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martes, 23 de mayo de 2017

Hechos 16,25-34: La conversión del carcelero

16,25-34: La conversión del carcelero

25 A media noche Pablo y Silas recitaban un himno a Dios, mientras los demás presos escuchaban. 
26 De repente sobrevino un terremoto que sacudió los cimientos de la prisión. 
     En ese instante se abrieron todas las puertas y se les soltaron las cadenas a los prisioneros. 
27 El carcelero se despertó, y al ver las puertas abiertas, empuñó la espada para matarse, 
     creyendo que se habían escapado los presos. 
28 Pero Pablo le gritó muy fuerte: —¡No te hagas daño, que estamos todos aquí! 
29 El carcelero pidió una antorcha, temblando corrió adentro y se echó a los pies de Pablo y Silas.
30 Los sacó afuera y les dijo: —Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme? 
31 Ellos le contestaron: —Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú con tu familia. 
32 Enseguida le anunciaron a él y a toda la familia el mensaje del Señor. 
33 Todavía de noche se los llevó, les lavó las heridas y se bautizó con toda su familia. 
34 Después los llevó a su casa, les ofreció una comida y festejó con toda la casa el haber creído en Dios. 

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