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viernes, 11 de noviembre de 2022

12 de noviembre: SAN JOSAFAT (1580-1623), Obispo y mártir



Juan Kuncewycz (Vladimir de Volhinia 1580 - Vítebsk, 12 de noviembre de 1623).

La nación de Lituania es ahora de mayoría católica pero hubo un tiempo en que la religión en ese país estaba bajo el control de cismáticos ortodoxos. La conversión de Lituania al catolicismo se debe en buena parte a san Josafat. El santo derramó su sangre para que sus paisanos aceptaran el catolicismo.

Familia y juventud

Josafat nació en Vladimir de Volhinia en 1580. Su nombre de bautismo fue Juan Kuncewycz. Juan se formó en Vilna (actual capital de Lituania) en un periodo caracterizado por el intenso combate entre la Iglesia ortodoxa tradicional y la Iglesia Greco-Católica Bielorrusa de rito griego, la cual, en el Concilio de Florencia (1451-1452), había entrado en comunión con la Iglesia católica romana reconociendo al Papa con una jerarquía superior sobre los otros obispos.

Unión de Brest (1595)

En Octubre de 1595, el metropolitano de los ortodoxos disidentes de Kiev y otros cinco obispos, que representaban a millones de rutenos (hoy llamados ucranios), reunidos en Brest-Litovsk (Lituania), decidieron someterse al Papa y entrar en comunión con la Iglesia católica. Se trata de la histórica Unión de Brest.

La unificación dio lugar a controversias, a veces, con episodios de violencia. Josafat por aquel tiempo era muy joven. Aquellos eventos tendrían un profundo impacto en su vida ya que el mismo daría su vida por la unidad de la Iglesia.

Juan entró a trabajar como aprendiz para un comerciante de tela de Vilna, pero empleaba su tiempo libre a aprender el eslavo eclesiástico para comprender mejor los divinos oficios y poder recitar diariamente el oficio bizantino.

En aquella época conoció a Pedro Arcudius, rector del colegio oriental de Vilna, y a los jesuitas Valentín Fabricio y Gregorio Gruzevsky, quienes le alentaron a seguir adelante en su vocación. Al principio, el patrón de Juan no veía con muy buenos ojos sus inquietudes religiosas. El joven cumplía bien con sus obligaciones y el comerciante le ofreció que se asociase con él y tomase por esposa a una de sus hijas. Juan rehusó ambas proposiciones, pues estaba decidido a hacerse monje.

Monje y sacerdote

En 1601 ingresó en el monasterio de la Santísima Trinidad de la Orden de San Basilio, en Vilna. Indujo también a seguir su ejemplo a José Benjamín Rutsky, un hombre muy culto, convertido del calvinismo. Los dos jóvenes monjes empezaron a trazar planes para promover la unión y reformar la observancia en los monasterios rutenos.

Desde entonces se llamó Josafat, nombre hebreo que significa "Dios es mi juez". Recibió el diaconado, después el sacerdocio (1609) y pronto adquirió fama por sus sermones sobre la unión con Roma.

En 1614, José Benjamín Rutsky fue elegido metropolitano de Kiev y Josafat Ie sucedió en el cargo de abad de Vilna. Cuando el nuevo metropolitano fue a tomar posesión de su catedral, Juan le acompañó y aprovechó la ocasión para visitar el famoso monasterio de las Cuevas de Kiev. La comunidad, que se componía de más de 200 monjes, vivía de una manera relajada su compromiso religioso y el reformador católico estuvo a punto de ser arrojado al río Dnieper.

Obispo ejemplar

En 1617, Josafat fue consagrado obispo de Vitebsk con derecho de sucesión a la sede de Polotsk. Pocos meses después murió el anciano arzobispo y Josafat se halló al frente de una eparquía extensa pero poco fervorosa. Muchos se inclinaban al cisma porque temían que Roma interfiriese en sus ritos y costumbres. Muchas iglesias se hallaban manos de los laicos.

La vida monástica estaba en decadencia. Josafat pidió ayuda a algunos de sus hermanos de Vilna y emprendió la tarea: reunió sínodos en las ciudades principales, publicó e impuso un texto de catecismo, redactó ordenaciones sobre la conducta del clero y combatió la interferencia de los "señores" en los asuntos de las iglesias locales. A todo ello añadió el ejemplo de su vida, su celo en la instrucción, la predicación, la administración de sacramentos y la visita a los pobres, a los enfermos, a los prisioneros y a las aldeas más remotas.

Hacia 1620, prácticamente toda la eparquía era ya católica pero, ese mismo año, los disidentes establecieron obispos paralelos contrarios a Roma. Así, un tal Melecio Smotritsky fue nombrado arzobispo de Polotsk, sede de Josafat, y se dedicó enérgicamente a destruir la obra del arzobispo católico, diciendo que Josafat se había "convertido al latinismo" y que el catolicismo no era la forma tradicional del cristianismo ruteno.

