En estos primeros capítulos de la carta, S. Pablo les dice expresamente que les escribe no para avergonzarlos, sino para amonestarlos sobre algunos asuntos que estaban ocurriendo en esa comunidad, motivados por las distintas predicaciones que están recibiendo.
En el capítulo 5 y 6 trata de salir al paso y dar una orientación sobre tres casos de inmoralidad: El incesto, la fornicación y el recurrir a tribunales civiles. Además de lamentar estas situaciones, se nos narra todos los que acudían a escuchar la predicación.
En concreto, en la lectura de hoy, lamenta el saber que siempre existen pleitos. Existen en una comunidad formada por personas de distintas ideologías y filosofías. Entre comunidades de distinta procedencia, e incluso dentro de la misma comunidad de los seguidores de Jesús.
Para solucionar estos pleitos que se dan entre los creyentes Pablo les aconseja, que no escojan a personas ajenas al seguimiento de Jesús, pues igual no hacen bien la corrección fraterna. Ante los pleitos, es decir, los motivados por estos pecados, no se debe recurrir a gente civil sino a miembros de la comunidad, personas creyentes en Cristo Jesús, que seguro lo harán mejor, pues son los justos, los creyentes en Cristo Resucitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario