Páginas

miércoles, 26 de octubre de 2022

El látigo de Jesús y la justificación de la violencia

Texto que sirve como “prueba”
para que algunos justifiquen la violencia:

“Encontró en el recinto del templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. Se hizo un látigo de cuerdas y expulsó a todos del templo, ovejas y bueyes; esparció las monedas de los cambistas y volcó las mesas; a los que vendían palomas les dijo: —Quitad eso de aquí y no convirtáis la casa de mi Padre en un mercado” (Evangelio para el tercer domingo de Cuaresma, Juan 2,13-25)

Algunos afirman que este texto prueba que Jesús no estaba en contra del uso de la violencia porque él estaba dispuesto a atacar a la gente con un látigo.

El uso de ese texto para justificar la violencia también de parte de algunos cristianos tiene una larga historia. En los otros evangelios este pasaje (Mateo 21:12; Marcos 11:15; Lucas 19:45) no incluye el látigo, por tanto, quienes justifican la violencia prefieren la versión de Juan como su texto “de prueba”. 

En Marcos, como en Juan, la palabra “expulsar” es la misma que se usa cuando Jesús “expulsa demonios” de la gente. Es una palabra —podríamos decir— “fuerte”, pero su poder coercitivo proviene de la autoridad de la voz de Jesús, una voz que transmite el Espíritu de Dios, y no violencia o fuerza física.

Entonces, ¿qué es lo que realmente sucede en ese pasaje? 

Jesús, improvisando un látigo con unas cuerdas que encontró por ahí, expulsó a las ovejas y los bueyes (seguidos por sus dueños). Luego volcó las mesas de los cambistas. Por último, le dice a los que venden palomas que se retiren. En ningún momento se afirma que azota los vendedores o golpea a las palomas en sus jaulas. Usa una cuerda para expulsar a las ovejas y los bueyes, como cualquier pastor haría.

¿Jesús se enoja con lo que está pasando en el templo de Jerusalén? Sí. 

¿Realiza una acción profética que evoca lo ocurrido en el templo con Jeremías 7:1-15? Sí. 

¿Pierde el control y llega a enojarse tanto que golpea a los comerciantes con un látigo? No, nunca golpea a los vendedores.

Nada en ese texto puede servir para justificar la violencia contra otras personas y, mucho menos, para una guerra justa. Si buscamos un ejemplo de las enseñanzas de la Iglesia frente al pecado y el extravío de los hombres recordemos entonces 1Corintios 1:22-25: “Anunciamos un Mesías crucificado… [pues] la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres”.

Sin embargo, ya que algunos cristianos justifican el uso de la violencia puede ser útil ofrecer una explicación más detallada sobre la acción de Jesús en el relato de la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén.

Hasta san Agustín, nadie interpretaba Juan 2,15 para justificar la violencia o dar a entender que Jesús había golpeado a los mercaderes del templo de Jerusalén. En los primeros trescientos años de la vida de la Iglesia, Orígenes de Alejandría fue el único que comentó este pasaje, y le dio una lectura espiritual, en lugar de literal.

Y Cosmas Indicopleustes en 550 d.C. argumentó: “Lo que se alega es falso, pues de ninguna manera golpea algún ser humano, más bien adoptó un comportamiento apropiado, y lo que hizo fue retirar los animales, como está escrito: “Y después de haber hecho un látigo con cuerdas expulsó a todos del Templo, las ovejas y el ganado”. A las personas las castigó con el habla, como está escrito: “Y a los que vendían palomas les dijo: Llévense esto de aquí, y no hagan de la casa de mi Padre un mercado”.

Por tanto, ¿procede una interpretación que justique el uso de la violencia a partir del episodio que nos narra el Evangelio de Juan? Un examen de la gramática del pasaje muestra que no. Para quienes tengan interés en el texto griego original, Juan 2,15 dice:

Καὶ ποιήσας φραγέλλιον ἐκ σχοινίων πάντας ἐξέβαλεν ἐκ το  ἱερο  τά τε πρόβατα καὶ τοὺς βόας, καὶ τ ν κολλυβιστ ν ἐξέχεεν τὸ κέρμα καὶ τὰς τραπέζας ανέτρεψεν.

La traducción literal sería:

Versículo 15: “Y haciendo un látigo con las cuerdas expulsó a todos ellos del templo, tanto ovejas como bueyes, y desparramó las monedas de los cambistas, y volcó las mesas”.

Versículo 16: Jesús dice a los que venden palomas que se retiren también.

La pregunta es: ¿A qué se refiere con el “pantas” = “a todos”? ¿Está Jesús azotando a las personas y animales, o sólo a los animales? 

La respuesta es: a las ovejas y los bueyes. La primera razón para afirmar esto es que Jesús no expulsa "a todos", por ejemplo, a las palomas y a sus propietarios los expulsa en el versículo siguiente, el v.16. Por tanto, el “a todos” necesita ser explicado.

El uso de la estructura “te… kai” es importante. “Te… kai”, figura 90 veces en el Nuevo Testamento y siempre significa “tanto… como”. En este caso, “tanto ovejas como bueyes” está en aposición a “todos”, colocado aquí por Juan para aclarar a quién se refiere con “todos ellos”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario