Páginas

domingo, 18 de septiembre de 2022

Giordano Bruno (1548-1600): Católico, calvinista, luterano


 
Ginebra (1578)

En 1578 llegó a Ginebra donde firmó en los registros de la Academia como "profesor de la Sagrada Teología". En Ginebra, si bien se familiarizó con las ideas protestantes, no tardó en mostrar frente al calvinismo la misma actitud crítica y rebelde que le había enfrentado a la Iglesia católica. Para su suerte ya había muerto Juan Calvino, porque, de haber estado vivo, probablemente habría tenido en Ginebra el mismo final que Miguel Servet en 1553. Bruno fue arrestado, excomulgado por el Concilio Calvinista y hubo de retractarse, pero se le permitió dejar la ciudad.

París (1581)

Sus siguientes destinos fueron Toulouse, Lyon, y París en 1581. En Lyon completó su Clavis Magna o Gran Llave del arte de recordar. En París, donde persistía la rivalidad entre simpatizantes hugonotes, favorecidos por el protestante Enrique de Borbón (futuro Enrique IV de Francia), y católicos acaudillados por la familia Guisa, que contaba con el apoyo de Felipe II de España.

Bruno seguía hablando y escribiendo con libertad acerca de los temas religiosos más controvertidos en una atmósfera de tolerancia que el grupo de "Les Politiques" (de Enrique III y que simpatizaba con la causa del futuro Enrique IV) había impuesto temporalmente. Y esto a pesar de la revocación que Enrique III, empujado por los Guisa, había hecho de las prerrogativas hugonotes del año anterior.

Bruno pudo permanecer en París, donde enseñó y publicó varios trabajos sobre el tema de la memoria. En 1582 publicó Il candelaio o El Portador de la Antorcha, una sátira que ataca las costumbres y corrupción del Nápoles de su tiempo, y en la cual exhibe en un grado superlativo el genio humanista, confundiendo a veces la obscenidad con el humor.

Inglaterra (1583)

Aprovechando el favor del rey francés, Bruno viajó en 1583 a Inglaterra con el embajador Marqués de Mauvissiére. No sabemos a qué se debe su decisión de emigrar a la isla pero posiblemente estuvo conectada con su espíritu inquieto, así como con su afán de buscar nuevos ambientes intelectuales y culturales. Además, como protegido del embajador de Francia tenía asegurado el acceso a los círculos más selectos.

En el Londres de Shakespeare y Francis Bacon se admiraba mucho la cultura italiana y Bruno se aprovechó de ello. El auge intelectual que se respiraba invitaba a publicar y así lo hizo a partir de 1584. Muchos de sus más conocidos e importantes escritos, como los tres Diálogos sobre cosmología y otros tantos sobre ética, todos muy controversiales, aparecieron entonces. 

En los Diálogos sobre cosmología, sobre todo en De L'infinito Universo e mondi, Bruno insiste en las teorías de Copérnico y desafía una idea aceptada desde los tiempos de Aristóteles, afirmando que el universo es infinito y se compone de numerosos mundos, parecidos a los del sistema solar. También afirma que, en materia de física, la aceptada diferencia aristotélica entre "forma" y "materia" no era real. Pero Bruno no se detiene ahí. Tal como haría Galileo poco después, cuestiona todo o casi toda la astronomía que se basa y cita el Antiguo Testamento. Bruno también ridiculizó a muchos personajes de la época escribiendo irónicas críticas sobre la sociedad inglesa y, en particular, sobre la pedantería de los profesores de Oxford. 

Quizá el escrito más notable de Bruno en Londres fue Degli eroici furori (De los furores heroicos): una colección de diálogos sobre el amor sublime en contraposición al amor vulgar. Era un tema que hasta no había tocado hasta entonces y que constituye su principal manifestación ética.

Por un tiempo, gozó del favor de la reina Isabel y de la amistad de sir Philip Sydney, a quien dedica su libro contra a la Iglesia Católica, La Expulsión de la Bestia Triunfante (1584).

París (1585)

No es de extrañar que el ambiente se enrareciera para Giordano Bruno en Inglaterra y que en 1585 hubiera de volver a París con su protector, el embajador de Francia. Sin embargo, la Francia que encontró era muy diferente ahora: la tolerancia había desaparecido. Sin percatarse del cambio o sin concederle importancia, Bruno entró en polémica con el matemático Fabrizio Mordente, un protegido de los Guisa y del bando católico. Además, volvió a oponerse a Aristóteles, todavía un crimen de lesa ortodoxia en una Francia donde la escolástica seguía siendo la filosofía oficial. Hubo de dejar París.

Alemania (1587)

Giordano Bruno pensaba que un intelectual no tiene patria y Alemania fue su siguiente destino. Su facilidad para aprender idiomas lo ayudó. Vagó de universidad en universidad por la medieval Alemania anterior a la Guerra de los Treinta Años, dando clases y publicando artículos sobre los temas que le obsesionaban. Estuvo en Marburgo y en Wittenberg, donde se hizo luterano, lo que le valió una nueva causa de enemistad con sus antiguos co-religionarios calvinistas, muy presentes en la ciudad. 

Luego fue a Praga, donde otro docto heterodoxo en materia religiosa Jan Hus, había predicado y escrito, siendo quemado en la hoguera un siglo y medio antes. Finalmente, se asentó en Helmstadt pero su teoría de la posibilidad de pacífica coexistencia de diversas religiones, incluida en su obra Ciento sesenta artículos, le reportó otra excomunión en 1589, ahora por parte de la Iglesia Luterana.

Excomulgado por católicos, calvinistas y luteranos, intentó radicarse en Frankfurt del Main, pero el senado citadino rechazó su petición. Bruno tenía fama de hombre de "sabiduría universal" pero, al mismo tiempo, de conflictivo y defensor de las teorías más extrañas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario