Stabat Mater ("De pie la Madre", en latín) es una secuencia (himno o tropo del Aleluya gregoriano) del siglo XIII atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa ("De pie la Madre sufriendo"). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.
No se debe confundir con el himno Stabat Mater Speciosa, atribuido al mismo autor, que narra el gozo de María por el nacimiento de su hijo.
Música
Es una de las composiciones literarias a la que más se le ha puesto música; cerca de 200 compositores diferentes, de distintas épocas, géneros, estilos y visión musical.
Las versiones más interpretadas son las de Giovanni Battista Pergolesi y Gioachino Rossini, pero también las hay de Giovanni Pierluigi da Palestrina, Josquin Desprez, Luigi Boccherini, Joseph Haydn, Alessandro Scarlatti, Domenico Scarlatti, Antonio Vivaldi, Giacomo Meyerbeer, Franz Liszt, George Henschel, Antonín Dvořák, Giuseppe Verdi, Karol Szymanowski, Francis Poulenc, Isidre Jover, Josef Rheinberger, Krzysztof Penderecki, Salvador Brotons, Arvo Pärt, Pilar Jurado y Karl Jenkins.
Artes plásticas
En las artes plásticas, Stabat Mater es un tema del arte cristiano que representa a la Virgen, de pie, a la derecha de Cristo crucificado, mientras que el apóstol Juan, también de pie, se representa a la izquierda de Cristo; reproduciendo la escena evangélica durante la que Cristo pronunció la tercera de las "siete palabras": Mujer, aquí tienes a tu hijo ... Aquí tienes a tu madre (Juan, 19: 26-27).
Es habitual que se disponga la escena como parte superior de retablos y coros altos; y conforma muchas de las Crux triumphalis y de las estaciones número doce de los viacrucis. Las representaciones más generales de la escena (con inclusión de los dos ladrones, la lanzada de Longinos, el Pasmo o Espasmo de la Virgen o incluso otras escenas de la Pasión) suelen recibir la denominación de "Calvario".
Las convenciones compositivas del tema se mantienen esencialmente a lo largo de la pintura medieval y renacentista, aunque se introduzcan variaciones iconográficas (Cristo está agonizante o muerto, las figuras están serenas o expresan dolor, se incluyen otras figuras, que pueden incluso ser anacrónicas -santos posteriores, donantes-).
A partir de la pintura barroca se prefieren composiciones menos rígidas para la representación de la Crucifixión; e incluso cuando las figuras principales bajo la cruz sigan siendo san Juan y la Virgen, suelen disponerse de forma distinta; por ejemplo, juntos al mismo lado, rompiendo la simetría propia del modelo Stabat Mater (así lo hacen Simon Vouet o Rubens), siguiendo los precedentes de obras anteriores en las que el tema no es propiamente la escena en la que Cristo se dirige a su discípulo y a su madre, sino otros momentos, como la lanzada, o el desmayo de la Virgen.
SOBRE EL MISMO TEMA:
15 de septiembre: Ntra. Sra. de los Dolores
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