Lunes de la 30 Semana del Tiempo Ordinario, Año II
5:1 Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos.
5:2 Vivan en el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios.
5:3 En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como conviene a los santos.
5:4 Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios.
5:5 Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro —que es un idólatra— tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.
5:6 No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira de Dios sobre los que se resisten a obedecerle.
5:7 ¡No se hagan cómplices de los que obran así!
5:1 Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos.
5:2 Vivan en el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios.
5:3 En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como conviene a los santos.
5:4 Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios.
5:5 Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro —que es un idólatra— tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.
5:6 No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira de Dios sobre los que se resisten a obedecerle.
5:7 ¡No se hagan cómplices de los que obran así!
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