El gran santo italiano San Benito de Nursia fue proclamado patrono de Europa el 24 de octubre de 1964 por el papa Pablo VI mediante la carta apostólica “Pacis Nuntius”, en la que dice actuar a petición de “muchos cardenales, arzobispos, obispos, superiores generales de órdenes religiosas, rectores de universidad y otros insignes representantes del laicado de varias naciones europeas” y a propuesta de “la Sagrada Congregación de ritos”.
Tras llamar al santo de Nursia “mensajero de paz, realizador de unión, maestro de civilización y sobre todo heraldo de la religión de Cristo y fundador de la vida monástica en occidente”, entre los argumentos que aporta para la proclamación, dice el Santo Pontífice que fueron “él y sus hijos portaron con la cruz, con el libro y con el arado, el progreso cristiano a las poblaciones dispersas por el Mediterráneo hasta Escandinavia, desde Irlanda hasta las llanuras de Polonia”, y que “fue así como cimentó esa unidad espiritual en Europa con fuerza tal que pueblos divididos en el plano linguístico, étnico y cultural se percataron de constituir el único pueblo de Dios; una unidad que, gracias al esfuerzo constante de aquellos monjes que siguieron al insigne maestro, se convirtió en la característica distintiva del medioevo”. Una unidad que hoy, como afirma el Papa, “todos los hombres de buena voluntad intentan recomponer”.
Resalta el Papa que la acción de San Benito se llevara a la práctica “en el momento en que el patrimonio humanístico se perdía, la tradición clásica de los clásicos, transmitiéndola intacta a los sucesores y restaurando el culto por el saber”, “uniendo la oración al trabajo material según su famoso lema ‘ora et labora’”
La proclamación de Pablo VI, según reconoce en su misma carta apostólica, continúa el camino abierto por el Papa Pío XII que ya llamara a San Benito “padre de Europa” y los deseos de Juan XXIII. Y aprovecha Pablo VI para otorgar su apoyo al proceso de unión europea.
Realiza la proclamación el mismo día que reconsagraba “el templo de Montecassino que “destruido en 1944 durante el terrible conflicto mundial, ha sido reconstruído por la tenacidad de la piedad cristiana”.
En su Carta Apostólica “Egregiae virtutis” en la que añade a la nómina de nombra patronos a San Cirilo y a San Metodio, Juan Pablo II ratifica una mención al patronazgo de San Benito:
“La Iglesia, al recordar solemnemente el 1500 aniversario del nacimiento de San Benito, proclamado Patrón de Europa en 1964 por mi venerado predecesor Pablo VI, ha tenido a bien considerar que esta protección sobre toda Europa destacará más si, a la gran obra del Santo Patriarca de Occidente, añadimos los méritos particulares de los Santos hermanos Cirilo y Metodio”.
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