Mateo 21,33-43
cf. Mc 12,1-12; Lc 20,9-19
33 Escuchen
otra parábola: Un hacendado plantó una viña, la rodeó con una tapia, cavó un
lagar y
construyó
una torre; después la arrendó a unos viñadores y se fue.
34 Cuando
llegó el tiempo de la cosecha, mandó a sus sirvientes para recoger de los
viñadores el fruto
que le correspondía.
35 Pero los
viñadores agarraron a los sirvientes y a uno lo golpearon, a otro lo mataron,
y
al tercero lo
apedrearon.
36 Envió otros
sirvientes, más numerosos que los primeros, y los trataron de igual modo.
37 Finalmente
les envió a su hijo, pensando que respetarían a su hijo.
38 Pero los viñadores,
al ver al hijo, comentaron:
Es el heredero. Lo matamos y nos quedamos con la herencia.
39 Agarrándolo,
lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Cuando
vuelva el dueño de la viña, ¿cómo tratará a aquellos viñadores?
41 Le
respondieron: —Acabará con aquellos malvados y arrendará la viña a otros
viñadores
que le entreguen su fruto a su debido tiempo.
42 Jesús les
dijo: —¿No han leído nunca en la Escritura:
La piedra que desecharon los
arquitectos es ahora la piedra angular;
es el Señor quien lo ha hecho y nos
parece un milagro?
43 Por eso les
digo que a ustedes les quitarán el reino de Dios
y se lo darán a un pueblo que produzca sus
frutos.
44 [El que
tropiece con esa piedra se hará trizas; al que le caiga encima lo aplastará.]
45 Cuando los
sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, comprendieron que se refería a
ellos. 46 Intentaron arrestarlo,
pero tuvieron miedo de la multitud, que lo tenía por profeta.
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