúa este libro junto al trono de Dios. Las figuras de estas criaturas han sido elegidas como símbolos de los cuatro evangelistas. La figura del león también se asocia con las palabras con las que comienza Evangelio de San Marcos, una cita atribuida a San Juan Bautista:
"El comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito por el profeta Isaías: He aquí, yo envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino". (Evangelio según Marcos 1: 1-3)
En la iconografía cristiana, Juan el Bautista es representado portando una piel de león y la frase evangélica de la voz que clama en el desierto, se ha asociado con un rugido realizado en el desierto. La figura del león también se ha convertido en símbolo el poder de la palabra del evangelista, sus alas representan la elevación espiritual, mientras que la aureola es un símbolo tradicional del Cristianismo, asociado con la santidad.
— Patrono
Patrón de los abogados, notarios, artistas de vitrales, cautivos; de Egipto y Venecia.
25 de abril: ¿Quién fue san Marcos?
— La Fiesta de san Marcos según el martirologío romano
Fiesta de san Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su "hijo". Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos y que fue él quien instituyó la Iglesia de Alejandría, en el actual Egipto. († c.68)
— Vida de san Marcos
Los documentos más antiguos que hablan de Marcos aseguran que estuvo al lado de Pedro en Roma, como intérprete y redactor del Evangelio, primeramente en la catequesis oral y después, en la composición del texto que es el Evangelio más condensado de la vida, los milagros y la muerte de Jesús.
La primera vez que habla de Marcos el libro de los Hechos de los Apóstoles, es en el capítulo 12, versículos 12-16, al narrar la salida milagrosa de Pedro de la cárcel por obra del ángel que le abre las puertas y se dirige "a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre ´Marcos´, donde muchos hermanos se hallan congregados en oración".
Marcos era un judío de Jerusalén. Acompañó a Pablo y a Bernabé (Marcos y Bernabé eran primos) a Antioquía en el primer viaje misionero (Hechos 12, 25). También acompañó a Pablo a Roma. Se separó de ellos en Perga y regresó a su casa (Hechos 13,13). No sabemos las razones de esa separación pero sí que causó una separación posterior entre Pablo y Bernabé, cuando Pablo rehusó aceptar a Marcos. Bernabé se enojó tanto que rompió su asociación misionera con Pablo y se fue a Chipre con Marcos (Hechos 15,36-39). Años más tarde Pablo y Marcos volvieron a unirse en un viaje misionero.
Marcos fue discípulo de Pedro e intérprete del mismo en su Evangelio, el segundo Evangelio canónico aunque fue el primero en escribirse. Marcos escribió en griego con palabras sencillas y directas. Por su terminología se entiende que su audiencia era cristiana. Se debate la fecha en que lo escribió, quizás fue en la década 60-70 AD.
Marcos fue a Roma con Pedro. Pedro se refería a Marcos como "mi hijo" (1P 5,13). En el Nuevo Testamento también podemos encontrarlo como Juan Marcos (Hechos 12,12). Evangelizó y estableció la Iglesia en Alejandría (Egipto), fundando allí su famosa escuela cristiana.
Murió mártir aproximadamente el 25 de abril del 68 AD en Alejandría. Sus reliquias están en la famosa catedral de Venecia.
Fiesta de san Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su "hijo". Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos y que fue él quien instituyó la Iglesia de Alejandría, en el actual Egipto. († c.68)
SAN MARCOS (1886-1894) de James Tissot Brookyn Museum |
Los documentos más antiguos que hablan de Marcos aseguran que estuvo al lado de Pedro en Roma, como intérprete y redactor del Evangelio, primeramente en la catequesis oral y después, en la composición del texto que es el Evangelio más condensado de la vida, los milagros y la muerte de Jesús.
La primera vez que habla de Marcos el libro de los Hechos de los Apóstoles, es en el capítulo 12, versículos 12-16, al narrar la salida milagrosa de Pedro de la cárcel por obra del ángel que le abre las puertas y se dirige "a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre ´Marcos´, donde muchos hermanos se hallan congregados en oración".
Marcos era un judío de Jerusalén. Acompañó a Pablo y a Bernabé (Marcos y Bernabé eran primos) a Antioquía en el primer viaje misionero (Hechos 12, 25). También acompañó a Pablo a Roma. Se separó de ellos en Perga y regresó a su casa (Hechos 13,13). No sabemos las razones de esa separación pero sí que causó una separación posterior entre Pablo y Bernabé, cuando Pablo rehusó aceptar a Marcos. Bernabé se enojó tanto que rompió su asociación misionera con Pablo y se fue a Chipre con Marcos (Hechos 15,36-39). Años más tarde Pablo y Marcos volvieron a unirse en un viaje misionero.
Marcos fue discípulo de Pedro e intérprete del mismo en su Evangelio, el segundo Evangelio canónico aunque fue el primero en escribirse. Marcos escribió en griego con palabras sencillas y directas. Por su terminología se entiende que su audiencia era cristiana. Se debate la fecha en que lo escribió, quizás fue en la década 60-70 AD.
Marcos fue a Roma con Pedro. Pedro se refería a Marcos como "mi hijo" (1P 5,13). En el Nuevo Testamento también podemos encontrarlo como Juan Marcos (Hechos 12,12). Evangelizó y estableció la Iglesia en Alejandría (Egipto), fundando allí su famosa escuela cristiana.
Murió mártir aproximadamente el 25 de abril del 68 AD en Alejandría. Sus reliquias están en la famosa catedral de Venecia.
miércoles, 24 de abril de 2013
martes, 23 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
Sobre el Obispo
Del griego epi: sobre; y skopos, skopein: vigilar, inspeccionar. Etimológicamente significa: guardian, inspector, supervisor o superintendente. Desde este punto de vista, el obispo es la persona encargada del control y vigilancia del cumplimento de las leyes de la Iglesia en su diócesis.
En el siglo II san Ignacio de Antioquía escribe sobre el ministerio del obispo como sucesor de los apóstoles y guía de la Iglesia.
A lo largo de los años, el Magisterio de la Iglesia ha ido respondiendo a las necesidades de los tiempos. Por ello, en la consagración episcopal los obispos reciben la función de santificar, enseñar y regir, que sin embargo solo pueden ejercer en comunión con el Papa y con los miembros del colegio episcopal”. (C.D.C. c.375 §1 y 2).
El obispo diocesano u ordinario es aquel que está a cargo de una diócesis.
En el siglo II san Ignacio de Antioquía escribe sobre el ministerio del obispo como sucesor de los apóstoles y guía de la Iglesia.
A lo largo de los años, el Magisterio de la Iglesia ha ido respondiendo a las necesidades de los tiempos. Por ello, en la consagración episcopal los obispos reciben la función de santificar, enseñar y regir, que sin embargo solo pueden ejercer en comunión con el Papa y con los miembros del colegio episcopal”. (C.D.C. c.375 §1 y 2).
El obispo diocesano u ordinario es aquel que está a cargo de una diócesis.
El obispo auxiliar es el asignado a un obispo ordinario para que le ayude en el gobierno de la diócesis.
El obispo titular tiene el título de una diócesis que existió en el pasado y ahora sólo existe en título; es normalmente obispo auxiliar de un obispo diocesano o arzobispo.
