Parece que los santos apóstoles Simón y Judas, que celebramos hoy se fueron a evangelizar a Persia.
De Simón lo único que sabemos con certeza es que está en la lista de apóstoles en el evangelio, que le decían el celotes y que murió mártir.
De Judas Tadeo, mártir también, sabemos algo más. Preguntó a Jesús por qué no se había manifestado al mundo con claridad y además escribió una carta a quienes permanecen en el amor de Dios.
Por si fuera poco es un santo al que se le tiene un gran cariño y mucha devoción en muchísimos lugares del mundo; en muchos casos rayando con la superstición. A San Judas se le piden todos los imposibles habidos y por haber. Y ¡claro! No puede hacer nada. En ese caso va de cabeza a la papelera. Castigado para que aprenda.
Es bueno recordar que los santos y Dios nos apoyan y acompañan y nos dan fuerza para afrontar las dificultades, pero no son una medicina de la que echo mano cuando la necesito y menos aún, nuestros esclavos, siempre a la orden. Tampoco se dejan comprar con una promesa.
Jesús nos dice "el que quiera ser mi amigo que cargue con su cruz y que me siga" en ningún lugar dice que "eche para acá su cruz, que ya la llevo yo". Y nos invita a hacer la voluntad de Dios y no a que pidamos a Dios que haga nuestra voluntad.
Felicidades a los Simón que hay bastantes, y a los Judas que son tan poquitos que se pueden contar con los dedos de una oreja.
De Simón lo único que sabemos con certeza es que está en la lista de apóstoles en el evangelio, que le decían el celotes y que murió mártir.
De Judas Tadeo, mártir también, sabemos algo más. Preguntó a Jesús por qué no se había manifestado al mundo con claridad y además escribió una carta a quienes permanecen en el amor de Dios.
Por si fuera poco es un santo al que se le tiene un gran cariño y mucha devoción en muchísimos lugares del mundo; en muchos casos rayando con la superstición. A San Judas se le piden todos los imposibles habidos y por haber. Y ¡claro! No puede hacer nada. En ese caso va de cabeza a la papelera. Castigado para que aprenda.
Es bueno recordar que los santos y Dios nos apoyan y acompañan y nos dan fuerza para afrontar las dificultades, pero no son una medicina de la que echo mano cuando la necesito y menos aún, nuestros esclavos, siempre a la orden. Tampoco se dejan comprar con una promesa.
Jesús nos dice "el que quiera ser mi amigo que cargue con su cruz y que me siga" en ningún lugar dice que "eche para acá su cruz, que ya la llevo yo". Y nos invita a hacer la voluntad de Dios y no a que pidamos a Dios que haga nuestra voluntad.
Felicidades a los Simón que hay bastantes, y a los Judas que son tan poquitos que se pueden contar con los dedos de una oreja.
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