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martes, 19 de abril de 2016

Juan 10,22-30: Jesús, Hijo de Dios

Juan 10,22-30
Domingo de la 4 Semana de Pascua, ciclo C (10,27-30)
Martes de la 4 Semana de Pascua

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: "¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente." Jesús les respondió: "Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."

SOBRE EL MISMO TEMA:
Yo y el Padre somos uno
Juan 10,22-30 y Mt 23,8
Yo las conozco y no perecerán para siempre 
Da la vida por sus ovejas
Sin pretensión de dominio

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