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sábado, 25 de agosto de 2018

25 de Agosto: San José de Calasanz, por CH


Estaba dispuesto a ser santo ya desde bien chiquitico. Tan dispuesto que con sólo cinco años lo encontraron en un bosquecillo armado con tremendo machete. No había ido a por leña, no. Iba dispuesto a agarrar al demonio por los cuernos y cortárselos con cabeza incluida.

Ya siendo cura se dio cuenta que en este mundo hay muchas injusticias y puso su granito de arena para acabar con ellas y con la ignorancia. Fundó los escolapios para conseguir que la educación llegara también a los pobres.

Como de todo hay en la viña del Señor, uno de sus compañeros al que sólo le interesaba ascender a costa de lo que fuese, se dedicó a pisar a los que estaban por debajo de él y a hacerles la pelota a los que estaban por encima, ¡Vamos una especie de Juan Barber en nuestra Congregación de Hijos de la Sagrada Familia!

Finalmente consiguió que a José de Calasanz lo trincara la inquisición y le quitara todos sus cargos y a punto estuvo de acabar con sus huesos en la cárcel. Lo evitó la intervención de un cardenal.

Llegó un momento en que la jugada fue descubierta pero cómo desandar lo andado significaba dejar mal parado al Santo Oficio prefirieron “no meneallo”

El final es que el malo de aquella película es hoy San José Calasanz, mientras que el otro no tengo noticias de que haya salido ya del purgatorio. ¡Eso si es que llegó a entrar!

Hoy también es San Luís, rey de Francia, que se distinguió por su fe, su justicia en el gobierno y su amor a los pobres; padre de 11 hijos a quienes educó en la fe, gastó su vida y sus bienes en bien de la cristiandad hasta que la peste se lo llevó por delante.

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