La nobleza y la mayoría del pueblo estaban por la unión, pero habían zonas disidentes. Cuando el rey de Polonia proclamó un decreto afirmando que Josafat era el arzobispo legítimo de Polotsk, se produjeron desórdenes no sólo en Vitebsk, sino en la misma Vilna.

El canciller de Lituania, León Sapieha, prestó oídos a los rumores esparcidos por los disidentes que acusaban a Josafat de haber sido el causante de los desórdenes con su política. En 1622, Sapieha escribió a Josafat acusándole de emplear la violencia para mantener la unión, de exponer el reino al peligro de una invasión de los cosacos, de sembrar la discordia entre el pueblo y de haber clausurado por la fuerza iglesias no católicas. Tan solo era cierto que Josafat había pedido el auxilio del gobierno para recobrar la iglesia de Mogilev, de la que se habían apoderado los disidentes. Una de las razones por la que que una parte del pueblo fácilmente se dejó llevar por las falsas acusaciones fue para evitar la disciplina y las exigencias morales del renacimiento católico.

En octubre de 1623, sabedor de que Vitebsk era el centro de la oposición, Josafat decidió ir a la ciudad. Sus amigos no lograron disuadirle ni convencerle de que llevase una escolta militar. Durante dos semanas predicó en las iglesias de Vitebsk y visitó a los fieles. El día de la fiesta de San Demetrio, una turba enfurecida rodeó al mártir, el cual les dijo: "Sé que queréis matarme y que me acecháis en todas partes: en las calles, en los puentes, en los caminos, en la plaza central. Pero yo estoy entre vosotros como vuestro pastor y quiero que sepáis que me consideraría muy feliz de dar la vida por vosotros. Estoy pronto a morir por la sagrada unión, por la supremacía de San Pedro y del Romano Pontífice."

Martirio

Smotritsky, fomentador de la agitación, probablemente solo pretendía obligar al santo a salir de la ciudad. Pero sus partidarios empezaron a conspirar para asesinar a Josafat el 12 de noviembre.

Un sacerdote llamado Elías fue el encargado de entrar en el patio de la casa del arzobispo e insultar a sus criados por su religión y al amo a quien servían. La escena se repitió varias veces y Josafat dio permiso a sus criados de arrestar al sacerdote, si volvía a presentarse.

En la mañana del 12 de noviembre de 1623, cuando el arzobispo se dirigía a la iglesia para el rezo del oficio de la aurora, Elías le salió al encuentro y comenzó a insultarle. Josafat dio permiso a su diácono para que mandase encerrar al agresor en un aposento de la casa. Eso era precisamente lo que deseaban sus enemigos. La multitud empezó a clamar que se pusiese en libertad a Elías y se castigase al arzobispo. Después del oficio, Josafat volvió a su casa y liberó a Elías, no sin antes haberle amonestado. A pesar de ello, el pueblo penetró en la casa, exigiendo la muerte de Josafat y golpeando a sus criados. Josafat salió al encuentro de la turba y preguntó: "¿Por qué golpeáis a mis criados? Si tenéis algo contra mí, aquí estoy; dejadlos a ellos en paz." (Palabras muy parecidas a las de Santo Tomás Becket en ocasión semejante). La turba comenzó entonces a gritar: "¡Muera el papista!" Josafat cayó atravesado por una alabarda y herido por una bala. Su cuerpo fue arrastrado por las calles y arrojado al río Divna.

Desgraciadamente, la controversia se prolongó con violencia y los disidentes tuvieron también un mártir, el abad Anastasio de Brest, quien fue ejecutado en 1648. El arzobispo Melecio Smotritsky se reconcilió más tarde con la Santa Sede.

La unión rutena existió, con altos y bajos, hasta que con la repartición de Polonia, los soberanos rusos obligaron por la fuerza a los rutenos católicos a unirse a la Iglesia Ortodoxa de Rusia. El  comunismo favoreció la opresión de la fe católica. Hoy como ayer sigue siendo necesaria la intercesión y el ejemplo de san Josafat a favor de la unión.

Beatificación y canonización

San Josafat Kunsevich fue beatificado en 1643 por Urbano VIII y canonizado en 1867 por el Pío IX. Fue el primer santo de la Iglesia de oriente canonizado con proceso formal de la Sagrada Congregación de Ritos. Quince años más tarde, León XIII fijó el 14 de noviembre como fecha de la celebración de su fiesta en toda la Iglesia de occidente. La reforma litúrgica movió la fiesta al 12 de noviembre.

Pío XI declaró a san Josafat Patrón de la Reunión entre Ortodoxos y Católicos el 12 de noviembre de 1923, III centenario de su martirio.

El 25 de Noviembre de 1963, durante el Concilio Vaticano II y por petición del papa Juan XXIII, quién estaba muy interesado en la unidad, el cuerpo de san Josafat finalmente encontró su descanso en el altar de san Basilio en la Basílica de San Pedro.


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