El obispo coadjutor es el obispo auxiliar de un obispo diocesano, con derecho a sucesión.
El obispo preconizado es aquél que ha sido nombrado por el Papa pero todavía no ha sido ordenado o tomado posesión del gobierno de su diócesis.
Obispo emérito: emérito es quien se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios; por tanto, obispo emérito es un obispo retirado que disfruta de una serie de ayudas de su antigua diócesis. Los obispos tienen que presentar la dimisión el mismo día que cumplen 75 años.
Enseñar: El obispo predica y enseña a través de sus homilías, pero también por medio de cartas pastorales y por el contacto con los diversos sectores de la diócesis.
Santificar: El obispo es el principal administrador de los ministerios sagrados entre los fieles.
Regir: El obispo debe guiar a los fieles en la caridad inspirándose en las figuras del pastor y el siervo.
Mitra: representa la dignidad episcopal y es signo de las virtudes que deben resplandecer en este ministerio.
Anillo: representa el compromiso del Obispo con su Diócesis, símbolo de amor esponsal de Cristo por su Iglesia.
Heráldica: es tradición que los obispos tengan su propio escudo. Los obispos confeccionan su escudo con simbolismos que indican su ideal de vida, y hacen referencia a hechos o experiencias pasadas, o a elementos vinculados a su programa episcopal.
Solideo: del latín solus, solo, y Deo, a Dios. Es de color violeta y simboliza la protección de Dios y la dedicación solo a Dios.
Báculo: simboliza el pastoreo que realiza entre los fieles.
Cruz pectoral: es la manifestación externa de la consagración a Cristo y a su Iglesia.
Siguiendo los consejos paulinos a Timoteo, el Código de Derecho Canónico de 1983 establece a través del canon 378 que los candidatos al episcopado sean:
- Sólidos en su fe, buenas costumbres, piedad, celo por las almas, sabiduría, prudencia y virtudes humanas, y dotado de las demás cualidades que le hacen apto para ejercer el oficio de que se trata.
- De buena fama.
- De, al menos, treinta y cinco años.
- Ordenado presbítero al menos cinco años antes.
- Doctor, o al menos licenciado, en Sagrada Escritura, teología o derecho canónico
Ministerios del obispo
Enseñar: El obispo predica y enseña a través de sus homilías, pero también por medio de cartas pastorales y por el contacto con los diversos sectores de la diócesis.
Santificar: El obispo es el principal administrador de los ministerios sagrados entre los fieles.
Regir: El obispo debe guiar a los fieles en la caridad inspirándose en las figuras del pastor y el siervo.
Símbolos del obispo
Mitra: representa la dignidad episcopal y es signo de las virtudes que deben resplandecer en este ministerio.
Anillo: representa el compromiso del Obispo con su Diócesis, símbolo de amor esponsal de Cristo por su Iglesia.
Heráldica: es tradición que los obispos tengan su propio escudo. Los obispos confeccionan su escudo con simbolismos que indican su ideal de vida, y hacen referencia a hechos o experiencias pasadas, o a elementos vinculados a su programa episcopal.
Solideo: del latín solus, solo, y Deo, a Dios. Es de color violeta y simboliza la protección de Dios y la dedicación solo a Dios.
Báculo: simboliza el pastoreo que realiza entre los fieles.
Cruz pectoral: es la manifestación externa de la consagración a Cristo y a su Iglesia.
Cualidades que debe tener un obispo
Siguiendo los consejos paulinos a Timoteo, el Código de Derecho Canónico de 1983 establece a través del canon 378 que los candidatos al episcopado sean:
- Sólidos en su fe, buenas costumbres, piedad, celo por las almas, sabiduría, prudencia y virtudes humanas, y dotado de las demás cualidades que le hacen apto para ejercer el oficio de que se trata.
- De buena fama.
- De, al menos, treinta y cinco años.
- Ordenado presbítero al menos cinco años antes.
- Doctor, o al menos licenciado, en Sagrada Escritura, teología o derecho canónico
por un instituto de estudios superiores aprobado por la Sede Apostólica,
o al menos experto en esas disciplinas.
Sin embargo, el juicio definitivo sobre la idoneidad del candidato corresponde al pontífice.
El Sínodo de Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen para fomentar la unión entre el Romano Pontífice y los Obispos. Ayudan al Papa con sus consejos para la integridad y mejora de la fe, las costumbres, y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo.
Fue creado por el Papa Pablo VI el 15 de Setiembre de 1965 con el Motu Propio Apostolica Sollicitudo, se aprobó su Reglamento el 8 de Diciembre de 1966, que fue ampliado en los años 1969, 1971 y 1974."
El sínodo depende directamente del Papa, quien tiene la autoridad de designar la agenda, llamar a sesión y dar a los miembros autoridad de deliberar y aconsejar. El Papa se guarda el derecho de elegir al Secretario General, Secretarios Especiales y hasta el 15% del total de los miembros.
Sin embargo, el juicio definitivo sobre la idoneidad del candidato corresponde al pontífice.
Sínodo de obispos
El Sínodo de Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen para fomentar la unión entre el Romano Pontífice y los Obispos. Ayudan al Papa con sus consejos para la integridad y mejora de la fe, las costumbres, y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo.
Fue creado por el Papa Pablo VI el 15 de Setiembre de 1965 con el Motu Propio Apostolica Sollicitudo, se aprobó su Reglamento el 8 de Diciembre de 1966, que fue ampliado en los años 1969, 1971 y 1974."
El sínodo depende directamente del Papa, quien tiene la autoridad de designar la agenda, llamar a sesión y dar a los miembros autoridad de deliberar y aconsejar. El Papa se guarda el derecho de elegir al Secretario General, Secretarios Especiales y hasta el 15% del total de los miembros.
VOCABULARIO RELIGIOSO: ¿Qué es el "Nunc dimittis"?
El Nunc dimittis es para muchos lectores de san Lucas el más bello, entrañable y universal de los cánticos lucanos. Se llama así por las primeras palabras con que se traduce al latín el texto griego: Nunc dimittis = Ahora puedes dejar...
Desde el siglo V se ha recitado en la plegaria nocturna como parte del oficio de las horas. Tiene como marco dos hechos realizados en el templo que definen la manifestación de Jesús: la purificación de la madre a los cuarenta días del parto (Lc 2,22a y 24), y el rescate del primogénito al mes del nacimiento (22b y 23).
Esta primera manifestación se realiza por medio del anciano Simeón. Hombre «honrado y piadoso», «aguarda la restauración mesiánica de Israel», y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de ver al Ungido del Señor». El «Nunc dimittis», en el que Simeón ensalza la figura del niño, lo mismo que Zacarías ensalza a Juan en el Benedictus, comienza en el vers. 28: «Simeón tomó en brazos al niño y bendijo a Dios diciendo».
El segundo oráculo en labios de Simeón comienza en vers. 34ab: «Simeón los bendijo y dijo a María su madre». «Lo más importante es que Simeón reconoce en este niño al portador de las promesas mesiánicas de paz y salvación. En él, la promesa se va a revelar a los gentiles, y redundará en gloria para Israel; por más que la salvación está destinada a "todos los pueblos", tanto a Israel como a las naciones paganas» (J. A. FITZMYER).
