No estamos tan bien informados sobre los rituales y la práctica del gnosticismo como de sus aspectos doctrinales y teóricos. Sin embargo, el relato de san Ireneo sobre los Marcosianos o el de san Hipólito sobre los Elcesaitas, las partes litúrgicas de los Hechos de Tomás y algunos pasajes de las Pseudo-clementinas y, sobre todo, la literatura copto-gnóstica y mandeana, nos ofecen información sobre las prácticas litúrgicas de los gnósticos.
La confirmación
Los marcosianos llegan a rechazar el bautismo cristiano, sustiyéndolo con la unción, en la que se mezclaba óleo y agua para derramarlo sobre la cabeza del candidato.
La confirmación se llevaba a cabo en las sectas gnósticas principalmente para proteger a los candidatos contra ataques de los archones y los guiaba con el dulce olor que está sobre todas las cosas (materiales). El bálsamo con el que se realizaba la unción (asumían los gnósticos que) había fluido del árbol de la vida místicamente conectado con la cruz. El crisma es en los Hechos de Tomás es “el misterio oculto que se nos desvela en la cruz”.
Los gnósticos usaron el óleo sacramentalmente, al parecer, para la cura de los enfermos y hasta los muertos eran ungidos con él.
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