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sábado, 29 de julio de 2017

Romanos 9,25-33: La infidelidad de Israel y el llamado a los paganos

Romanos 9,25-33  

9:25 Esto es lo que dice Dios por medio de Oseas: Al que no era mi pueblo, lo llamaré "Mi pueblo", y a la que no era mi amada la llamaré "Mi amada".
9:26 Y en el mismo lugar donde se les dijo: "Ustedes no son mi pueblo", allí mismo serán llamados "Hijos del Dios viviente".
9:27 A su vez, Isaías proclama acerca de Israel: Aunque los israelitas fueran tan numerosos como la arena del mar, sólo un resto se salvará,
9:28 porque el Señor cumplirá plenamente y sin tardanza su palabra sobre la tierra.
9:29 Y como había anticipado el profeta Isaías: Si el Señor del universo no nos hubiera dejado un germen, habríamos llegado a ser como Sodoma, seríamos semejantes a Gomorra.
9:30 ¿Qué conclusión sacaremos de todo esto? Que los paganos que no buscaban la justicia, alcanzaron la justicia, la que proviene de la fe;
9:31 mientras que Israel, que buscaba una ley de justicia, no llegó a cumplir esa ley.
9:32 ¿Por qué razón? Porque no recurrieron a la fe sino a las obras. De este modo chocaron contra la piedra de tropiezo,
9:33 como dice la Escritura: Yo pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca que hace caer, pero el que cree en él, no quedará confundido. 

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