El anuncio profético de Simeón va dirigido a la madre del niño (vers. 34bc-35ab). Al describir al niño como fuente de división Lucas está proyectando una realidad histórica y una vivencia religiosa que tiene su origen en la misma persona de Jesús y en su mensaje (Lc 12,51-53). «Ten en cuenta que éste está puesto para caída y resurgimiento de muchos en Israel y para señal de contradicción, y a ti misma una espada te traspasará el alma, para que salgan los pensamientos del fondo de muchos corazones». También María experimentará este rechazo, que irá más allá de los lazos de sangre y de la carne y afectará a la fidelidad del discípulo.
Simeón puede partir en paz, no porque haya terminado su tarea, sino porque Dios ha cumplido su palabra. «Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo vaya en paz...» Es el «ahora» de la irrupción total de Dios en la historia mediante Jesucristo salvador; termina un tiempo y comienza otro: Dios ha cumplido su palabra.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Novena
Del latín novem, nueve. La novena es una devoción privada o pública que dura nueve días y sirve para pedir alguna gracia o intención especial. Hay novenas dedicadas a Jesús, al Espíritu Santo, a la Virgen María y a los santos. No son parte de la oración oficial de la Iglesia.
Las novenas nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas en el contexto de una sólida doctrina. Al pedir la intercesión de un santo debemos desear imitar sus virtudes. Para ello es necesario conocerlo. La novena pueda convertirse en superstición si tan solo se hace para conseguir un deseo sin que el creyente o el orante abra su corazón a Dios.
Mientras las “octavas” tienen un carácter festivo, las novenas generalmente se hacen para lograr una intención o para orar por los difuntos.
Aunque las novenas son muy antiguas, no fue hasta el siglo XVII que a Iglesia formalmente concedió la primera indulgencia a una novena en honor a san Francisco Javier, otorgada por el papa Alejandro VII.
— Orígen de la novena
Jesucristo nos enseñó a orar con insistencia. Él pidió a los apóstoles que se prepararan en oración para la venida del Espíritu Santo. De aquí se inspira la novena de Pentecostés.
Los romanos y griegos tenían novenas para apaciguar a los dioses. También hacían nueve días de duelo por los difuntos.
San Agustín, escribiendo sobre las novenas advierte a los cristianos del peligro de imitar esta costumbre pagana, ya que no se encuentra en la Biblia. Los judíos no tenían celebraciones religiosas de nueve días ni novenarios de difuntos.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Nimbo, nimbar
NIMBO: Del latín nimbus. Nimbo es el círculo o disco luminoso que se dibuja detrás y alrededor de la cabeza de una imagen. Si sólo rodea la frente o la parte superior de la cabeza se llama aureola. Si en el círculo se inscribe una cruz de brazos iguales, se llama nimbo crucífero siendo propio exclusivamente de una persona divina. Si el nimbo tiene forma de triángulo, se denomina nimbo triangular que es exclusivo de la persona del Padre.
El nimbo también se ha utilizado en animales, en la medida que estos simbolizan personajes sagrados. El cordero y el fénix que simbolizan a Cristo están a menudo "nimbados".
El nimbo formado por estrellas se aplica a la Virgen María desde el siglo XVI.
El nimbo fue empleado por los egipcios, griegos y romanos en imágenes de dioses y emperadores como símbolo de poder y grandeza.
NIMBAR: Rodear de aureola (figura o imagen).
VOCABULARIO RELIGIOSO: Nihilista, Nihilismo
NIHILISTA, NIHILISMO: Persona y corriente de pensamiento que niega los principios religiosos o morales.
El nihilismo, del latín nihil: "nada", es una corriente filosófica que toma como principio la negación de cualquier idea o sentido objetivo y determinista de la existencia. Por tanto, se rebela contra cualquier clase de dogma. Típicamente, el nihilismo se presenta como nihilismo existencial, es decir, niega que la vida tenga un significado, propósito o valor por sí misma.
Los nihilistas abandonan las ideas preconcebidas y aspiran a una una vida lúdica, con opciones de realización que no estén vinculadas a cosas que consideran inexistentes. Sin embargo, el nihilismo no está vinculado al pesimismo o a la falta de creencias, sino que, al negar todo dogma, es una posición abierta a opciones infinitas.
El nihilismo surge a menudo como una crítica social, política y cultural a los valores, costumbres y creencias de una sociedad concreta. El término “nihilista” fue popularizado por el novelista ruso Ivan Turgenev en su novela Padres e hijos: "Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe"; y por el filósofo Friedrich Heinrich Jacobi.
Con el tiempo, la palabra nihilista se ha utilizado para denunciar a quienes carecen de sensibilidad moral, pero el término ya existía como corriente en la antigua Grecia representado por la Escuela cínica y en el escepticismo.
El nihilismo no significa creer "en nada", ni pesimismo, ni terrorismo, si bien estas acepciones se le han ido dando con el tiempo a la palabra. Hay autores que distinguen entre nihilismo positivo y nihilismo negativo. El nihilismo positivo niega todo dogma para abrirse a opciones infinitas no determinadas, mientras que el nihilismo negativo es la negación de todo principio ético que ocasiona negligencia o autodestrucción.
Como expresión política el nihilismo está vinculado al anarquismo ya que rechaza las jerarquías, la autoridad y el dominio del hombre sobre el hombre. En algunos países, como Rusia, el movimiento cultural nihilista fue el origen de las agrupaciones políticas anarquistas que lucharon por la abolición del Estado.
El nihilismo también suele asociarse al punk, un movimiento cultural y musical que defiende la autogestión, critica a la Iglesia y se opone al consumismo.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Neófito
NEÓFITO: Recién nacido o recién llegado. Del griego neo -nuevo- y fio -llegar a ser-, o más probablemente fiton: planta, en cuyo caso significaría “nuevo plantado”, “recién injertado” (en Cristo). Se aplica a los recién bautizados. Antes del bautismo se llaman catecúmenos y después durante las primeras semanas neófitos.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Nave
NAVE: El término nave, en arquitectura, denomina al espacio comprendido entre dos muros o filas de columnas. Este término suele utilizarse al referirse a cada uno de los espacios que entre muros o filas de arcadas se extienden a lo largo de los templos u otros edificios importantes. La nave principal es la que ocupa el centro del templo desde la puerta de ingreso hasta el crucero o el presbiterio, generalmente con mayor elevación y más anchura que las laterales paralelas a ella.
Dependiendo de la distribución de las naves en el interior de la iglesia, existen dos tipos principales de planta en las iglesias cristianas: la planta cruciforme (una nave principal cruzada por otra transversal o transepto) y la planta basilical (una, tres o cinco naves paralelas que conforman una estructura rectangular y terminan en presbiterios).
Fuente: es.wikipedia.org
FRANCISCO SOBRE LA IGLESIA: "Prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma".
Carta del Papa Francisco a la
105º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina
Queridos Hermanos:
Van estas líneas de saludo y también para excusarme por no poder asistir debido a “compromisos asumidos hace poco” (¿Suena bien?) Estoy espiritualmente junto a Ustedes y pido al Señor que los acompañe mucho en estos días.
Les expreso un deseo: Me gustaría que los trabajos de la Asamblea tengan como marco referencial al Documento de Aparecida y “Navega mar adentro”. Allí están las orientaciones que necesitamos para este momento de la historia. Sobre todo les pido que tengan una especial preocupación por crecer en la misión continental en sus dos aspectos: misión programática y misión paradigmática. Que toda la pastoral sea en clave misionera. Debemos salir de nosotros mismos hacia todas las periferias existenciales y crecer en parresía.
Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma. La enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencial; mirarse a sí misma, estar encorvada sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”.
Les deseo a todos Ustedes esta alegría, que tantas veces va unida a la Cruz, pero que nos salva del resentimiento, de la tristeza y de la soltenoría clerical. Esta alegría nos ayuda a ser cada día más fecundos, gastándonos y deshilachándonos en el servicio al santo pueblo fiel de Dios; esta alegría crecerá más y más en la medida en que tomemos en serio la conversión pastoral que nos pide la Iglesia.
Gracias por todo lo que hacen y por todo lo que van a hacer. Que el Señor nos libre de maquillar nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad, del dinero y del “clericalismo de mercado”. La Virgen nos enseñará el camino de la humildad y ese trabajo silencioso y valiente que lleva adelante el celo apostólico.
Les pido, por favor, que recen por mí, para que no me la crea y sepa escuchar lo que Dios quiere y no lo que yo quiero. Rezo por Ustedes.
Un abrazo de hermano y un especial saludo al pueblo fiel de Dios que tienen a su cuidado. Les deseo un santo y feliz tiempo pascual.
Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Vaticano, 25 de marzo de 2013
sábado, 20 de abril de 2013
Hechos 9,1-20: Toda interpretación ideológica es una falsificación del Evangelio, por el papa Francisco
Hechos 9,1-20
En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres. En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
— Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Preguntó él:
— ¿Quién eres, Señor?
Respondió la voz:
— Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
— Ananías.
Respondió él:
— Aquí estoy, Señor.
El Señor le dijo:
— Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.
Ananías contestó:
— Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.
El Señor le dijo:
— Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
— Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.
Homilía del papa Francisco: Toda interpretación ideológica es una falsificación del Evangelio
Tomado de Radio Vaticano
Hay que escuchar la Palabra de Dios con humildad porque es palabra de amor, y sólo así entra en el corazón y cambia la vida. La voz de Jesús pasa por nuestra mente y va al corazón. Porque Jesús busca nuestra conversión.
Pablo y Ananías responden con perplejidad, pero con el corazón abierto. Los doctores de la ley responden de otra manera, discutiendo entre ellos y contestando duramente las palabras de Jesús: Pablo y Ananías responden como los grandes de la historia de la salvación, como Jeremías e Isaías. También Moisés tuvo sus dificultades: ‘Pero, Señor, yo no sé hablar, ¿cómo iré a decir esto a los egipcios?’. Y María: ‘Pero, Señor, ¡yo no estoy casada!’. Es la respuesta de la humildad, de aquel que recibe la Palabra de Dios con el corazón. En cambio, los doctores responden sólo con la cabeza. No saben que la Palabra de Dios va al corazón, no saben de conversión.
El papa explicó quiénes son los que responden sólo con la cabeza: “Son los grandes ideólogos. La Palabra de Jesús va al corazón porque es Palabra de amor, es palabra bella y lleva al amor, nos hace amar. Estos cortan el camino del amor: los ideólogos. Y también el de la belleza. Y se pusieron a discutir ásperamente entre ellos: ‘¿Cómo puede éste darnos de comer su carne?’. ¡Todo un problema de intelecto! Y cuando entra la ideología en la Iglesia, cuando entra la ideología en la inteligencia del Evangelio, no se entiende nada.
Son los que caminan sólo por el camino del deber: es el moralismo de cuantos pretenden realizar del Evangelio sólo lo que entienden con la cabeza. No están en el camino de la conversión, esa conversión a la que nos invita Jesús: Y estos, por el camino del deber, cargan todo sobre las espaldas de los fieles. Los ideólogos falsifican el Evangelio. Toda interpretación ideológica, independientemente de donde venga –de una parte o de otra– es una falsificación del Evangelio. Y estos ideólogos –lo hemos visto en la historia de la Iglesia– terminan por ser, se convierten en intelectuales sin talento, eticistas sin bondad. Y no hablemos de belleza, porque no entienden nada”.
En cambio, el camino del amor, el camino del Evangelio, es sencillo: es el camino que han comprendido los santos: ¡Los santos son aquellos que llevan la Iglesia adelante! El camino de la conversión, el camino de la humildad, del amor, del corazón, el camino de la belleza… Oremos hoy al Señor por la Iglesia: que el Señor la libere de cualquier interpretación ideológica y abra el corazón de la Iglesia, de nuestra Madre Iglesia, al Evangelio sencillo, a ese Evangelio puro que nos habla de amor, que lleva al amor y ¡es tan bello! Y también nos hace bellos, a nosotros, con la belleza de la santidad. ¡Oremos hoy por la Iglesia!
En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres. En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
— Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Preguntó él:
— ¿Quién eres, Señor?
Respondió la voz:
— Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
— Ananías.
Respondió él:
— Aquí estoy, Señor.
El Señor le dijo:
— Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.
Ananías contestó:
— Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.
El Señor le dijo:
— Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
— Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.
Homilía del papa Francisco: Toda interpretación ideológica es una falsificación del Evangelio
Tomado de Radio Vaticano
Hay que escuchar la Palabra de Dios con humildad porque es palabra de amor, y sólo así entra en el corazón y cambia la vida. La voz de Jesús pasa por nuestra mente y va al corazón. Porque Jesús busca nuestra conversión.
Pablo y Ananías responden con perplejidad, pero con el corazón abierto. Los doctores de la ley responden de otra manera, discutiendo entre ellos y contestando duramente las palabras de Jesús: Pablo y Ananías responden como los grandes de la historia de la salvación, como Jeremías e Isaías. También Moisés tuvo sus dificultades: ‘Pero, Señor, yo no sé hablar, ¿cómo iré a decir esto a los egipcios?’. Y María: ‘Pero, Señor, ¡yo no estoy casada!’. Es la respuesta de la humildad, de aquel que recibe la Palabra de Dios con el corazón. En cambio, los doctores responden sólo con la cabeza. No saben que la Palabra de Dios va al corazón, no saben de conversión.
El papa explicó quiénes son los que responden sólo con la cabeza: “Son los grandes ideólogos. La Palabra de Jesús va al corazón porque es Palabra de amor, es palabra bella y lleva al amor, nos hace amar. Estos cortan el camino del amor: los ideólogos. Y también el de la belleza. Y se pusieron a discutir ásperamente entre ellos: ‘¿Cómo puede éste darnos de comer su carne?’. ¡Todo un problema de intelecto! Y cuando entra la ideología en la Iglesia, cuando entra la ideología en la inteligencia del Evangelio, no se entiende nada.
Son los que caminan sólo por el camino del deber: es el moralismo de cuantos pretenden realizar del Evangelio sólo lo que entienden con la cabeza. No están en el camino de la conversión, esa conversión a la que nos invita Jesús: Y estos, por el camino del deber, cargan todo sobre las espaldas de los fieles. Los ideólogos falsifican el Evangelio. Toda interpretación ideológica, independientemente de donde venga –de una parte o de otra– es una falsificación del Evangelio. Y estos ideólogos –lo hemos visto en la historia de la Iglesia– terminan por ser, se convierten en intelectuales sin talento, eticistas sin bondad. Y no hablemos de belleza, porque no entienden nada”.
