Romanos 6,1-11
Rm 6,3-11
Vigilia Pascual
Domingo 13 del Tiempo Ordinario, ciclo A
6:1 ¿Qué diremos entonces? ¿Que debemos seguir pecando para que abunde la gracia?
6:2 ¡Ni pensarlo! ¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él?
6:3 ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte?
6:4 Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
6:5 Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección.
6:6 Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.
6:7 Porque el que está muerto, no debe nada al pecado.
6:8 Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.
6:9 Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él.
6:10 Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios.
6:11 Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Rm 6,3-11
Vigilia Pascual
Domingo 13 del Tiempo Ordinario, ciclo A
6:1 ¿Qué diremos entonces? ¿Que debemos seguir pecando para que abunde la gracia?
6:2 ¡Ni pensarlo! ¿Cómo es posible que los que hemos muerto al pecado sigamos viviendo en él?
6:3 ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte?
6:4 Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
6:5 Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección.
6:6 Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado.
6:7 Porque el que está muerto, no debe nada al pecado.
6:8 Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.
6:9 Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él.
6:10 Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios.
6:11 Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
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