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sábado, 17 de septiembre de 2022

San Roberto Belarmino: participa en los conflictos más candentes de su tiempo

Conflicto entre la Santa Sede y la República de Venecia (1606):

Por deseo del Papa, Belarmino interviene en la difícil cuestión de relaciones con la República de Venecia, contra la cual se ha dictado la pena de excomunión y entredicho. Ésta, sin consultar al Papa, había anulado la ley de exención clerical de la jurisdicción civil y el derecho de la Iglesia a tener propiedad real. 

La disputa condujo a una guerra de panfletos en la cual la defensa de la República de Venecia fue sostenida por Juan Marsiflio y un monje apóstata llamado Paolo Sarpi, y la de la Santa Sede por Belarmino y Baronio. 

El Juramento Inglés de Alianza

Contemporáneo con el episodio veneciano fue el Juramento Inglés de Alianza. En 1606 se obligó a los católicos ingleses a prestar un juramento de lealtad que, en caso de negarse, un Católico podía aparecer como que se negaba a responsabilizarse de sus obligaciones civiles, mientras que si se prestaba al juramento de lealtad condenaba como "impía y herética" la doctrina de la deposición del poder, es decir, del poder que la Santa Sede había reclamado y ejercitado por siglos. 

Habiendo prohibido la Santa Sede prestar ese juramento a los católicos, el rey Jacobo defendió su postura en un libro titulado "Tripoli nodo triplex cuneus". Belarmino replicó al mismo con su "Responsio Matthfi Torti"

Siguieron otros tratados de ambos lados, y el resultado de uno, rechazando el poder por deposición, escrito por Willam Barclay, un jurista Inglés residente en Francia, fue que la réplica de Belarmino al mismo fue marcada por el Parlamento Realista de París. De este modo, por seguir la vía media del poder indirecto, Belarmino fue condenado en 1590 como muy Realista y en 1605 como muy Papista.

Iglesias cristianas orientales

Belarmino interviene también en las actividades que permiten la reincorporación a la Iglesia Católica de grandes grupos de cristianos orientales: los rutenos de Polonia, los roscianos o serbocroatas ortodoxos, los malabares de la India y la profesión de fe católica de Neófito II, Patriarca griego de Constantinopla. 

Belarmino conoce la lengua griega y su amor por la liturgia oriental lo hace muy apto para estas funciones. Siente profundo amor por la Iglesia maronita. Recibe la profesión de fe católica de Jeremías de Boris, sacerdote de Chipre y ayuda a la unión del metropolita griego de Naxos. Logra la conversión al catolicismo de Demetrio, duque de Moscú. El 19 de noviembre de 1611, Belarmino agrega a la Iglesia de Roma al Obispo Simeón Vretanja, de quien tiene origen la actual jerarquía católica de rito oriental en Croacia y Serbia, dándole la ordenación episcopal sub conditione

Las relaciones del cardenal Belarmino con Polonia son admirables. Mantiene amistad muy sinceras con los reyes Batory, Segismundo III y el heredero Ladislao.

La condenación de Galileo (1616)

Belarmino no vivió para tratar la última y más seria etapa del caso Galileo, pero en 1616 tomó parte de su fase temprana. Siempre mostró interés en los descubrimientos de Galileo y ambos tenía una correspondencia amistosa. Ya en 1611 había tenido con Galileo una larga conversación y Belarmino quedó impresionado por la ciencia del sabio y la explicación del sistema copernicano sobre el movimiento de los astros. Belarmino, buscando una confirmación, pide el parecer de los Padres Cristóbal Clavio y otros sabios del Colegio Romano y queda satisfecho con la nueva explicación de la ciencia.

Los problemas para Galileo comienzan en 1616 cuando quiere confirmar el movimiento de la tierra alrededor del sol con pruebas sacadas de la Escritura, pretendiendo dar nuevas explicaciones a los textos de la Biblia. Galileo invade el terreno religioso y se le llama la atención desde Roma. Consultado Belarmino, éste advierte: "Digo que cuando se demuestre verdaderamente que el sol está en el centro del mundo y la tierra en el tercer cielo, y que el sol no marcha alrededor de la tierra, sino la tierra alrededor del sol, entonces será preciso andar con mucho tiento para explicar las Escrituras, que parecen contrarias, y más bien decir que no las entendemos, que decir que es falso lo que se demuestra".

Belarmino adoptó — como atestigua su carta a Foscarini, amigo de Galileo— la actitud correcta hacia las teorías científicas en aparente contradicción con las Escrituras. Si una teoría científica está insuficientemente probada, como era el caso de la teoría heliocéntrica de Galileo, debe ser adelantada como hipótesis; pero si, como en el caso de la teoría hoy, está demostrada, debe tomarse el cuidado de interpretar las Escrituras de acuerdo con ella. 

Galileo es condenado por el Santo Oficio a no defender su ciencia basándola en las Escrituras. El Papa ordena al cardenal Belarmino, dada su benevolencia, que sea él el encargado de comunicar a Galileo la sentencia. Galileo se somete y no recibe penitencia alguna. El proceso continuará más tarde, pero Belarmino ya habrá muerto.

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