En cambio, el camino del amor, el camino del Evangelio, es sencillo: es el camino que han comprendido los santos: ¡Los santos son aquellos que llevan la Iglesia adelante! El camino de la conversión, el camino de la humildad, del amor, del corazón, el camino de la belleza… Oremos hoy al Señor por la Iglesia: que el Señor la libere de cualquier interpretación ideológica y abra el corazón de la Iglesia, de nuestra Madre Iglesia, al Evangelio sencillo, a ese Evangelio puro que nos habla de amor, que lleva al amor y ¡es tan bello! Y también nos hace bellos, a nosotros, con la belleza de la santidad. ¡Oremos hoy por la Iglesia!
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Hechos 8,26-40: Dios es una persona, por el papa Francisco
Hechos 8,26-40
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: "Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto." Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: "Acércate y pégate a la carroza." Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Contestó: "¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?" Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: "Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos." El eunuco le preguntó a Felipe: "Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?" Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: "Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?" Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Homilía de Francisco en Santa Marta: Dios es una persona
L'Osservatore Romano del 18 de abril de 2013
Hablar con Dios es como hablar con las personas: el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Por que este es nuestro Dios, uno y trino, no un dios indefinido y difuso, como un espray esparcido un poco por todas partes.
Es el Señor quien nos habla de la fe. Él nos dice “creed en él”. Pero primero nos dice algo más: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”. Ir a Jesús, encontrar a Jesús, conocer a Jesús es un don del Padre. Es un regalo. Un regalo que recibimos en el bautismo, pero que luego debe desarrollarse en la vida, crecer en nuestro corazón, extenderse en las obras que hacemos.
Podemos preguntarnos: "¿Tenemos fe?". "Sí, sí, yo creo en Dios." "¿Pero en cuál Dios tú crees?". "¡Bueno, en Dios!" ¿Cuántas veces escuchamos esto "en Dios"? Un dios difuso, un dios-espray, que está un poco en todas partes, pero no se sabe lo que es. Creemos en Dios que es Padre, que es Hijo, que es Espíritu Santo. Creemos en las personas, y cuando hablamos con Dios hablamos con personas: o hablo con el Padre, o hablo con el Hijo, o hablo con el Espíritu Santo. Y esta es la fe.
Refiriéndose a la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (8, 26-40), el papa se centró en la figura del eunuco etíope, tesorero de la reina Candace, quien tenía una fe poco madura y sólida, "una fe que se iniciaba”. Sin embargo, "tenía buena voluntad. Había venido a Jerusalén para orar, para adorar a Dios, y leía al profeta Isaías. Tenía una cierta inquietud en el alma. Se la había metido el Padre para atraerlo a Jesús. Y este hombre, cuando Felipe se acercó a él y le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?", le responde que no. Y cuando Felipe le anuncia a Jesús, este hombre siente que esta es una buena noticia. Siente el gozo. Empieza a sentir una alegría especial. Y tan grande fue la alegría que al ver el agua, dice, "¡Bautízame ahora! ¡Quiero seguir a Jesús!"
Esto es algo que debería hacernos reflexionar: Pensemos: no era un hombre de la calle, un hombre común. Era un ministro de economía, ¡eh! Podemos pensar que estaba un poco apegado al dinero. También podemos pensar que era un 'arribista', porque había renunciado a la paternidad por su carrera, ¿no? Pero todo esto se viene abajo ante la invitación del Padre a encontrar a Jesús. Esta es la fe. Y después Jesús nos dice cómo es su camino, nos enseña las actitudes de los que le siguen: en las bienaventuranzas, después en nuestra actitud. "Para seguirme, estas son las cosas que hacer: las Bienaventuranzas». A lo que se añaden las actitudes descritas en el capítulo 25 de Mateo, sobre el juicio final: "Tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me ofrecieron agua, estuve enfermo y me visitaste" (Mateo 25, 31-46). Son las actitudes de los discípulos de Jesús. Quien tiene fe, tiene la vida eterna, tiene la vida. Pero la fe es un don, es el Padre quien la da. Nosotros debemos seguir por este camino.
Nos puede pasar también a nosotros el ir por ese camino, mientras estamos absortos en nuestros pensamientos. Además, todos somos pecadores y siempre tenemos algunas cosas que no van, aunque el Señor nos perdona si pedimos perdón siempre: ¡y hacia adelante, sin desanimarnos!
Es posible, por lo tanto, que sobre dicho camino nos suceda lo mismo que pasó con el tesorero etíope. Una vez vuelto a salir del agua después del bautismo el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y él no le vio más. Y lleno de alegría siguió su camino.
Era la alegría de la fe, la alegría de haber encontrado a Jesús, la alegría que solo nos la da Jesús, la alegría que da paz: no la que da el mundo, la que da Jesús. Esta es nuestra fe, aquella que nos hace fuerte, nos hace alegres, y que se alimenta siempre en la vida con pequeños encuentros diarios con Jesús.
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: "Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto." Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: "Acércate y pégate a la carroza." Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Contestó: "¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?" Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: "Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos." El eunuco le preguntó a Felipe: "Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?" Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: "Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?" Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Homilía de Francisco en Santa Marta: Dios es una persona
L'Osservatore Romano del 18 de abril de 2013
Hablar con Dios es como hablar con las personas: el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Por que este es nuestro Dios, uno y trino, no un dios indefinido y difuso, como un espray esparcido un poco por todas partes.
Es el Señor quien nos habla de la fe. Él nos dice “creed en él”. Pero primero nos dice algo más: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”. Ir a Jesús, encontrar a Jesús, conocer a Jesús es un don del Padre. Es un regalo. Un regalo que recibimos en el bautismo, pero que luego debe desarrollarse en la vida, crecer en nuestro corazón, extenderse en las obras que hacemos.
Podemos preguntarnos: "¿Tenemos fe?". "Sí, sí, yo creo en Dios." "¿Pero en cuál Dios tú crees?". "¡Bueno, en Dios!" ¿Cuántas veces escuchamos esto "en Dios"? Un dios difuso, un dios-espray, que está un poco en todas partes, pero no se sabe lo que es. Creemos en Dios que es Padre, que es Hijo, que es Espíritu Santo. Creemos en las personas, y cuando hablamos con Dios hablamos con personas: o hablo con el Padre, o hablo con el Hijo, o hablo con el Espíritu Santo. Y esta es la fe.
Refiriéndose a la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (8, 26-40), el papa se centró en la figura del eunuco etíope, tesorero de la reina Candace, quien tenía una fe poco madura y sólida, "una fe que se iniciaba”. Sin embargo, "tenía buena voluntad. Había venido a Jerusalén para orar, para adorar a Dios, y leía al profeta Isaías. Tenía una cierta inquietud en el alma. Se la había metido el Padre para atraerlo a Jesús. Y este hombre, cuando Felipe se acercó a él y le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?", le responde que no. Y cuando Felipe le anuncia a Jesús, este hombre siente que esta es una buena noticia. Siente el gozo. Empieza a sentir una alegría especial. Y tan grande fue la alegría que al ver el agua, dice, "¡Bautízame ahora! ¡Quiero seguir a Jesús!"
Esto es algo que debería hacernos reflexionar: Pensemos: no era un hombre de la calle, un hombre común. Era un ministro de economía, ¡eh! Podemos pensar que estaba un poco apegado al dinero. También podemos pensar que era un 'arribista', porque había renunciado a la paternidad por su carrera, ¿no? Pero todo esto se viene abajo ante la invitación del Padre a encontrar a Jesús. Esta es la fe. Y después Jesús nos dice cómo es su camino, nos enseña las actitudes de los que le siguen: en las bienaventuranzas, después en nuestra actitud. "Para seguirme, estas son las cosas que hacer: las Bienaventuranzas». A lo que se añaden las actitudes descritas en el capítulo 25 de Mateo, sobre el juicio final: "Tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me ofrecieron agua, estuve enfermo y me visitaste" (Mateo 25, 31-46). Son las actitudes de los discípulos de Jesús. Quien tiene fe, tiene la vida eterna, tiene la vida. Pero la fe es un don, es el Padre quien la da. Nosotros debemos seguir por este camino.
Nos puede pasar también a nosotros el ir por ese camino, mientras estamos absortos en nuestros pensamientos. Además, todos somos pecadores y siempre tenemos algunas cosas que no van, aunque el Señor nos perdona si pedimos perdón siempre: ¡y hacia adelante, sin desanimarnos!
Es posible, por lo tanto, que sobre dicho camino nos suceda lo mismo que pasó con el tesorero etíope. Una vez vuelto a salir del agua después del bautismo el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y él no le vio más. Y lleno de alegría siguió su camino.
Era la alegría de la fe, la alegría de haber encontrado a Jesús, la alegría que solo nos la da Jesús, la alegría que da paz: no la que da el mundo, la que da Jesús. Esta es nuestra fe, aquella que nos hace fuerte, nos hace alegres, y que se alimenta siempre en la vida con pequeños encuentros diarios con Jesús.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Monición
MONICIÓN: Del latín monere: exhortar, advertir. Fuera del uso litúrgico la palabra tiene un cierto tono peyorativo: amonestar es dar un aviso a modo de reprensión. En la liturgia se llama monición a las palabras que se dirigen no a Dios (oraciones) sino a la comunidad a modo de explicaciones o invitaciones.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Mistagogía
MISTAGOGÍA: Del gr. myst: misterio, oculto: y agein: ataque, guiar, conducir. Se refiere a todo lo ayuda a conducir al misterio.
Los Padres de la Iglesia en sus explicaciones al pueblo cristiano hablaban de mistagogía. Esta palabra griega significa literalmente: conducción de los iniciados hacia el misterio. La Iglesia reconoce que lo realizado en Jesús es un misterio, es decir, una realidad divina, concreta, con una fuerza permanente que se expande hasta hoy, una realidad de la que nosotros podemos participar hoy, ahora, aquí. Por eso se nos anuncia en la liturgia. Debemos entrar en ella. La Sagrada Escritura, proclamada en la asamblea del pueblo de Dios, nos lleva hacia esas realidades. Los pastores de la Iglesia se han preocupado de explicar la Sagrada Escritura de forma que toda la asamblea santa pudiera entrar en el interior de esas realidades salvadoras y presentes. Todo esto se llama mistagogía.
Fuente: http://hermosas-palabras.blogspot.mx
Los Padres de la Iglesia en sus explicaciones al pueblo cristiano hablaban de mistagogía. Esta palabra griega significa literalmente: conducción de los iniciados hacia el misterio. La Iglesia reconoce que lo realizado en Jesús es un misterio, es decir, una realidad divina, concreta, con una fuerza permanente que se expande hasta hoy, una realidad de la que nosotros podemos participar hoy, ahora, aquí. Por eso se nos anuncia en la liturgia. Debemos entrar en ella. La Sagrada Escritura, proclamada en la asamblea del pueblo de Dios, nos lleva hacia esas realidades. Los pastores de la Iglesia se han preocupado de explicar la Sagrada Escritura de forma que toda la asamblea santa pudiera entrar en el interior de esas realidades salvadoras y presentes. Todo esto se llama mistagogía.
Fuente: http://hermosas-palabras.blogspot.mx
VOCABULARIO RELIGIOSO: Miserere
MISERERE: Primera palabra en lat. del salmo 50: el más conocido de los salmos penitenciales. Se reza cada semana como primer salmo del laudes del viernes.
Es el más conocido de los salmos penitenciales (los demás son el 6, 32, 38, 102, 130 y 143) y tiene la forma de una súplica de perdón hecha por alguien que muestra claridad en el conocimiento de su culpa (cf. Sal 51, 5) y está afligido por ello (cf. Sal 51, 14).
El título del texto indica que su autor sería David, quien habría escrito este Salmo tras caer en la cuenta de su pecado con la mujer de Urías y la reconvención del profeta Natán (cf. 2Sm 11-12). Sin embargo, no se ha podido concluir con certeza acerca de su autoría.
SALMO 50 MISERERE
Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa compasión borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la algría,
exulten los huesos que machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios salvador mío,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos,
sobre tu altar se ofrecerán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Es el más conocido de los salmos penitenciales (los demás son el 6, 32, 38, 102, 130 y 143) y tiene la forma de una súplica de perdón hecha por alguien que muestra claridad en el conocimiento de su culpa (cf. Sal 51, 5) y está afligido por ello (cf. Sal 51, 14).
El título del texto indica que su autor sería David, quien habría escrito este Salmo tras caer en la cuenta de su pecado con la mujer de Urías y la reconvención del profeta Natán (cf. 2Sm 11-12). Sin embargo, no se ha podido concluir con certeza acerca de su autoría.
SALMO 50 MISERERE
Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa compasión borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la algría,
exulten los huesos que machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios salvador mío,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos,
sobre tu altar se ofrecerán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Misal
MISAL: Libro oficial según el cual la Iglesia celebra su eucaristía.
El Misal Romano, también llamado Libro del Altar, Oracional o Libro del Celebrante, es el libro oficial de la Iglesia Católica cuando celebra la Eucaristía.
Tiene tres partes: una sección introductoria con los documentos de promulgación del libro y las normas, el misal propiamente dicho donde están los formularios y oraciones litúrgicas y un apéndice, al que siguen los índices.
— Sección documental:
En este primer apartado encontramos la Ordenación General del Misal Romano, documento en el que se describen los elementos de la celebración de la misa y las normas para su desarrollo ritual. Como complemento a las normas de la misa se incluye también el Motu propio Mysterii paschalis y las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, así como el Calendario Romano General y propio de España.
— Misal: comprende ocho bloques:
Propio del Tiempo
Ordinario de la Misa
Propio de los Santos
Misas Comunes
Misas Rituales
Misas y oraciones por diversas necesidades,
Misas Votivas
Misas de Difuntos.
a) El Propio del Tiempo es la parte fundamental del misal, el ciclo que desarrolla el misterio salvador en su totalidad en torno al recuerdo de la vida y obra de Cristo. Consta de las antífonas y las llamadas oraciones presidenciales (colecta, oración sobre las ofrendas y poscomunión). Comienza con las oraciones del Adviento, para seguir con la Navidad, Cuaresma, Triduo pascual y Pascua. Acaba esta parte con las oraciones del Tiempo Ordinario y las de las solemnidades del Señor que tienen lugar en este tiempo: Santísima Trinidad, Corpus Christi, Corazón de Jesús y Cristo Rey.
b) El Ordinario de la Misa comprende las partes que son comunes a todas las Misas: saludo, acto penitencial, Gloria, Credo, Liturgia eucarística con los prefacios y las cuatro plegarias eucarísticas más empleadas, el rito de comunión y los ritos de conclusión. Esta parte se encuentra situada hacia la mitad del misal, entre el Propio del Tiempo y el Propio de los Santos. Las plegarias eucarísticas –las cuatro más usadas– van señaladas con una pestaña verde en su comienzo. El resto de las plegarias eucarísticas, como la V en sus cuatro versiones, las de la reconciliación y las de niños, van al final, en el apéndice señaladas también con pestañas. Termina este apartado con un formulario para las bendiciones solemnes y oraciones sobre el pueblo.
c) El Propio de los Santos ocupa un bloque compacto, distribuyendo los formularios por meses, de enero hasta diciembre. Consta cada santo como mínimo de la oración colecta, aunque algunos santos tienen un formulario completo (ofrendas, post-comunión y en algunos casos prefacio), y otros con formulario para la vigilia además del propio del día: san Juan Bautista, san Pedro y san Pablo y la Asunción de María. En este apartado están también las fiestas fijas del Señor (dos de febrero la Presentación, veinticinco de marzo la Anunciación, seis de agosto la Transfiguración, 14 de septiembre la Exaltación y nueve de noviembre la Dedicación de la basílica de Letrán) y todas las solemnidades, fiestas y memorias de la Santísima Virgen (excepto la del 1 de enero).
Fuente: http://la-liturgia.blogspot.com
VOCABULARIO RELIGIOSO: Misa
MISA: Del latín mittere: enviar, despedir.
El término tiene su origen en la despedida que después de la liturgia de la palabra se hacía a los catecúmenos y, al final, al resto de los fieles (ite, missa est). A partir del siglo VI se llama misa a toda la celebración.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Memorial
MEMORIAL: En hebreo zikkaron; en griego anamnesis. Define lo que es la eucaristia para los cristianos: no se trata de un mero recuerdo subjetivo o un aniversario; es un recuerdo que actualiza lo que recuerda.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Memoria
MEMORIA: En la jerarquía de las fiestas en el calendario cristiano tercera categoría después de la solemnidades y las fiestas. Pueden ser obligatorias si se han considerado importantes para toda la Iglesia o bien libre si se trata de santos o celebraciones que tienen interés local, o de una determinada familia religiosa. En sábado, memoria libre de santa María virgen.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Memento
MEMENTO: "Acuérdate". Primera palabra latina de la oración por los vivos y los difuntos que se eleva a Dios dentro de la palabra eucarística. "Acuérdate Señor de tu Iglesia, de nuesros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección".
VOCABULARIO RELIGIOSO: Maranatha
MARANATHA: Aclamación en lengua aramea que significa "el Señor viene", o bien, “Señor nuestro ven". Confesión de fe en la venida del Señor Jesús que en un primer momento se creía inminente.
Esta expresión solamente aparece en 1ª Corintios 16:22 y parece ser que era usada como un saludo recordatorio con relación a la segunda venida del Señor: Filipenses 4:5: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.” Santiago 5:8: “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.”
Esta expresión solamente aparece en 1ª Corintios 16:22 y parece ser que era usada como un saludo recordatorio con relación a la segunda venida del Señor: Filipenses 4:5: “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.” Santiago 5:8: “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.”
VOCABULARIO RELIGIOSO: Maitines
MAITINES: Oficio nocturno que los monjes celebraban antes de la aurora.
La palabra "maitines", en latín Matutinum o Matutinae, viene de Matuta, que es el nombre latino para la diosa griega Leucothae, diosa blanca o también diosa de la mañana (Aurora): Leucothee graius, Matuta vocabere nostris, Ovid, V, 545.
La palabra usada en el Breviario Romano es Matutinum. El significado primitivo de la palabra era Aurora, amanecer. Primero se aplicó al Oficio de laudes, el cual se decía al amanecer y su sinónimo litúrgico era la palabra Gallicinium (canto del gallo), la cual también designaba a este oficio.
Como regla, las vigilias y los maitines se combinaban. Los maitines servían a modo de cierre de las vigilias. De este modo, el nombre maitines se extendió al oficio de vigilias, y el de la mañana se continuó llamando laudes. En el tiempo que se realizó este cambio de nombre, la costumbre de decir las vigilias de noche se observaba sólo en los monasterios, mientras que en los demás lugares se decían en la mañana, así que no pareció un mal uso el dar a un oficio nocturno un nombre que, estrictamente hablando, se aplicaba sólo al oficio del amanecer.
La palabra "maitines", en latín Matutinum o Matutinae, viene de Matuta, que es el nombre latino para la diosa griega Leucothae, diosa blanca o también diosa de la mañana (Aurora): Leucothee graius, Matuta vocabere nostris, Ovid, V, 545.
La palabra usada en el Breviario Romano es Matutinum. El significado primitivo de la palabra era Aurora, amanecer. Primero se aplicó al Oficio de laudes, el cual se decía al amanecer y su sinónimo litúrgico era la palabra Gallicinium (canto del gallo), la cual también designaba a este oficio.
Como regla, las vigilias y los maitines se combinaban. Los maitines servían a modo de cierre de las vigilias. De este modo, el nombre maitines se extendió al oficio de vigilias, y el de la mañana se continuó llamando laudes. En el tiempo que se realizó este cambio de nombre, la costumbre de decir las vigilias de noche se observaba sólo en los monasterios, mientras que en los demás lugares se decían en la mañana, así que no pareció un mal uso el dar a un oficio nocturno un nombre que, estrictamente hablando, se aplicaba sólo al oficio del amanecer.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Magnificat
MAGNIFICAT: Primera palabra latina del cántico de María en casa de Isabel (Lc 1,46-55). Expresa la alabanza a Dios por su obra salvadora, porque salva a los humildes, derriba del trono a los poderosos y a los hambrientos los colma de bienes.
El nombre de la oración está tomado de la primera frase en latín: Magnificat anima mea Dominum.
Magníficat ánima mea Dóminum.
Et exsultávit spíritus meus in Deo salutári meo.
Quia respéxit humilitátem ancíllæ suæ:
ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generatiónes.
Quia fecit mihi magna qui potens est: et sanctum nomen ejus.
Et misericórdia ejus a progénie in progénies timéntibus eum.
Fecit poténtiam in bráchio suo: dispérsit supérbos mente cordis sui.
Depósuit poténtes de sede, et exaltávit húmiles.
Esuriéntes implévit bonis: et dívites dimísit inánes.
Suscépit Ísraël púerum suum, recordátus misericórdiæ suæ.
Sicut locútus est ad patres nostros, Ábraham
et sémini ejus in saécula.
Glorifica mi alma al Señor.
Se regocija mi espíritu en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la pequeñez de su esclava:
por tanto, me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
Porque ha hecho en mí cosas grandes el Todopoderoso, su Nombre es santo.
Su misericordia se extiende de generación en generación a los que le temen.
Hizo prodigios con su brazo, desbarató los proyectos de los soberbios.
Destronó a los poderosos, y exaltó a los humildes.
