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sábado, 29 de julio de 2017

Romanos 9,14-24: La libertad de la elección divina

Romanos 9,14-24  

9:14 ¿Diremos por eso que Dios es injusto? ¡De ninguna manera!
9:15 Porque él dijo a Moisés: Seré misericordioso con el que yo quiera, y me compadeceré del que quiera compadecerme.
9:16 En consecuencia, todo depende no del querer o del esfuerzo del hombre, sino de la misericordia de Dios.
9:17 Porque la Escritura dice al Faraón: Precisamente para eso te he exaltado, para que en ti se manifieste mi poder y para que mi Nombre sea celebrado en toda la tierra.
9:18 De manera que Dios tiene misericordia del que él quiere y endurece al que él quiere.
9:19 Tú me podrás objetar: Entonces, ¿qué puede reprocharnos Dios? ¿Acaso alguien puede resistir a su voluntad?
9:20 Pero tú, ¿quién eres para discutir con Dios? ¿Puede el objeto modelado decir al que lo modela: Por qué me haces así?
9:21 ¿No es el alfarero dueño de su arcilla, para hacer de un mismo material una vasija fina o una ordinaria?
9:22 ¿Qué podemos reprochar a Dios, si queriendo manifestar su ira y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a quienes atrajeron su ira y merecieron la perdición?
9:23 Y si él quiso manifestar la riqueza de su gloria en los que recibieron su misericordia, en los que él predestinó para la gloria,
9:24 en nosotros, que fuimos llamados por él, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los paganos, ¿qué podemos reprocharle?

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