Ser católico hoy resulta complicado porque es nadar contra corriente. El mundo de hoy tiene otros dioses que arrastran por los caminos del desenfreno, la violencia y la barbarie. El Dios de la paz, la misericordia, el perdón, el diálogo y la verdadera libertad que tumba muros y rompe todas las fronteras, el Dios cristiano no interesa.
El dios de hoy es la tableta y el celular. La gente vive pendiente de ellos. Ser católico es ir contra corriente.
En los primeros siglos fue mas dificil aún. A San Ignacio lo hicieron obispo de Antioquía a finales del siglo I; enseguida llegó la persecución de Trajano y a Ignacio se lo llevaron para el circo romano como uno de los invitados especiales. Iba a participar en la función como alimento de los leones. Y todo por ser cristiano.
Ignacio era un valiente. En el viaje desde Antioquía escribió siete bellas cartas, aceptando el martirio. Entre otras cosas nos dijo: “Soy trigo de Cristo y necesito ser molido por los dientes de las fieras”. ¡Eso es valentía y lo demás son cuentos chinos! Lo tenemos en el Reino de Dios.
También se celebra hoy a San Oseas, un profeta como la copa de un pino que, para echar en cara al pueblo su falta de fe y su infidelidad para con Dios, se casó con una prostituta que lo abandonó, como era de esperar. Y para mostrar el amor y la fidelidad de Dios, volvió a recibirla dándole todo su amor, cuando ella volvió a él pobre y arrepentida.
Exactamente lo mismo que hace Cristo con su pueblo.
El dios de hoy es la tableta y el celular. La gente vive pendiente de ellos. Ser católico es ir contra corriente.
En los primeros siglos fue mas dificil aún. A San Ignacio lo hicieron obispo de Antioquía a finales del siglo I; enseguida llegó la persecución de Trajano y a Ignacio se lo llevaron para el circo romano como uno de los invitados especiales. Iba a participar en la función como alimento de los leones. Y todo por ser cristiano.
Ignacio era un valiente. En el viaje desde Antioquía escribió siete bellas cartas, aceptando el martirio. Entre otras cosas nos dijo: “Soy trigo de Cristo y necesito ser molido por los dientes de las fieras”. ¡Eso es valentía y lo demás son cuentos chinos! Lo tenemos en el Reino de Dios.
También se celebra hoy a San Oseas, un profeta como la copa de un pino que, para echar en cara al pueblo su falta de fe y su infidelidad para con Dios, se casó con una prostituta que lo abandonó, como era de esperar. Y para mostrar el amor y la fidelidad de Dios, volvió a recibirla dándole todo su amor, cuando ella volvió a él pobre y arrepentida.
Exactamente lo mismo que hace Cristo con su pueblo.
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