A los hambrientos llenó de bienes, y dejó vacíos a los ricos.
Recibió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia.
Según lo que había prometido a nuestros Padres, Abrahán
y su descendencia para siempre.
El nombre de la oración está tomado de la primera frase en latín: Magnificat anima mea Dominum.
Magníficat ánima mea Dóminum.
Et exsultávit spíritus meus in Deo salutári meo.
Quia respéxit humilitátem ancíllæ suæ:
ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generatiónes.
Quia fecit mihi magna qui potens est: et sanctum nomen ejus.
Et misericórdia ejus a progénie in progénies timéntibus eum.
Fecit poténtiam in bráchio suo: dispérsit supérbos mente cordis sui.
Depósuit poténtes de sede, et exaltávit húmiles.
Esuriéntes implévit bonis: et dívites dimísit inánes.
Suscépit Ísraël púerum suum, recordátus misericórdiæ suæ.
Sicut locútus est ad patres nostros, Ábraham
et sémini ejus in saécula.
Glorifica mi alma al Señor.
Se regocija mi espíritu en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la pequeñez de su esclava:
por tanto, me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
Porque ha hecho en mí cosas grandes el Todopoderoso, su Nombre es santo.
Su misericordia se extiende de generación en generación a los que le temen.
Hizo prodigios con su brazo, desbarató los proyectos de los soberbios.
Destronó a los poderosos, y exaltó a los humildes.
A los hambrientos llenó de bienes, y dejó vacíos a los ricos.
Recibió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia.
Según lo que había prometido a nuestros Padres, Abrahán
y su descendencia para siempre.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Lustración
LUSTRACIÓN: Del lat. lustrare: purificar; luere: desligar, expiar. Expresa la ablución bautismal; sobre todo cuando la ablución tiene un tono de purificación cúltica casi a modo de exorcismo, asperjando un lugar o un objeto del que se quiere desterrar todo mal.
VOCABULARIO RELIGIOSO: Lucernario
LUCERNARIO: Del lat. lucerna: lámpara. En la liturgia romana, la vigilia pascual se inicia con el rito del lucernario en torno al fuego nuevo del que se enciende el cirio pascual. El lucernario termina con el pregón pascual.
Rito de varias culturas y religiones, en especial de los judíos: al inicio del sábado y en las fiestas grandes. Consiste en encender ritualmente las luces al caer de la tarde
Rito de varias culturas y religiones, en especial de los judíos: al inicio del sábado y en las fiestas grandes. Consiste en encender ritualmente las luces al caer de la tarde
VOCABULARIO RELIGIOSO: Letanía
Letanía u oración litánica. Del gr. litaneia: súplica comunitaria; de lite: súplica, y el verbo litaneuei: orar insistentemente. Forma de rezar en que la comunidad responde con una invocación previa y repetida tras las preces del que dirige la oración.
VOCABULARIO RELIGIOSO: ¿Qué es el "Leccionario"?
El Leccionario es el libro usado para proclamar las lecturas bíblicas en la Misa. Son varios volúmenes, clasificados en ciclos de lecturas, lecturas dominicales, de entre semana o fiestas especiales: santos universales, santos locales, misas de difuntos, etc.
El concilio Vaticano II declaró: "Organícese una lectura de la Escritura más rica y adaptada" (SC 35,1), y "a fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fieles, ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que en un período determinado de años se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura" (SC 51).
En 1964, el grupo de expertos que se encargó del Leccionarío de la Misa llevó a cabo un trabajo de estudio de todos los sistemas de lecturas de las diversas liturgias y de consultas, como la que se hizo en 1967 a todas las conferencias episcopales y a unos 800 peritos en biblia, liturgia, catequesis y pastoral de todo el mundo.
El nuevo orden de lecturas debía motrar la predicación apostólica sobre Jesucristo fundada en su vida, predicación y el misterio pascual.
Se tomaron decisiones como:
1. Introducir tres lecturas: profética, apostólica y evangelio, en los domingos y fiestas.
2. Confeccionar un sistema de lecturas que dio origen al ciclo de tres años.
3. Conservar el uso de algunos libros de la Sagrada Escritura asignados a determinados tiempos litúrgicos.
La edición española comenzó a publicarse en 1969, ciclo B del Leccionario dominical, apareciendo en el mismo volumen el Leccionario ferial de adviento, cuaresma y pascua. En la actualidad, ha quedado como sigue:
I. Dominical y festivo (ciclo A).
II. Dominical y festivo (ciclo B).
III. Dominical y festivo (ciclo C).
IV. Tiempo ordinario "per annum"
V. Propio y común de santos (y difuntos).
VI. Misas diversas y votivas.
VII. Tiempo ferial (adviento, cuaresma y pascua).
VIII. Leccionario de las misas rituales.
Las lecturas para los domingos y fiestas del Señor se caracteriza por:
– La misa comprende tres lecturas: la primera, del Antiguo Testamento, excepto en Pascua, que es de Hechos de los Apóstoles; la segunda, del apóstol, o sea, de las cartas y del Apocalipsis, y la tercera, del evangelio.
– Ciclo de tres años: A, B y C. Cada año tiene asignado un evangelio sinóptico, habiéndose reservado el Evangelio según san Juan para parte de la Cuaresma y Pascua – en los tres años– y para completar a san Marcos en el año B.
La ordenación de las lecturas sigue los principios llamados de la composición armónica -o lectura temática- y de la lectura semicontinua. El primer principio se emplea siempre entre la lectura del Antiguo Testamento y el Evangelio, entre la segunda lectura y las otras dos en los tiempos de Adviento, Cuaresma y Pascua y en las solemnidades y fiestas. El segundo principio, independiente del primero, se emplea cuando se usa un determinado libro bíblico dentro de una parte o de todo un tiempo litúrgico.
— El Leccionario ferial
• La novedad del Leccionario de la misa consiste en haber dado lecturas a las ferias de todas las semanas del año. Cada misa tiene dos lecturas, tomadas la primera del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento –en el tiempo pascual, de los Hechos– y la segunda del evangelio.
• En Adviento, Cuaresma y Pascua, las lecturas son siempre las mismas todos los años, habiendo sido elegidas de acuerdo con las características propias del tiempo litúrgico.
• En el tiempo ordinario, en las ferias de las treinta y cuatro semanas, el Evangelio se distribuye en un solo ciclo, que se repite cada año. En cambio, la primera lectura se reparte en dos ciclos, que se leen en años alternos: el ciclo I en años impares, y el ciclo II en los pares.
• El principio de la composición armónica se usa en Adviento, Cuaresma, Pascua; no así en el tiempo ordinario, en el cual prevalece el principio de la lectura semicontinua.
— El Leccionario de los santos
• Hay que distinguir en él una doble serie de lecturas: la que se encuentra en el propio de los santos, siguiendo las solemnidades, fiestas y memorias contenidas en el calendario; y la de los llamados comunes de los santos. En el primer caso se trata de textos propios o más adecuados para la celebración de cada santo, y en el segundo de repertorios de lecturas distribuidas de acuerdo con las diferentes categorías de santos (mártires, pastores, vírgenes, etc.).
• Los textos de la segunda serie están agrupados por lecturas del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y del Evangelio, para que el celebrante elija a voluntad teniendo en cuenta las necesidades de la asamblea.
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