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domingo, 30 de julio de 2017

1 Reyes 2,36-46: Desobediencia y la muerte de Semei

1 Reyes 2,36-46  

2:36 El rey mandó llamar a Semei y le dijo: "Constrúyete una casa en Jerusalén y quédate allí, sin salir a ninguna parte.
2:37 Porque si un día sales y cruzas el torrente Cedrón, sábelo bien: morirás irremediablemente; tu sangre recaerá sobre tu cabeza".
2:38 Semei dijo al rey: "Muy bien. Tu servidor obrará conforme a lo que ha dicho mi señor el rey". Y Semei permaneció largo tiempo en Jerusalén.
2:39 Pero, al cabo de tres años, dos esclavos de Semei huyeron al reino de Aquís, hijo de Maacá, rey de Gat. Alguien le avisó a Semei: "Mira que tus esclavos están en Gat".
2:40 Entonces Semei se levantó, ensilló su asno y se fue a Gat, donde estaba Aquís, para buscar a sus esclavos; no hizo más que ir y traer de Gat a sus esclavos.
2:41 Cuando le avisaron a Salomón que Semei había ido de Jerusalén a Gat y que estaba de vuelta,
2:42 el rey mandó llamar a Semei y le dijo: "¿Acaso no te hice jurar por el Señor, advirtiéndote expresamente que apenas salieras y fueras a cualquier parte podrías estar seguro de que morirías sin remedio? Y tú me respondiste: Está bien, me doy por enterado.
2:43 ¿Por qué entonces no has cumplido el juramento del Señor y la orden que te di?"
2:44 Y el rey siguió diciendo a Semei: "Tú sabes bien, y tu corazón lo reconoce, todo el daño que hiciste a mi padre David. El Señor hará recaer tu maldad sobre tu cabeza,
2:45 mientras que el rey Salomón será bendecido, y el trono de David será estable para siempre delante del Señor".
2:46 Luego el rey dio una orden a Benaías, hijo de Iehoiadá, y este salió e hirió de muerte a Semei. Así la realeza quedó afirmada en manos de Salomón.

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